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Las dos caras de Dominique Strauss-Kahn

Por un lado, el ex líder del FMI es un economista muy reconocido que luchó contra la pasada crisis; por el otro, es conocido por su debilidad por las mujeres y ahora enfrenta cargos por abuso sexual.
sáb 21 mayo 2011 04:28 PM
DKS, el hombre que pudo haber competido fuertemente por la presidencia de Francia. (Foto: Reuters)
DSK

Podrían ser incluso dos hombres diferentes. Para sus colegas del mundo de las finanzas públicas globales, Dominique Strauss-Kahn es uno de los más carismáticos operadores que existen. "Cuando entra a una sala, la gente lo nota. Cuando habla, la gente lo escucha", contó un funcionario europeo al que le tocó compartir con DSK varios encuentros de ministros de Finanzas de la zona euro.

"Lo escuchan más que a otros, incluso más que entre ellos mismos", relató.

Aquellos que conocen a este francés de 62 años dicen que tiene sentido del humor, pero que al mismo tiempo es sumamente consciente de su posición y de su autoridad. "Es un hombre carismático, siempre listo para hacer un buen gesto, sonreír. No es un arrogante", dijo otro funcionario.

Pero hay otro Strauss-Kahn, cuyos hábitos mujeriegos eran un secreto a voces entre sus colegas, así como entre los periodistas de Francia y los que cubren el FMI.

Este hombre solía enviar flores a reporteras y no escondía su debilidad por el sexo opuesto. Este DSK -apodado "el gran seductor" por el semanario francés Le Journal du Dimanche- comenzó su mandato en el fondo con una relación con una subordinada.

Ahora, enfrenta cargos mucho más graves. El sábado pasado, fue sacado de un avión en el aeropuerto JFK acusado de haber intentado violar a una mucama del hotel Sofitel donde se alojaba, en pleno Times Square neoyorquino.

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Según la policía, la mucama -una viuda de 32 años oriunda del país africano de Guinea- denunció que Strauss-Kahn salió de la ducha e intentó arrojársele encima. DSK niega las acusaciones y el jueves recuperó la libertad tras pagar una millonaria fianza que puso fin a una saga de varias noches en la prisión Rikers Island de Nueva York.

El economista, que era popular dentro del FMI y potencial candidato a la presidencia francesa por el Partido Socialista, debió renunciar a su cargo en el FMI para abocarse a su defensa judicial.

La historia está repleta de fantasmas de gente poderosa que abusó de su poder. Independientemente de que sea declarado inocente o culpable, su carrera y sus ambiciones parecen terminadas.

Sus amigos y colegas están en estado de shock: los sondeos publicados en Francia esta semana mostraron que un 57% cree que probablemente se trate de un complot.

Un funcionario del FMI, que pidió no ser identificado porque el personal del organismo recibió instrucciones de no hablar con la prensa sobre el asunto, dijo que si bien se sabía que Strauss-Kahn era mujeriego, nadie pensó que usaría la violencia para conseguir sexo.

"Varios amigos cercanos de Strauss-Kahn en Francia han dicho que esto no se condice con su carácter. Usualmente es un tipo encantador, seductor, al que por supuesto le gustan las mujeres", dijo Stefan Collignon, un ex alto funcionario del Ministerio de Finanzas alemán y actual profesor de economía en Italia.

Esa sensación de sorpresa contrasta con las sensaciones de Piroska Nagy, una entonces empleada del fondo que tuvo una relación sentimental con Strauss-Kahn entre fines del 2007 e inicios del 2008.

Nagy dijo haber sentido abuso de poder. "Creo que el Señor Strauss-Kahn abusó de su posición en la manera en que llegó a mí", escribió la economista húngara en una carta a una firma de abogados contratada por el FMI para investigar un posible abuso de poder de Strauss-Kahn.

"Yo suministré los detalles de cómo me citó en varias ocasiones y llegó a hacerme sugerencias impropias. Pese a mi larga vida profesional, no estaba preparada para los avances del director gerente del FMI. No supe cómo manejar esto: sentí que sería condenada si lo hacía y condenada si no lo hacía".

