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El débito apoya la reforma a Wall Street

La propuesta pide un cobro de comisiones por transacción más “justo”, y premiará la menor comisión; la enmienda incluida en el dictamen discutido en el Senado no incluye a las tarjetas de crédito.
lun 17 mayo 2010 06:03 AM
El número de tarjetas de crédito activas en el primer trimestre se redujo a 2.6%. (Foto: Cortesía SXC)
tarjetascredito_sxc (Foto: Cortesía SXC)

Los vendedores están listos para beneficiarse de la propuesta de ley a la reforma de Wall Street, que actualmente se está discutiendo en el Congreso de Estados Unidos. El Senado adoptó una enmienda el jueves por la tarde, la cual aplicará restricciones agudas sobre las cuotas que los emisores imponen cada vez que un comprador paga con su tarjeta de débito.  

Estos cobros llamados "cuotas de intercambio" consumen típicamente entre 1% y 3% de todas las transacciones que se realizan con una tarjeta de débito o crédito. Los operadores de redes como Visa remueven una fracción de la cuota, mientras que el resto se va a la institución financiera que emitió la tarjeta.

Estas pequeñas porciones crecen rápido: los líderes del sector, Visa y MasterCard, cobraron cuotas de intercambio de al menos 35,000 millones de dólares en 2007, según cálculos del Gobierno. La nueva enmienda del Senado suma dos restricciones importantes a las reglas de las cuotas de intercambio:

- Primero, exige que la cuota "sea razonable y proporcional al costo real incurrido" por la red de pago o el emisor para procesar la transacción.

La Reserva Federal (Fed) tendrá libertad de acción para determinar lo que se considera una cuota "razonable", pero puede ser mucho más baja que las tasas actuales. En respuesta a las investigaciones antimonopolio, Visa Europa anunció recientemente sus planes para bajar su tasa de intercambio a 0.2% en algunas adquisiciones con tarjetas de débito, imitando una acción similar que realizó MasterCard . Los reguladores en Australia limitan sus tasas en 0.5%.

- En segundo lugar permite a los vendedores ofrecer un descuento a los clientes que pagan con tarjetas que presentan tasas de transacción más bajas.

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Los comerciantes han buscado este cambio desde hace años. Actualmente están obligados contractualmente a aceptar todas las tarjetas bajo los mismos términos. Si American Express (que tiene una de las tasas de intercambio más altas) le cuesta más a un vendedor que una tarjeta Visa, el comerciante puede ofrecer a los compradores un descuento por usar la segunda.

Con el respaldo de Richard Durbin, de la mayoría del senado por el estado de Illinois, la enmienda fue aprobada por el Senado con una votación 64 a 33. Ahora forma parte del más extenso proyecto de ley de la reforma financiera que el Senado pretende finalizar la semana entrante.

Para los vendedores, el hecho de que la propuesta haya llegado a este punto es una gran victoria, sobre todo, para los comercios pequeños, quienes llevan años luchando para que haya regulaciones que frenen lo que ellos llaman prácticas monopólicas por parte de Visa, MasterCard y otros operadores de redes de pagos. Para los negocios con márgenes reducidos, como gasolineras y tiendas de abarrotes, las cuotas de intercambios pueden limitar o incluso eliminar sus ganancias sobre las ventas.

"Es algo maravilloso", dijo el jueves el dueño de un 7-Eleven, Dennis Lane, sobre la adopción de la enmienda. "Esto es algo verdaderamente personal para mí. La vida es un gran negocio, pero no con las compañías de tarjetas de crédito".

Lane, ex presidente de la Coalición Nacional de la Asociación de Dueños de Franquicias de 7-Eleven, ha estado en contra de las cuotas de intercambio. Ha sido dueño de un 7-Eleven en Quincy, Massachusetts por 36 años, atendido por 12 personas y con ventas anuales de 2.5 millones de dólares. Las cuotas de tarjetas de crédito son su costo operativo más alto, y son el único costo sobre el que no tiene ningún control.

"En 10 años se han duplicado las cuotas. Si vendo un periódico, gano aproximadamente 6 centavos. Si alguien me pide una bolsa de plástico, podría darles de una vez el periódico gratis, porque me cuesta entre 12 y 14 centavos venderlo".

La enmienda de Durbin no es el arreglo perfecto: su limitación más prominente es que sólo aplica para las tarjetas de débito. Las tarjetas de crédito, como las expedidas por American Express y Discover, están exentas de los límites en las cuotas.

Pero las tarjetas de débito se están volviendo la principal opción de los estadounidenses: los consumidores cobrarán un estimado de 1.6 billones de dólares sobre ellas este año, opacando su gasto en las tarjetas de crédito, según una publicación del comercio del sector, The Nilson Report.

La enmienda también excluye tarjetas emitidas por bancos comunitarios y cooperativas de ahorro con menos de 10,000 millones de dólares en activos, y éstas pueden seguir cobrando las mismas tasas de intercambio que en la actualidad.

Pero en la práctica, esa exención tendrá un impacto mínimo. La gran mayoría de todas las transacciones de débito pasan por los principales emisores como Bank of America y JPMorgan Chase, y los analistas sospechan que Visa y MasterCard simplemente preferirán cobrar tasas de intercambio más bajas en todas las adquisiciones con débito.

Los críticos prometieron seguir luchando contra la propuesta. Los banqueros se oponen, y la Asociación Federal de Cooperativas Federales de Crédito emitió una respuesta diciendo que seguirán cabildeando para que esa enmienda no esté incluida en la propuesta de ley final.

"La adopción de esta enmienda convierte una propuesta de ley que ya es problemática para las cooperativas de crédito, en una más problemática", dijo la asociación.

La Comunidad Independiente de Banqueros de Estados Unidos llamó a la enmienda "una doble pérdida", y dijo que "obligará a varios bancos comunitarios a reevaluar su capacidad para ofrecer tarjetas de débito y crédito".

Los representantes del Congreso que intentan convencer a los votantes del comercio público raramente se levantan contra los bancos comunitarios y cooperativas de crédito, pero en este caso, otro grupo de fieles de Main Street (los millones de vendedores independientes en Estados Unidos) están ejerciendo presión total.

Más de 130 asociaciones comerciales, que en conjunto buscan recuperar 1.5 billones de dólares en ventas anuales, se unieron para respaldar la enmienda de Durbin. Los senadores estaban en la disyuntiva de decidir quién saldría perdiendo.

Para Lane, dueño del 7-Eleven, la propuesta ofrece la tentadora posibilidad de ver un cambio en el sector de las ventas.

"No pretendemos aprovecharnos de nada", dijo. "Creo que las cuotas de intercambio son un costo legítimo de hacer negocios. Lo que pretendo es que las compañías se nos unan y decidamos lo que es justo, y ese es el primer paso".

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