Reformas, la manzana de la discordia
El retorno del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) como primera fuerza política en la Cámara de Diputados pone en aprietos al Partido Acción Nacional (PAN) para negociar las reformas estructurales que requiere el país para sortear la recesión y aprovechar su potencial de crecimiento. Empresarios, analistas económicos y académicos coinciden en que la batalla en el Congreso será más "dura" para alcanzar cambios en el sistema fiscal mexicano, que aumenten los ingresos públicos.
"Todos los partidos coinciden en la necesidad de reformas económicas urgentes, pero a la hora de la verdad no hay resultados, sólo cambios ligeros y dejan todo hasta que haya un momento idóneo, que casualmente nunca llega", dijo el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ricardo González Sada.
El PRI logró el 36.89% de los votos en la elección del domingo pasado, mientras que el PAN un 27.98%, lo que le da a Acción Nacional una desventaja en las diputaciones, si al poder de la oposición se le agrega el 6.71% que logró el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), según el último reporte el Programa de Resultados Preeliminares del Instituto Federal Electoral.
"Con nuestro aliado el Partido Verde tenemos mayoría absoluta", dijo la dirigente del PRI, Beatriz Paredes.
El primer round en la Cámara de Diputados se dará en septiembre próximo cuando el presidente Felipe Calderón entregue la propuesta de presupuesto de egresos y la iniciativa de ley de ingresos para el ejercicio 2010, que de entrada se prevé sea similar al de este año debido a que los ingresos presupuestarios cayeron 6.9% en los primeros cinco meses del año, lo que ha propiciado un recorte al gasto de 35,000 millones de pesos.
La atención se centra en la posibilidad de que Calderón presente una reforma fiscal que asegure mayores ingresos públicos ante la advertencia de las agencias calificadoras de que si no se mejora la solvencia, la calificación crediticia de México será reducida.
Las agencias Fitch y Standard and Poor's avizoran una dura batalla en el Congreso para negociar reformas, después de que la dirigente del PRI, Beatriz Paredes declarara que tendrá "una agenda muy clara de necesidad de soluciones y de cambios profundos en materia económica".
Una reducción en la calificación crediticia del país encarecería el financiamiento a México y obstaculizaría el crecimiento de la economía.
"Lo que puede ocurrir primero es que el presupuesto lo puede imponer la oposición (...) no soy muy optimista de que el PRI esté de acuerdo en aprobar reformas", dijo John Ackerman del Centro de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, al destacar que el PRI tiene una gran habilidad política para negociar, pero sin que vaya a impulsar reformas estratégicas para el país, como aumentar los ingresos a través de IVA en alimentos y medicinas o combatir los monopolios como el de los medios de comunicación.
"La nueva conformación obligará al PRI a definirse de una forma más clara, en una reforma fiscal si se modifica el IVA en alimentos y medicinas", dijo De la Cruz.
El profesor desatacó que la pregunta es quién pagará el costo político y eso tomará gran parte de la negociación, ya que difícilmente el PRI aceptara una imagen impopular ante las elecciones presidenciales de 2012.
Otros expertos prevén cambios que permitan al PRI avanzar para ganar posiciones rumbo a la elección presidencial en 2012.
"No les beneficia a los priistas el que las cosas permanezcan estancadas y creo que eso será un incentivo para el acuerdo", dijo Alfonso Zárate, analista político en una entrevista televisada.
México tiene varios años con una agenda de reformas que no han logrado traspasar las comisiones legislativas o que ha resultado en cambios poco significativos, como la laboral o energética.
La Composición de la Cámara de Diputados será especialmente importante para evaluar las perspectivas de reformas, en particular en el ámbito fiscal", dijo en un reporte Banamex Accival.