"Tras un tiempo, cometí el grave error de involucrarme en una relación, que fue muy corta. Pero es, en mi opinión, indiscutible que el Señor Strauss-Kahn usó su posición para obtener acceso a mí".

Nagy agregó que consideraba a Strauss-Kahn "un líder brillante con visión para enfrentar la crisis global", así como un "hombre agresivo, aunque encantador".

La carta concluye: "temo que sea un hombre con un problema, que podría dejarlo en mala posición para liderar una institución donde tenga mujeres bajo su mando".

"En su mejor momento"

Entonces, ¿quién es DSK?

El apodo, una comparación intencional con JFK, fue usado por primera vez por los medios y por su propio equipo durante el ascenso de Strauss-Kahn a comienzos de los años noventa. DSK es un socialista que no oculta su vasta riqueza y su fastuoso estilo de vida.

Su camino a lo más alto de la sociedad francesa comenzó en Mónaco, a donde su familia se mudó cuando él tenía 11 años. Una infancia soñada en Agadir, Marruecos, había terminado abruptamente un año antes, en 1960, cuando un potente sismo destruyó gran parte de la antigua ciudad árabe, matando a muchos de sus compañeros de colegio.

La familia judía, secular y liberal de Strauss-Kahn se ganó merecidamente la reputación de tolerante y proclive al debate intelectual.

Su padre, Gilbert, que sufrió períodos de depresión durante la mayor parte de su vida, murió en 1992, de acuerdo a los biógrafos. Uno de ellos, Michel Taubmann, dice que Gilbert también era un mujeriego y que eso molestó profundamente a su hijo en sus años de adolescente.

El estudio jurídico de Gilbert floreció y la familia vivió a lo grande en Mónaco. A los 14 años, Dominique recibió permiso para hacer un viaje por la isla de Córcega en moto con un amigo, pero su madre Jacqueline tuvo que ir a buscarlo cuando llamó a su casa con hambre y sin dinero.

Progresó sin problemas en el Lycee Albert 1er, donde Helene Dumas lo conquistó.

Se casó con ella a los 18. Esa unión, la primera de tres, duró unos 20 años, en los cuales Strauss-Kahn se convirtió en un gurú de la economía gracias a sus posiciones académicas antes de ingresar a la política de la mano del Partido Socialista.

El primer escalón de su carrera fue la HEC, una de las escuelas económicas más prestigiosas del país. Strauss-Kahn se perdió las protestas estudiantiles del Mayo Francés, en 1968, porque estaba preparando su examen de ingreso.

A lo largo de la década de 1970, mezcló la política de izquierda con la investigación económica, cosechando títulos en derecho y economía avanzada. Un trabajo sobre ahorros y desigualdad despertó la atención internacional, pero también la de los grandes nombres del socialismo, luego de lo cual ascendió rápidamente como el cerebro económico del partido.

Strauss-Kahn asumió su primer puesto en el Gobierno como ministro de Industria en 1991, el mismo año en que se casó con su tercera y actual esposa Anne Sinclair, una famosa periodista de televisión cuyas entrevistas políticas y abrigos de angora fascinaron a millones de televidentes todos los fines de semana durante gran parte de los años ochenta y los noventa.

En ese entonces, él era el esposo y ella la estrella.

Mucha de la riqueza de Strauss-Kahn proviene de Sinclair, nieta y heredera de uno de los principales marchantes de arte de Francia y Europa, Paul Rosenberg. Ella nació en Nueva York, donde su padre huyó en tiempos de guerra para escapar de la persecución de los nazis.

El verdadero posicionamiento de Strauss-Kahn en el liderazgo político de Francia se produjo cuando llegó al Ministerio de Finanzas en 1997.

El hombre que escribió la mayor parte del programa del Partido Socialista para las elecciones anticipadas duró 881 días en el puesto, aprovechando un boom económico y un impuesto corporativo excepcional para acomodar las finanzas públicas francesas antes del lanzamiento del euro y sin tener que imponer medidas de austeridad a los votantes.

Su renuncia en 1999 lo alejó un poco de la luz pública, pero sólo por un tiempo.

