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Estonia ¿el último en adoptar el euro?

La nación se integra al bloque de moneda única en medio de los problemas que sufre el continente; Estonia es la primera antigua república soviética que se integra a la eurozona.
vie 31 diciembre 2010 11:26 AM
La población y los bancos en Estonia se alistan para usar la moneda única. (Foto: Reuters)
Euro

Estonia podría ser el último nuevo país en integrarse a la zona euro en unos cuantos años cuando se transforme en el miembro número 17 del bloque el 1 de enero, con la profunda crisis de confianza en el club que puede alejar a los principales estados del este de Europa por hasta una década.

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Olli Rehn, y los primeros ministros de Letonia y Lituania viajaron a Tallín este viernes para alabar la adopción del euro de parte de Estonia a partir de la medianoche, que culmina su integración en el oeste y su alejamiento de la influencia de Rusia que comenzó con el colapso de la Unión Soviética.

Además, se convierte en la primera antigua república soviética que adopta la moneda única europea. Sus vecinos Letonia y Lituania esperan hacerlo en 2014, cimentando la independencia lograda en 1991.

Pero en el resto del antiguo bloque soviético, los gobiernos no están tan convencidos. Polonia, Hungría y los demás han prometido entrar un día en la zona euro, pero no tienen mucha prisa.

Quieren ver cómo se resuelven los problemas de deuda de Irlanda, Grecia, España y Portugal y temen que perder la flexibilidad de sus tipos de cambio les haga menos competitivos y menos capaces de aguantar futuras crisis financieras.

La crisis de la deuda también ha socavado la idea de que pertenecer a la zona euro garantiza unos préstamos a bajo costo en los mercados internacionales.

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"Hay más riesgos de estar dentro de la zona euro que de estar fuera", dijo este mes el gobernador del banco central polaco, Marek Belka.

Comentarios similares se han escuchado en República Checa, donde el primer ministro, Petr Necas, ha dicho que adoptar el euro no sería una ventaja para el país durante mucho tiempo.

"Los checos siempre han sido más cautos, y los polacos se están volviendo cautos también", dijo el economista de Capital Economics Neil Shearing.

Incluso si la zona euro sobrevive tal y como está ahora, el próximo miembro del club no entraría antes del 2015. Muchos economistas no esperan que los estados europeos de mayor tamaño entren antes del final de la década.

Los líderes de Estonia, que será el país más pobre de los 17 socios con la moneda única tras la brutal recesión de 2009, que eliminó casi un quinto de su Producto Interno Bruto, han restado importancia a que la decisión pueda acabar resultando negativa.

"Los problemas de deuda del área del euro no están causados por el euro y la crisis económica actual. Las semillas de los problemas se plantaron hace décadas", manifestó en un discurso reciente el presidente Toomas Ilves.

"Por tanto, la solución de los actuales problemas hacen al euro más fuerte y Estonia tiene la oportunidad de estar implicada inmediatamente en este proceso", agregó.

En términos económicos, la zona euro apenas notará la incorporación. El PIB de Estonia supone sólo un 0.2% de los 8.9 billones de euros del total de los 17.

A diferencia de polacos, checos y húngaros, Estonia también está acostumbrada a tener una escasa flexibilidad monetaria.

Su corona lleva asociada al euro con unas normas rígidas desde hace 18 años, y tendrá una tasa de conversión de 15.6466 coronas. Las divisas lituana y letona también están vinculadas al euro.

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