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El colapso europeo…se quedó ‘veraneando’

Antes del verano el panorama del continente se veía gris con las crisis de deuda en Grecia y España; países iban cayendo uno a uno; Irlanda y Hungría parecían la gota que derramaría todo; pero no...
sáb 18 septiembre 2010 06:03 AM
Las deudas de los países PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) amenazaban con dinamitar a la Unión Europea. (Foto: Photos To Go)
red euro zona ue.jpg (Foto: Photos To Go)

Sherlock Holmes no lo pudo haber dicho mejor. En "Estrella de plata", la clásica historia de Arthur Conan Doyle, sobre la desaparición de un caballo ganador de carreras, hay un diálogo entre un detective de Scotland Yard y Holmes:

"¿Hay algún punto al que quisiera dirigir mi atención?" pregunta el detective.

"Al curioso incidente del perro en la noche", contesta Holmes.

"El perro no hizo nada de noche," dice el detective.

"Eso fue el incidente curioso" contesta Holmes.

Curiosamente, en Europa este verano ha estado lleno de perros que no hacen nada. Hace pocos meses, tras la crisis en Grecia y la larga y confusa respuesta de los líderes políticos europeos, era común oír predicciones nefastas sobre los prospectos económicos de Europa. Expertos declaraban que el euro (la moneda compartida por 16 países) era sustancialmente defectuosa; las economías que variaron mucho en competitividad no podían tener una política monetaria en común cuando ninguna tenía un marcado laboral en común ni se apegaba a las reglas acordadas sobre política fiscal. El euro estaba predestinado a seguir cayendo frente al dólar. Las economías altamente endeudadas de Europa ( las llamadas PIIGS en inglés, o Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España ) sólo podrían satisfacer los mercados de bonos si hicieran recortes drásticos y reformaran sus inflexibles mercados laborales, que a su vez podrían llevar a una masiva resistencia pública y crisis políticas.

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Pero aquí seguimos. Las noches se hacen largas y no ha ladrado ningún perro. El euro se ha fortalecido frente al dólar. El compromiso político de Europa con la moneda única sigue fuerte como siempre. Ha habido un malestar laboral sorprendentemente bajo en Grecia desde la primavera, y en España, donde el Gobierno adoptó un paquete de austeridad que incluye recortes salariales para los servidores públicos . En Gran Bretaña, el nuevo Gobierno de coalición ha enviado propuestas radicales de aumentos a impuestos y recortes de gastos diseñados para reducir el déficit público de 11% del PIB a 2.1% en 2014-15. Sin embargo, el Primer Ministro, David Cameron, sigue siendo aceptado, y si así lo quieren los británicos, parece, dispuesto a cambiar una chamarra de seda por una camisa de crin.

Claro que hay una explicación fácil por la aparente aquiescencia en la opinión pública europea: ¡el verano! Los europeos tenían el Mundial para disfrutar en junio y julio, y siempre tienen cosas mejores que hacer en agosto que manifestarse contra la austeridad. Y ahora que todos han vuelto de la playa, veremos la reacción violenta, ¿verdad?

Yo me inclino a pensar que no. La verdad es que a las economías europeas les va mejor de lo que se espera. Todos saben de la actuación estelar de Alemania de este año, con una tasa de desempleo menor a la del verano de 2008 (en EU, está 3.5 puntos porcentuales por encima), mientras que el crecimiento en el segundo trimestre fue la mejor cifra trimestral en 20 años.

Pero las economías periféricas de Europa también tienen sus buenas noticias. Consideremos a Irlanda. Dados los bancos afligidos, una caída de categoría de las deudas, y alto desempleo  ( la tasa de 13.7% en julio fue la peor desde 1994) uno no pensaría que hay buenas noticias ahí. Pero Barry O'Leary, el presidente ejecutivo de IDA Ireland, la agencia nacional de inversiones, dice que ha habido una significativa "revalorización de la economía " desde la parte de la Gran Recesión. En 2009, el sector público de Irlanda recortó sueldos, como medida de austeridad, y O'Leary dice que los del sector privado  han seguido, con reducciones de 10% a 15%. El IDA ya vuelve a ver inversionistas que quieran desarrollar capacidades de fabricación en Irlanda, el tipo de operaciones con mucha mano de obra que hasta hace poco parecían dirigirse a Asia.

No quiero sonar como que mi cerebro quedó frito luego de tantas horas bajo el sol de Grecia (Ya quisiera). Lo más fácil es recitar los retos que enfrenta Europa en las próximas décadas: una población envejecida y mercados laborales inflexibles; la necesidad de que el centro neurálgico de las exportaciones que es Alemania expanda la demanda doméstica; las claras preferencias del consumidor nacional y los regimenes regulatorios que evitan que las empresas lleven las buenas ideas a un nivel mundial  (esa lista no ha cambiado en 20 años). Ni tampoco esta verdad: Europa sigue siendo el área más poblada del mundo con una prosperidad ampliamente distribuida, longevidad y buena salud. Algo deben estar haciendo bien. ¡Que sigan sin ladrar los perros!

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