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4 países europeos no pueden despegar

La deuda soberana de Portugal, Irlanda, Grecia y España pone en jaque a la Unión Europea y al euro; el grupo llamado PIGS (por sus iniciales en inglés) desata el temor en los mercados de deuda.
lun 08 febrero 2010 06:00 AM
El Banco Central Europeo enfrenta el reto de rescatar a países como Grecia y Portugal para salvar la Unión Europea. (Foto: AP)
banco-central-europeo-bce-AP.jpg (Foto: AP)

Las apuestas contra los que están en malas condiciones fiscales están aumentando, y no hay forma de predecir cuándo van a parar.

Hasta ahora Dubái , Grecia, Portugal y España están en la mira, pues los inversionistas exigen mayores tasas de interés en los papeles vendidos por los países cortos de efectivo. Por ahora, los observadores esperan que haya moratorias en algunos pagos, pero tan sólo la elevación de los costos de los préstamos puede exigir una cuota a las de por sí tibias recuperaciones económicas.

Incluso los emisores con mayor soltura, como Estados Unidos y el Reino Unido, quizá estarán pagando rendimientos mucho más altos el próximo año, mientras atraviesan sus conflictos políticos por la elevación de los déficits, impulsados por el alto precio fijado para los rescates y estímulos.

"Todo depende del crecimiento", dijo Jan Randolph, director de análisis de riesgos para la empresa de pronósticos IHS Global Insight. "El crecimiento económico es el salvador en este tipo de situaciones, pero no queda del todo claro si podremos ver suficiente crecimiento en varios de los países con grandes déficits".

Los costos de los créditos se han disparado durante los últimos 2 meses en Grecia, y esta semana, los vigilantes del déficit han prestado atención a otras dos naciones del sur de Europa: España y Portugal.

Las tasas de interés en estos países se extienden a sus bonos, y aquellos emitidos por Alemania se han ampliado este año, llegando a niveles récord en la capital, Atenas.

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Estas sacudidas ocurren mientras las autoridades en países ricos luchan contra las presiones que alguna vez se asociaron a los llamados mercados emergentes: los inversionistas ahora exigen que los gobiernos recorten los gastos, pues la recaudación de impuestos ha disminuido, las deudas han aumentando y, en muchos casos, el descontento popular ha crecido.

Por un lado, los temores en Grecia, España y Portugal provienen de los beneficios que los países del sur de Europa obtuvieron al principio de la década con el uso de la moneda de Europa: el euro.

Randolph señaló que su capacidad de emitir deuda barata, gracias a la asociación del euro con las políticas alemanas de la gestión responsable del dinero, les permitió tomar prestado más de lo que podían costear y crearon un aumento en el gasto del consumidor. Esto también ayudó a las economías del centro-norte de Europa, más inclinadas al ahorro y a la exportación, a crear un mercado más amplio para sus bienes.

"De alguna forma, el euro funcionó demasiado bien. Los beneficios ocultaron el hecho de que esos países estaban perdiendo competitividad en materia de costos laborales, y ahora no se puede evitar esa brecha".

Como respuesta, Grecia prometió recientemente que haría un recorte importante a su déficit presupuestal, de un nivel actual de 12.9%, a 3% en 2012 . España, que ya enfrenta una tasa de desempleo de 19% tras el colapso de una enorme burbuja en las viviendas , dice que recortará su gasto en 70,000 millones de dólares durante algunos años.

Pero dada la magnitud del problema y de la enorme necesidad de préstamos de algunos países en todo el mundo, no es ninguna sorpresa que permanezca el temor por la falta de pagos.

"Hasta ahora no hay nada que demuestre que han arreglado algo", dijo Tim Backshall, jefe de estrategias en Credit Derivatives Research. "Lo que vemos es una venta masiva mientras los inversionistas se ajustan a las bajas expectativas de la zona del euro".

Aunque Backshall cree que la mayoría de las ventas en los mercados de los bonos del Gobierno provino de los llamados "inversionistas de dinero real" con valores a largo plazo, la semana pasada surgió un crecimiento de los comerciantes que negocian lo que llaman "riesgo soberano".

"Varios fondos de cobertura han visto una oportunidad en los mercados de papeles del Gobierno, donde las finanzas públicas han estado bajo mucha presión", redactó Randolph en una nota reciente a sus clientes. Este comercio implica "reducir los créditos más débiles contra los más fuertes, comerciando entre los miedos del mercado y de la terrible incertidumbre, mientras hacen dinero en la volatilidad consiguiente".

Él cree que la incertidumbre seguirá creciendo antes de que haya un riesgo real de moras en Grecia, y no se hable de Portugal, España o Irlanda, quienes enfrentan retos fiscales. A estos países se les conoce como los PIGS (la palabra que forma el acrónimo en inglés significa puerco; y si agregan a Italia a ese grupo, serían los PIIGS ). El analista de Global Insight dice que durante la década de los ochenta, los bonos comerciados en Irlanda tenían la misma difusión que los de Grecia ahora, sin ninguna moratoria.

Además, cualquier acción de aplazamiento afectará la credibilidad del mismo euro. Los economistas no esperan que el Banco Central de Europa se quede sentado mientras se desintegra una unión monetaria que tardó años en consolidarse.

"Sé que la Unión Europea no dejará que Grecia o España fallen en sus pagos, ni Canadá dejará que alguna de sus provincias lo haga", dijo Maurice Levi, profesor en la Universidad de Columbia británica en Vancouver.

En febrero de 2008, pocos habrían previsto la escala de devastación del sector financiero antes de que los gobiernos al fin intervinieran. Incluso si las moratorias soberanas siguen siendo una apuesta riesgosa, los temores de tasas más altas y por la estabilidad dañarán lo suficiente cuando las economías se encuentran en malas condiciones. 

Ese punto llegó el jueves, pues los bancos propiciaron una venta de acciones en el mercado; los bancos españoles BBVA y Santander se hundieron 9% cada uno. La caída del gasto y el crecimiento del desempleo pueden sembrar confusión en los balances bancarios, e incluso impedir su crecimiento.

"Los fundamentales en varios de estos lugares no lucen nada bien", dijo Backshall. "Se cree que probablemente todavía no termina este comercio".

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