Congreso de EU alista recorte fiscal
El Congreso vota en las próximas horas sobre un proyecto para reducir el presupuesto de gastos oficiales en casi 40,000 millones de dólares en lo que resta del año fiscal. La votación pone fin a una batalla, pero da comienzo a otra aún más enconada en torno a futuros recortes de billones de dólares para reducir la creciente deuda federal.
Se prevé que las dos cámaras aprobarán el plan de gastos vigente hasta el 30 de septiembre, acordado el viernes pasado poco antes de la medianoche, cuando el gobierno se estaba al borde de la parálisis debido a la falta de partidas para las distintas reparticiones.
El presidente Barack Obama y el Partido Demócrata están trenzados en un enfrentamiento ideológico con los republicanos, en particular con unos 90 miembros nuevos de la Cámara de Representantes aliados con el movimiento ultraderechista del Tea Party. Su victoria en noviembre dejó la cámara en manos de los republicanos e instauró un gobierno dividido que obliga a Obama a hacer concesiones en materia de gastos e impuestos que han enfurecido al ala izquierda de su partido.
Ante la aprobación prevista de los recortes de 38,500 millones de dólares en los próximos cinco meses y medio, Obama expuso el miércoles su posición sobre la manera de reducir la deuda nacional, superior a 14 billones de dólares, en los próximos años . El discurso fue considerado el inicio de la campaña del presidente por su reelección en 2012, la que probablemente se verá dominada por la necesidad de reducir la colosal deuda.
La magnitud de la deuda en relación con la economía estadounidense ha alcanzado proporciones alarmantes. Los republicanos insisten en que están en peligro tanto el bienestar interior del país como su influencia sobre los asuntos mundiales. La deuda ha crecido exponencialmente en los últimos años, cuando Obama inyectó miles de millones de dólares en la economía para contrarrestar la crisis financiera global y superar la reciente Gran Recesión. Pero la deuda también es producto de los recortes de impuestos aplicados por su antecesor George W. Bush y los enormes gastos de las guerras en Irak y Afganistán.
