Cómo aprovechar la ola de gasto en Asia

Ya han visto lo que pasa cuando los gastadores más grandes del mundo (los consumidores estadounidenses) empiezan a ahorrar más y gastar menos. Los resultados, en materia económica, no son los mejores. Pero, ¿qué pasaría si los mejores ahorradores del mundo (los asiáticos hogareños) empezaran a ahorrar menos y gastar más? En un viaje reciente a Asia, con escalas en China, Hong Kong, Japón y Singapur, hablé con gente experimentada en esa parte del mundo y terminé con la sensación de que este cambio podría darse antes de lo que muchos esperan. Si así fuera, esto desataría una ola de crecimiento, transformando la región y creando grandes oportunidades para los inversionistas estadounidenses.

En realidad, Estados Unidos merece parte del crédito por las tasas de ahorros asiáticas. Desde hace años hemos estado mandando dólares estadounidenses a cambio de manufacturación de bienes a bajo costo y en vez de gastar ese dinero, lo ahorraron, creando uno de los fondos comunes de capital abierto más grandes del mundo.

Por ejemplo, en China, las familias ahorran más de un tercio de su ingreso gastable, lo cual explica por qué el gasto de los consumidores representa sólo el 35% de la economía de esa nación contra el 71% de Estados Unidos.

El cambio del ahorro

¿Qué me hace pensar que esto podría cambiar? Para empezar, ya ha pasado antes. Los surcoreanos pasaron de ahorrar un cuarto de su ingreso gastable hace una década a ahorrar sólo el 4% hoy en día.

Otros países están empujando a sus consumidores en esta dirección; las autoridades asiáticas se han dado cuenta de que a medida que el gasto en Estados Unidos aminora, sus ciudadanos deben reponer parte de ese aflojamiento.

China, por ejemplo, anunció un plan masivo para mejorar su sistema de seguro de salud que indirectamente estimulará a los consumidores. ¿Cómo? Irónicamente, el seguro de salud en este país comunista es una "sección de oportunidades", es decir, si tienes el dinero, tienes la atención médica. Esta es una de las razones por las que las familias chinas ahorran tanto, como muestran las estadísticas. Si el gobierno compensa parte de esta tabulación, las familias no sentirán que tienen la necesidad de proteger tanto sus ahorros.

También existe un componente psicológico: los estadounidenses pasaron de ser ahorradores a gastadores justo cuando se desvanecieron los últimos rezagos de la gran depresión, y ahora los asiáticos están a más de una década de distancia de la crisis de divisas que sacudió a la región a finales de la década de los noventa.

Cómo invertir

Si esta transición ocurre pronto, ¿cómo le puedes sacar ventaja?

Expande tus horizontes; si eres dueño de un fondo extranjero que rastrea el índice EAFE (Europa, Australia y Lejano Oriente, por sus siglas en inglés), cerca de un cuarto de tu dinero está en Asia, pero casi todo está creciendo lentamente en Japón. Ésta es una apuesta débil en la ola de gastos.

Como alternativa, puedes añadir una pequeña repartición a un fondo asiático como Matthews Pacific Tiger, el cual favorece a las empresas que se están beneficiando del consumo nacional. Pero el portafolio de los mercados emergentes es una participación a largo plazo que fácilmente podría explotar muy pronto, entonces, si decides tomar este camino, el costo de los dólares se promediará en estos fondos.

Enfócate en los proveedores de servicios: por ejemplo, a medida que los gastos en tiempo libre aumentan, los gastos de transporte en China esperan un crecimiento de 1,400% entre 2005 y 2025, según un estudio de McKinsey. Si tu estómago soporta el riesgo, podrías invertir en empresas chinas que esperan obtener beneficios de esta tendencia, como Ctrip.com , el sitio de viajes en línea con mayor fuerza en China.

Si te quieres ir a la segura, enfócate en las pocas empresas estadounidenses que están incrementando su crecimiento de Asia, como Yum Brands. Sus restaurantes KFC en China tienen fuerza, y Yum obtiene más del 70% del incremento de las ganancias de sus operaciones en China.

Por supuesto que Yum no es un jugador asiático convencional. Una vez más, cuando este gasto se materialice, la sabiduría convencional sobre las inversiones en esta región ya no servirá.