Desde entonces, Strauss-Kahn ha estado en el centro o cerca de la política y las políticas de Europa. Ayudó a convencer a los alemanes a que acepten a Italia dentro de un "gran euro".

También fue clave en la creación de un marco político para el euro, incluyendo la formación de un grupo separado para supervisar la coordinación política en el área monetaria.

En el FMI, DSK fue considerado flexible, un avance con respecto a los dos jefes previos, que eran percibidos como mucho menos conocedores y con menos habilidades políticas.

A DSK le tocó suceder al ex ministro de Economía español Rodrigo Rato, que renunció dos años antes del final de su mandato en medio de la mayor reestructuración en la institución en una generación.

"No fue difícil mejorar la moral del fondo después de Rato", dijo una persona que trabajó con Strauss-Kahn en Washington, pero que no quiso ser identificado porque no está autorizado a hablar con los medios.

"DSK aprovechó las oportunidades ofrecidas por la crisis, buscando inmediatamente una recapitalización del fondo", agregó.

"Es extremadamente inteligente, elocuente y convincente", dijo un tercer funcionario europeo a Reuters. "Sus ideas eran escuchadas por la canciller alemana Angela Merkel y mantuvo conforme al personal y a la junta directiva del FMI", añadió.

Otra fuente más destacada de la zona euro sostuvo que Strauss-Kahn a veces "despreciaba un tema sin hacer mucho hincapié en él". A primera vista, "eso puede ser visto como arrogancia, pero en realidad era porque él ya lo había analizado en su cabeza y no quería perder más tiempo en eso mientras otros seguían pensando", explicó.

El ex funcionario alemán Stefan Collignon cree que Strauss-Kahn "estaba en su mejor momento" en el FMI.

"Claramente es un genio en entender la economía y la política a la vez. Podría haber hecho una gran contribución si se hubiera convertido en presidente, lo que parece improbable a menos que sea absuelto", puntualizó.

Strauss-Kahn a veces parecía deleitarse en forzar los límites. "Hay una diferencia entre aprovechar las oportunidades y asumir riesgos", dijo un ex colega de Washington, que claramente simpatiza con él. "Lo que siempre he notado de él es que abre muchas puertas (...) él mismo crea oportunidades y luego decide", agregó.

En Davos, en el 2008, Strauss-Kahn defendió un estímulo fiscal keynesiano para evitar una debacle. El ex asesor económico de la Casa Blanca Larry Summers declaró en ese momento que era la primera vez que el FMI decía algo semejante.

"DSK había visto los reportes del (economista) Olivier Blanchard y entendió los vínculos entre el sector financiero y la macroeconomía", dijo el ex colega.

Cuando Strauss-Kahn apoyó el estímulo en el G-7 ese mismo año, "fue atacado por todos", recordó el ex colega. "Los europeos le dijeron 'no entiendes nuestras economías tan bien como nosotros'. Y él respondió 'no entiendo sus economías individuales, pero entiendo la economía mundial y las externalidades, eso es lo que puedo ofrecerles'".

Alianzas peligrosas

Muchos habían asumido que Strauss-Kahn buscaría desafiar a Nicolas Sarkozy en las elecciones por la presidencia de Francia.

En los últimos meses, el hombre que alguna vez soñó con ganar un Premio Nobel de Economía apareció en todos los sondeos como el favorito para convertirse en la persona más poderosa de Francia en los comicios del año próximo.

Ahora, eso es muy poco probable. La acusación de intento de violación cambia todo. Sorprendentemente, el escenario no está muy lejos de uno imaginario que Strauss-Kahn compartió con un periodista del diario de tendencia izquierdista Liberación el 28 de abril.

Como luego relató el periodista Antoine Guiral, el jefe del FMI denunció un "complot de desestabilización" en su contra, en el que una mujer a la que le habían prometido entre 500.000 y un millón de euros saldría de un estacionamiento diciendo que había sido violada.

Sea cual sea el resultado del procedimiento judicial en Estados Unidos, "hay pocas dudas de que este triste asunto, en todo sentido, no vaya a acabar con su carrera política", dijo Gerard Grunberg, director de investigación política en la universidad francesa Sciences Po, donde Strauss-Kahn dio clases.

