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China y el G20 en desacuerdo por el yuan

Los países discutieron la inclusión de la moneda china en la cesta de monedas de los DEG; China sospecha que el objetivo de Ociddente es obligar a que el yuan se cotice más libremente.
jue 31 marzo 2011 11:21 AM
Sarkozy tiene dificultades para cumplir su objetivo de diseñar una reforma monetaria global para fin de año.  (Foto: Reuters)
Sarkozy

China rechazó el jueves la presión de París y Washington por una rápida reforma de un sistema monetario global que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, describió como tan inestable que podría hacer que la economía mundial vuelva a caer en la crisis. Los ministros y los responsables de los Bancos Centrales de los 20 principales países desarrollados y en desarrollo se acercaron hacia un consenso sobre la necesidad de incluir al yuan chino en la cesta de monedas que componen los Derechos Especiales de Giro (DEG), la unidad contable del Fondo Monetario Internacional.

Sumar al yuan a la canasta de los DEG sería un reconocimiento a la creciente influencia económica de China y un paso concreto para hacer más representativo el actual sistema monetario global.

China sospecha que el objetivo velado de Occidente sea obligarla a permitir que el yuan se cotice más libremente y que desmantele sus controles de capital más rápido de lo que desea.

Estos intereses contrapuestos quedaron al descubierto en Nanjing en torno a las condiciones para incluir al yuan, también conocido como renminbi, en la cesta de DEG.

Los DEG, cuyo valor actualmente se deriva de una canasta ponderada de dólares, euros, yenes y libras, es una cuasimoneda que se usa principalmente como una unidad contable dentro de las operaciones internas del FMI.

Su alcance es limitado -Libia por ejemplo mantiene atada su moneda a los DEG y las comisiones por transitar por el Canal de Suez se calculan en esta unidad-, pero algunos expertos creen que los DEG pueden evolucionar con el tiempo y convertirse en una moneda internacional de reserva, junto con el dólar.

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La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, dijo que no había un marco de tiempo especial para agregar el yuan a los DEG, un paso que exigiría compromisos por parte de China.

"Discutimos las condiciones que se aplican para pertenecer a la cesta de DEG y en particular nos centramos en la convertibilidad y flexibilidad de una moneda y en la relativa independencia de los Bancos Centrales", dijo la ministra en la conferencia de prensa que cerró el encuentro.

Pronto se comenzarían estudios para analizar estos temas, adelantó.

Así como a China le gustaría disfrutar de los beneficios que tiene pertenecer a los DEG, también le preocupa que el ofrecimiento venga con muchas condiciones.

Yi Gang, un vicegobernador del Banco Central chino, cuestionó la idea -expresada entre otros por el presidente del Banco Central Europeo Jean-Claude Trichet- de que una moneda deba primero flotar libremente para poder ser incluida en la cesta de DEG.

Seminario

La reunión en la ciudad oriental de Nanjing ha sido calificada como un seminario para exponer ideas, no para tomar decisiones.

Las visiones divergentes, claras desde el comienzo de un foro del G20 en China, enfatizan las dificultades que Sarkozy enfrenta para cumplir su objetivo de diseñar una reforma del orden monetario global para fines de año.

"Sin reglas, el sistema monetario internacional y financiero es incapaz de anticipar crisis, burbujas financieras y la expansión de los desequilibrios", dijo Sarkozy a una reunión de ministros de Finanzas, banqueros centrales y prominentes académicos.

En ese espíritu, Sarkozy preguntó si no es momento para ampliar el Grupo de Siete Naciones más industrializadas, que tiene como uno de sus principales propósitos vigilar los mercados globales de monedas.

Un funcionario alemán de alto rango, quien declinó ser identificado, dijo que Berlín también está a favor de que las preguntas de divisas sean abordadas por un grupo más amplio que el G7, tal vez incorporando a Brasil, Rusia, India, China y México.

Pero el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, puso en tela de juicio si se requiere de un esfuerzo internacional para curar los males del sistema monetario global. Según él, la inconsistencia en las políticas cambiarias es el mayor defecto.

Sin nombrar a China, hizo notar que algunos países emergentes ejercen regímenes fuertemente controlados que avivan los riesgos de inflación en sus propias economías, magnificando las presiones de apreciación en otras naciones y generando también llamados al proteccionismo.

"Esta asimetría en políticas de tasas cambiarias crea mucha tensión", dijo Geithner. "Este es el problema más importante que hay que resolver hoy en el sistema monetario internacional", agregó.

Pero él dijo que la solución no es complicada.

"No se requiere de un nuevo tratado, o una nueva institución. Puede ser alcanzado por acciones nacionales que sigan el trabajo que ya hemos comenzando en el G20 para promover un crecimiento más balanceado y abordar los desequilibrios excesivos", sostuvo.

 

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