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Una reforma fiscal para sobrevivir

Los cambios hechos en 2009 son insuficientes para el país, afirma Carlos Cárdenas Guzmán; se deben realizar más reformas para tener una política tributaria competitiva que atraiga inversión.
mié 27 enero 2010 06:00 AM
Las iniciativas para eliminar los impuestos aparecen en un año electoral. (Foto: Archivo)
Impuestos (Foto: Archivo)

Como sabemos, el pasado 8 de septiembre del 2009, el poder Ejecutivo presentó para su aprobación ante el H. Congreso de la Unión, el paquete de reformas en materia tributaria 2010.

Después de un "accidentado" y "singular" proceso legislativo, en el que se eliminaron y/o modificaron algunas de las propuestas notoriamente improcedentes, se aprobó finalmente lo que constituye la reforma fiscal para el 2010.

En su oportunidad expresé con insistencia mi convicción, como muchos otros lo hicieron, que lo propuesto y aprobado en esta materia, no correspondía a lo que nuestro país requería. Sorprendentemente, diversos congresistas -algunos de ellos muy destacados políticamente- también se expresaron en este sentido, justo después de que ellos acababan de aprobar esta reforma.

Una vez más, tuvimos una reforma fiscal "posible", pero no se logró implementar la reforma hacendaria que México necesita, ahora ya con urgencia, por tratarse de un tema de sobrevivencia.

Pienso que es importante recordar que nuestra política tributaria constituye un instrumento de política económica, como existen otros; entre ellos, la política monetaria. Hablar de impuestos es hablar de economía.

Considerando que estamos inmersos en la globalización, podremos entender que no sólo los empresarios están compitiendo con el resto del mundo en el tema económico, sino también nuestro país junto con su esquema fiscal.

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Requerimos contar con una ley tributaria que sea claramente competitivo en el contexto internacional, pues ello nos permitirá, por una parte, mantener los capitales mexicanos y, por la otra, atraer las inversiones extranjeras.

Habiendo inversiones nacionales y extranjeras, se tendrá empleo, y con inversión y empleo, se pagarán los impuestos y el bienestar social. Es decir, se generará el círculo virtuoso que tanto urge para no profundizar el círculo vicioso en el que estamos insertos, donde además de no recaudar lo suficiente, se está generando un malestar social que puede llegar a ser difícil de revertir.

México ocupa el muy lejano lugar número 91 entre 133 países en materia fiscal según el Informe sobre la Competitividad Global 2009-2010 elaborado por el Foro Económico Mundial (World Economic Forum) en el punto 6.04 titulado "Alcance y efecto de los impuestos".

Me parece que estas cifras evidencian que nuestro esquema tributario no es competitivo , aun antes de las reformas para el 2010.

La preocupación se acentúa porque con algunas de las reformas fiscales aprobadas para el ejercicio 2010 se está logrando que nuestro esquema hacendario sea todavía menos competitivo.

 Me refiero a estos puntos:

- Que los cambios que se incluyen tienen como objetivo primordial lograr una mayor recaudación tributaria, proveniente fundamentalmente del 40% de los participantes en la actividad económica que se encuentran dentro de la economía formal. No existen disposiciones para combatir de manera importante al otro 60% que se encuentra en la informalidad.

- El incremento de la tasa del Impuesto sobre la Renta (ISR) del 28% al 30% tanto para personas morales como para personas físicas, incluyendo el incremento que se hace a estas últimas en los tramos intermedios de la tarifa. Nos estamos alejando de la tasa promedio del 26% que mantienen los países integrantes de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

- El acotamiento del régimen de consolidación para efectos fiscales , con efectos "retroactivos", que implica que los contribuyentes involucrados tengan que desembolsar subrepticiamente en el 2010 más de 17,000 millones de pesos.

- El mantenimiento del IETU con modificaciones que lo hacen mas "agresivo" y menos "complementario" al ISR, con lo que también se pone en riesgo su acreditación en el extranjero.

Un esquema mas agresivo de gravamen para los intereses que perciban las personas físicas, con lo que se "desincentiva" la repatriación de capitales que se pretendía fomentar con el decreto recientemente emitido.

- Las reformas al Código Fiscal de la Federación que otorgan excesivas facultades a las autoridades, y en ciertos casos imponen excesivas sanciones a los contribuyentes.

Es un hecho que lo niveles de recaudación han sido bajos, pues no hemos logrado sobrepasar importes que representan el 10% del Producto Interno Bruto, cuando la media en los países de la OCDE es del 25% y la media de los países de América Latina es del 15%.

Para sobrevivir, requerimos niveles de recaudación del 18% al 20% del PIB y, para alcanzarlo, es urgente contar con una política fiscal que sea claramente competitiva en el contexto internacional.

Para lograr esto se requiere incorporarle, entre otras cosas:

- Que se haga cumplir, con el mandato constitucional, que TODOS los mexicanos contribuyamos para el gasto público.

- Que se recargue la recaudación mucho mas en los impuestos indirectos (IVA, IEPS, Ecológicos, etc.) y mucho menos en los impuestos directos como el ISR, reduciendo la tasa del 28%, eliminando el IETU y estableciendo un impuesto mínimo complementario que sea de fácil cuantificación.

Que se eliminen los regímenes fiscales que no tengan una justificación social o económica.

- Que las disposiciones fiscales tengan la permanencia necesaria para mantener el rumbo seleccionado, y no se estén modificando constantemente con fines estrictamente recaudatorios.

- Que se federalicen los impuestos. Es urgente que los estados y municipios recauden sus propios impuestos.

- Que se otorguen verdaderos estímulos fiscales que promuevan la inversión y el empleo, de los que México ha carecido. Ejemplos en el mundo hay muchos, entre ellos los otorgados por los países asiáticos.

- Que de una vez por todas se simplifiquen las disposiciones fiscales.

- Que se fortalezca la seguridad jurídica.

- Que se dote ya de independencia al Servico de Administración Tributaria (SAT) para que su actuación responda a criterios estrictamente profesionales y no de otro tipo.

- Que se haga lo necesario para que inicie ya las operaciones la Procuraduría del Contribuyente.

Debemos aprovechar el ánimo renovado de algunos importantes congresistas y funcionarios del Ejecutivo por trabajar en la reforma fiscal que el país demanda.

En el Instituto Mexicano de Contadores Públicos de México (IMPC) nos preocupa que se hable de organizar convenciones para ello, por el hecho de que nos parece que el tema ya está "sobre diagnosticado".

Pensamos que lo único que se requiere es voluntad política para implementar las reformas que todos sabemos se requieren y que ya he descrito en los párrafos anteriores.

Pero en fin, no debemos escatimar ningún esfuerzo para que ahora sí, de una vez por todas, contemos con un esquema fiscal que sea claramente competitivo en el contexto internacional, que nos permita mantener la inversión mexicana y atraer la extranjera para que con ello se generen los niveles de recaudación que requerimos y, en consecuencia, el bienestar social que todos anhelamos.

Como nos consta, muchos otros países lo han hecho ya, algunos incluso, nos han venido rebasando.

El tiempo se ha agotado, no desaprovechemos la oportunidad histórica que se nos presenta.

*El autor es socio director de la práctica de Consultoría en Impuestos de Ernst & Young y vicepresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos en el área fiscal.

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