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Autos más eficientes, pero más caros

La regulación impuesta por el Gobierno en EU implicará mayores gastos en la fabricación de autos; la ley conocida como CAFÉ obliga a cambiar su tecnología para cumplir con la norma antes de 2016.
lun 10 mayo 2010 06:05 AM
El nuevo Porsche 911 tiene 2 motores eléctricos y uno a gasolina; una muestra de los cambios en pos de la eficiencia. (Foto: CNNMoney.com)
porsche hibridoboceto (Foto: CNNMoney.com)

Al igual que el béisbol, descifrar a la industria automotriz se ha vuelto más fácil con ayuda de las estadísticas. Los analistas de valores han empleado modelos matemáticos desde hace años para predecir la tasa de producción de automóviles y calcular las ganancias esperadas por unidad menos gastos indirectos.

Estos cálculos son equivalentes a las medidas tradicionales de promedios de bateo y corridas por bateo en el béisbol: es un direccionamiento útil, pero está sujeto a distorsiones.

Hace unos 10 años, el analista John Casesa, entonces de Merrill Lynch, ideó una forma para predecir las ventas midiendo el ritmo del desarrollo del producto. Mientras más rápido entregara un productor su línea de productos, más robusta sería su participación en el mercado.

De esta forma, Casesa creó un cálculo tan revolucionario como las estadísticas que descifraban el porcentaje de bases y carreras.

Ahora, Csaba Csere, ex editor en jefe de Car & Driver, quien sigue escribiendo en la publicación mensual, presentó una nueva serie de cifras que ofrecen una comprensión importante de la estrategia y de los prospectos de los fabricantes de autos occidentales.

Un problema es la facilidad o la dificultad que tendrán que enfrentar al cumplir con los estándares corporativos promedio de economía del consumo de gasolina (CAFÉ), en 2016. Los nuevos estándares representarán el mayor cambio desde que la ley se creó hace 35 años. 

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Los autos deben mejorar de 11.9 kilómetros por litro a 16.4 kilómetros por litro, y los camiones deben registrar 12.5 kilómetros por litro en vez de 10.2. Esto quiere decir que los autos deben tener una mejoría en su kilometraje de 37%, y los camiones de 23%, pero algunos fabricantes deberán tomar pasos más pronunciados que otros, lo que requerirá cambios significativos en tácticas y estrategias.

El principal ejemplo es Jaguar-Land Rover . Según los cálculos de Csere, el Jaguar debe mejorar en un 39.9%, que es bastante difícil para una marca que depende del desempeño. Pero Land Rover, que crea SUV grandes y pesadas, debe mejorar 62.2%. No podemos imaginar este cambio con su línea de productos actual, lo que nos pone a pensar en cuál será el plan de Tata, de India.

El segundo ejemplo es BMW, que buscará una mejoría del 36.1%. El fabricante bávaro tendrá que ser muy astuto para cumplir con los estándares al mismo tiempo que protege su marca. La presión podría hacer que se fusione con un fabricante voluminoso con ingresos más bajos.

Las principales marcas japonesas están excepcionalmente bien colocadas. Toyota sólo necesita mejoras de 5.6% en sus autos, Honda de 7.2% y Nissan de 16.9%. Los fabricantes coreanos también están bien posicionados: Hyundai necesita impulsar sus autos en 11.7%, y Kia en 12.8%.

Pero las compañías japonesas no tan exitosas enfrentan retos: Subaru necesita un incremento de 36.2% y Suzuki y Mitsubishi de 29%.

Y los Tres Grandes de Detroit deben empezar con fuerza. Ford buscará mejorar su kilometraje en 22.4%, General Motors (GM) en 24.1% y Chrysler en 25.3%. En cuanto a los camiones, las cifras son apenas inferiores: Ford necesita un perfeccionamiento de 19.1%, GM de 19.3% y Chrysler de 22.9%.

¿Cómo van a lograrlo? No hay una respuesta infalible; mejorar el rendimiento de la gasolina no será tarea fácil, ni barata. Los materiales más ligeros deberán sustituirse, deberán mejorar la aerodinámica y desarrollar neumáticos con menor resistencia. Además tendrán que ingeniar una nueva gama de tecnologías para la transmisión y el motor. Csere identifica media docena de elementos mejorables, incluyendo una válvula de retención variable, inyección directa y desactivación del cilindro. 

Pero no hace mención a los híbridos, a la batería ni a las celdas de combustible. Al igual que otros en la industria, Csere cree que el motor de combustión interna seguirá a la cabeza al menos en el futuro predecible.

"La realidad es que entre todas las preocupaciones en torno a estas reglas, la industria puede cumplirlas con tecnología convencional en su mayor parte", dijo. "Como los motores mejorados son más baratos que las tecnologías más exóticas, eso es lo que buscaremos hacer".

Sí, más barato, pero no regalado. Csere dice que los cálculos del Gobierno indican que las regulaciones van a aumentar el precio de un auto promedio en el año 2016 en cerca de 926 dólares. Pero este cálculo podría quedarse corto.

A medida que los fabricantes reducen la producción de SUV de fuerte consumo de gasolina aunque altamente rentables, y los camiones y camionetas intentan cumplir con los estándares de economía de la gasolina, intentarán recuperar sus márgenes elevando el precio del resto de los autos en su línea de producción, lo que significa que el consumidor tendrá que pagar más.

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