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Austeridad en EU, visión de corto plazo

El Congreso de EU y Europa piensan en cómo quitar las ayudas del Gobierno, para detener el déficit; pero expertos creen que el crecimiento debe ser el que permita dejar de depender del Estado.
mar 29 junio 2010 06:04 AM
El objetivo del G20 es prevenir otra crisis financiera como la que derrumbó la economía global a finales de 2008. (Foto: Cortesía CNNMoney)
reunion g20 merkel harper (Foto: Cortesía CNNMoney)

Gastar se está volviendo una palabra obscena en el Congreso de Estados Unidos y en Europa por las preocupaciones sobre el crecimiento insostenible de la deuda.  

Pero algunos dicen que  aquellos que están esforzándose por no sumar más a la deuda gubernamental, podrían estar fijando sus metas a muy corto plazo.

Por tercera ocasión, esta semana el Senado volvió a negar una extensión en los beneficios de desempleo a las personas que llevan sin empleo mucho tiempo y no aprobó el ofrecer más dinero a los estados para que puedan cumplir con sus obligaciones de Medicaid.  

"Si terminamos provocando otra Gran Depresión, nos costará aún más. Es un momento económico muy delicado", dijo el profesor de la Universidad Syracuse y experto en presupuestos, Len Burman.

Burman está convencido de que Estados Unidos enfrentará una insuficiencia presupuestal catastrófica a menos de que los legisladores adopten políticas fiscales responsables y sofoquen la deuda con el tiempo. Pero teme que la condición fiscal estadounidense empeore mucho más si no se impulsa a la economía a corto plazo tanto en Estados Unidos como en Europa.

En su opinión, el Congreso debería hacer todo lo posible para apoyar a los estados y ofrecer extensiones en los beneficios de desempleo.

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"La idea de que todos los estados y Europa se estén contrayendo es aterradora", dijo Burman.

El economista Mark Zandi, quien asesoró tanto a demócratas como a republicanos, está de acuerdo con él. Piensa que el Congreso debería gastar entre 25,000 y 50,000 millones de dólares para ayudar a los estados, o poner en riesgo hasta 500,000 empleos en niveles gubernamentales locales y estatales durante los próximos 18 meses. 

Si se incluye la potencial pérdida de empleos del sector privado, el liberal Centro de Presupuestos y Prioridades de Políticas calcula que se pueden perder 900,000 empleos.

Otro halcón del déficit, el ex director de la Oficina Presupuestal del Congreso, Douglas Holtz-Eakin, quien ahora gestiona un centro intelectual republicano, tiene una visión distinta sobre la necesidad de un mayor estímulo.

Holtz-Eakin dijo que apoya la extensión a los beneficios de desempleo porque es la solución humana para los estadounidenses que luchan por encontrar empleo, pero se opone a una mayor ayuda a los estados porque no cree que eso estimule la economía y resuelva los problemas presupuestales de los estados.

"Las series de ayuda estatal previas los hicieron pensar que recibirían más cuando nadie prometió eso. A largo plazo, los presupuestos estatales no se alinean, y nunca lograremos que los estados empiecen a mejorar hasta que la economía nacional lo haga" dijo Holtz-Eakin.

Él cree que las políticas federales amigables con los negocios son lo que encenderá de nuevo a la economía, no un mayor gasto gubernamental.

También cree que las comparaciones con 1937, cuando Estados Unidos entró en una profunda recesión después de que el Gobierno comenzara a tener menos soltura fiscal por las crecientes preocupaciones por el déficit, son algo pretenciosas.

De hecho, Zandi dijo que cree que hay muy buenas posibilidades para que la economía no vuelva a entrar en una recesión , incluso si el Congreso no ofrece ayuda adicional a los estados ni a los desempleados.

"Es una predicción razonable, pero los riesgos de tomar esa posibilidad son muy altos, con una tasa de desempleo de 10%, una tasa de financiamientos federales de 0% y 1.4 billones de dólares de déficit anual".

Pero en lo que coinciden todos los halcones del déficit es en que el crecimiento puede ayudar a reducir los niveles de deuda de Estados Unidos, pero incluso un crecimiento de doble dígito por décadas no será suficiente para curar los males del presupuesto.

El déficit de Estados Unidos se divide en dos partes: una a corto plazo, causada por las caídas en los ingresos por la recesión y el aumento del gasto para combatir la crisis. Los déficits a corto plazo pueden ser ayudados por el crecimiento económico porque el crecimiento genera mayores recepciones fiscales, lo que reduce la necesidad de pedir préstamos.

Pero la otra parte es el déficit estructural, formado en gran parte por el gasto proyectado en Medicare y en Seguridad Social. El déficit estructural seguirá creciendo incluso después de que la economía se recupere.

Varios halcones del déficit, incluyendo al acérrimo ex contralor general de Estados Unidos, David Walker, creen que es muy pronto para una reducción importante en la deuda, pero también creen que es el momento preciso para planear esa reducción para cuando la economía se fortalezca.

Ese es el trabajo de la comisión fiscal bipartidista del presidente Obama, la cual se reunirá la próxima semana para su tercera sesión de pleno. El director del Presupuesto del Congreso, Douglas Elmendorf, hablará ante el panel para presentar el panorama presupuestal a largo plazo de la agencia. Hay algo seguro: la palabra "insostenible" será mencionada, y mucho.

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