No ha ayudado el hecho de que el caso de violación también reviviera versiones de indiscreciones pasadas.

Entre ellas, por supuesto, está la aventura que en el 2008 tuvo con Piroska Nagy.

Strauss-Kahn y Nagy mantuvieron encuentros furtivos en las nevadas laderas de Davos en los Alpes suizos en el 2008.

Fue una relación breve -un encuentro de una noche según la comprensiva esposa de Strauss-Kahn- que terminó mucho antes de que la directiva del FMI se reuniera de emergencia a mediados de octubre de ese año para discutir si el jefe del FMI había abusado del poder de su posición.

Pese al hecho de que Nagy -quien estaba casada pero separada del ex presidente del Banco Central de Argentina Mario Blejer- era una subordinada de Strauss-Kahn, una investigación del FMI lo absolvió de abuso de poder.

"Esa relación de una noche ahora quedó atrás. Dimos vuelta la página. Y puedo agregar como conclusión que nos amamos tanto como el primer día", dijo su esposa Sinclair.

Strauss-Kahn se disculpó públicamente ante los empleados del FMI y su esposa por su "error de juicio". La directiva del FMI le había advertido en privado que no toleraría un nuevo incidente.

Algunos incondicionales del FMI creen que Strauss-Kahn debería haber renunciado. Varias fuentes del fondo dijeron a Reuters que había también constantes preocupaciones acerca de si había aprendido la lección.

El humorista Stephane Guillon enfureció al economista cuando bromeó sobre su reputación durante la presentación de una entrevista en vivo que dio Strauss-Kahn a Radio France en París en febrero del 2009.

Leyendo una nota ficticia sobre las medidas de seguridad tomadas para la visita de Strauss-Kahn, Guillon dijo: "al personal femenino se le solicitó vestir ropa larga, sobria, trajes no provocativos (...) Todas las esquinas oscuras del edificio han sido cerradas, los estacionamientos, baños y algunos armarios".

En el 2005, Carmen Llera, una escritora española, "socialité" y viuda del famoso escritor italiano Alberto Moravia, publicó un libro de poesía que, según los diarios italianos, era sobre su amante de los últimos dos años, Strauss-Kahn.

Varios de los poemas cuentan cómo a su amante le gustaba tener conductas sádicas en la cama.

Sin embargo, Llera dijo el viernes que los poemas eran pura ficción. En una carta abierta al diario italiano Corriere della Sera, defendió a Strauss-Kahn diciendo que "no es un hombre cruel, primitivo o sádico" y agregando que no quería que "se convirtiera en el chivo expiatorio de un puritanismo americano antieuropeo y antifrancés".

En la prestigiosa universidad Sciences Po en París, donde Strauss-Kahn dio clases de economía por dos años antes de ser designado al frente del FMI, sus ex estudiantes estaban entusiasmados por tener a un profesor famoso.

"Era bastante popular, fue fantástico tener a un profesor muy conocido", indicó una de ellas, Margaux, quien no quiso que su apellido fuera publicado. "Era conocido como un mujeriego, pero nunca escuché nada concreto", agregó.

Aún así, recordó haberse sentido incómoda por la mirada "diabólica y severa" que daba a las estudiantes femeninas. "No era para nada cómodo", contó Margaux, agregando que sus amigas también notaron lo mismo.

Discreción francesa

Desde su arresto el pasado fin de semana, se han conocido otros relatos perturbadores.

La escritora Tristane Banon dice, por intermedio de su abogado, que está considerando presentar una demanda contra Strauss-Kahn por un presunto ataque que ocurrió cuando ella fue a un apartamento para entrevistarlo en el 2002.

La madre de Banon, la asesora socialista Anne Mansouret, dice que lamenta no haberle dicho a su hija que presentara una demanda en aquel momento.

Cuando Strauss-Kahn llegó al FMI, todo el mundo conocía su reputación, por lo que "las mujeres eran deliberadamente muy cuidadosas de no quedarse a solas con él", dijo un ex funcionario del organismo que pidió no ser identificado.

