Europa: entre Libia, Japón y su futuro
Los líderes de la Unión Europea iniciarán mañana una cumbre de dos días en la que buscarán adoptar nuevas medidas para mejorar la competitividad de la zona del euro, recobrar la confianza de los mercados y discutir la situación en Libia y Japón.
En el centro del paquete económico figura el llamado Pacto por el Euro, elaborado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para atender a la exigencia de Alemania de limar los desequilibrios entre los 17 países de la unión monetaria.
Entre las medidas propuestas se incluyen la ampliación de la edad de jubilación, el fin de la indexación salarial y la vinculación de la evolución de los sueldos a la productividad.
Esos puntos han llevado a los sindicatos europeos a convocar una marcha de protesta para este jueves, a la que esperan participen unas 15,000 personas, de acuerdo con estimaciones de la policía federal belga.
No obstante, el borrador de conclusiones de la cumbre indica que la ampliación del actual fondo de rescate temporal para los países con problemas de solvencia quedará pendiente, probablemente debido a un desacuerdo general en torno de las aportaciones adicionales que deberían hacer cada país.
El conflicto en Libia será el tema de la cena de trabajo de los jefes de Estado y gobierno europeos, que deberán reiterar su "determinación de garantizar la seguridad del pueblo libio por todos los medios necesarios", de acuerdo con el borrador de conclusiones.
Los 27 también deberán aprobar nuevas ayudas humanitarias a los países del norte de África hacia adonde miles de ciudadanos libios y extranjeros se están dirigiendo para huir de la violencia en Libia.
Además, tienen previsto adoptar medidas destinadas a ayudar a corto plazo el proceso de democratización en curso en Túnez y Egipto, donde considera que está en marcha una "transformación histórica".
La cumbre tratará igualmente la situación en Japón a raíz del terremoto y tsunami del pasado 11 de marzo, y la consecuente crisis en la central nuclear de Fukushima.
La UE reiterará su apoyo al pueblo y al Gobierno japonés, revisará sus esfuerzos en términos de ayuda humanitaria, y evaluará las consecuencias económicas de la crisis en todos los sectores.
Por fin, los líderes europeos señalarán la importancia de sacar lecciones de la tragedia y abogarán por revisar los dispositivos de seguridad de las plantas nucleares situadas en la UE.