Había un entendimiento en el departamento de prensa del FMI para no dejar nunca a una reportera sola con DSK para evitar que sucediera algo impropio.

¿Por qué todo esto se conoce ahora? Parte de la respuesta es el código de honor de la élite francesa. Los periodistas franceses prefieren compartir las historias de conquistas sexuales de los políticos en las fiestas más que con la audiencia.

Esto no es sólo por la tolerancia gala o el temor a represalias, sino un autoimpuesto código de conducta de que la vida privada de la gente es sencillamente eso: privada, incluso en el caso de los políticos, dice Christophe Barbier, editor jefe de la publicación semanal L'Express.

"Si un político es alcohólico, esa es su vida privada. Si camina en la calle gritando en medio de la noche y es arrestado por la policía, comentamos eso", dice Barbier.

La misma regla se aplica cuando se trata de sexo en lo que respecta a los medios franceses. A menos que se presenten cargos, se introduzca un reclamo legal o se abran investigaciones disciplinarias, el tema puede, y sucede con frecuencia, no ser reportado.

En el caso de Strauss-Kahn, esa línea fue claramente cruzada en Nueva York, como lo fue tras su aventura con Nagy. Los muchos otros cuentos y rumores de sus explosiones a lo largo de años se mantienen en el rango de relatos para fiestas o rumores para salas de redacción.

"Dominique Strauss-Kahn escogió el estilo de vida libertino, él y su esposa. Pero eso es su vida privada y no hay nada malo en eso", dice Gilles Savary, un asesor socialista.

"Con frecuencia DSK llegaba a encuentros socialistas con una mujer colgada a su brazo que no era su esposa, por ejemplo en la reunión del Partido Socialista de verano en La Rochelle. Yo mismo lo vi".

Pero Savary dice que nunca hubo nada que sugiriera ataque o violencia en las relaciones.

"Creo que es imposible que Strauss-Kahn se haya comportado así, precisamente porque tenía pocos problemas (en encontrar acompañantes). Es bien conocido en los círculos de París que era un perseguidor de faldas cuando se trataba de mujeres, pero no de menores o de algo ilícito".

La gente al otro lado del Canal o del Atlántico podría sorprenderse por las actitudes liberales de los franceses, pero Savary dice que hay cierta pizca de hipocresía en esos criterios.

"Era bueno para (Winston) Churchill beber whisky a lo largo del día, e incluso coñac en la mañana, pero de haber sido atrapado Churchill en enredos, se habría despojado al mundo el más grande estadista del siglo XX", dijo Savary en referencia al líder británico en tiempos de guerra.

Ser presidente

En el 2006, Strauss-Kahn fracasó en su intento por ser el candidato socialista a la presidencia, cuando fue derrotado por Segolene Royal tras un decepcionante desempeño que llevó al embajador de Estados Unidos en ese entonces a decir que le faltaba agresividad necesaria para una campaña presidencial.

El cargo en el FMI, en el 2007, fue su siguiente golpe afortunado. Obtener el puesto fue casi como una campaña electoral, ya que debió viajar por el mundo en busca de respaldo.

Esa saga comenzó con una llamada telefónica que hizo mientras hacía tiempo antes de la ceremonia matrimonial de su hija cerca del Palacio de la Bastilla en París.

Jean-Claude Juncker, el primer ministro de Luxemburgo y un veterano negociador de los asuntos de la UE, sugirió que Strauss-Kahn buscara el cargo que el español Rato había abandonado.

DSK tomó el mando en momentos en que la economía del mundo se hundía en su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.

Y en lugar de despedir personal, gestó planes con líderes mundiales para sofocar la crisis, utilizando parcialmente el argumento persuasivo de que los Gobiernos necesitarían gastar billones de dólares para alcanzar ese objetivo, y que más tarde deberían preocuparse por las deudas.

Parecía que un regreso a la política francesa era inevitable. Ahora ese escenario se ha hecho polvo. "Quiero dedicar toda mi fuerza, todo mi tiempo y toda mi energía a demostrar mi inocencia", dijo en la carta de renuncia enviada al FMI.

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