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Mercado interno, lejos de su ‘salvación’

Pese al dato positivo de ventas minoristas en junio, economistas ven signos de debilidad en México; el consumo local difícilmente podrá soportar una desaceleración de Estados Unidos, advierten.
mar 23 agosto 2011 06:00 AM
La ANTAD agrupa a tiendas como Walmart de México, Soriana, Comerci y Chedraui. (Foto: Photos to Go)
compradora supermercado (Foto: Photos to Go)

El mercado interno muestra signos de debilidad y difícilmente podrá ser un soporte para enfrentar una desaceleración o eventual recesión de la economía de Estados Unidos, como pretende el Gobierno federal, coinciden analistas.

Aún cuando las ventas al menudeo repuntaron durante junio 0.73% en cifras desestacionalizadas y 4.8% a tasa anual, lo que puede considerarse como una lectura positiva, hay sectores que muestran contracción como alimentos, bebidas y tabaco, esparcimiento y enseres domésticos, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El motor interno va a jugar un papel importante, pero no hará la gran diferencia, opina Eduardo Ávila, subdirector de Análisis de Monex Grupo Financiero, debido a que la economía mexicana está estrechamente ligada a la de Estados Unidos.

De hecho, un dato preocupante en el caso de las ventas al menudeo fue el comportamiento que registraron las remuneraciones reales, que en junio cayeron 0.6% y en el año 1.1%, lo que pega a la capacidad adquisitiva de los trabajadores.

"La masa salarial es la que se ve afectada y eso limita las expectativas de mayores ventas en el futuro, porque significa que los trabajadores están teniendo menos ingresos en términos adquisitivos", dice Ávila.

Además, las cifras de ventas al menudeo a junio aún no reflejan el desempeño negativo que en las últimas semanas han vivido los mercados financieros mundiales, y el punto es ver qué tanto se verán afectadas por el entorno adverso, estima Mario Correa, economista en jefe de Scotiabank.

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Ciertamente es una señal positiva y habla de cierta fortaleza del mercado interno, pero es un dato algo rebasado. "Mientras tengamos un mercado interno más fuerte eso ayuda a resolver el impacto de una caída en exportaciones procedente de una desaceleración en Estados Unidos", destaca.

El problema es que la economía interna no funciona como debería. "Seguimos necesitando las reformas estructurales, y mientras no pasen, la economía sigue siendo vulnerable al comportamiento de EU; si se frena, por más que nuestro mercado interno se haya fortalecido, la economía se vería afectada por un menor ritmo de crecimiento del vecino país del norte".

De hecho, ambos economistas coinciden en que las medidas que en los últimos días ha anunciado el Gobierno federal son de impacto temporal y acotado, y difícilmente podrán revertir una desaceleración del sector exportador y manufacturero en México, indica Ávila.

Ayudan mientras no sea un cambio estructural profundo, pero muchos de estos programas pueden realizarse en cualquier momento y no necesariamente enfrentando una crisis. A la economía mexicana le urge que se realicen las reformas para que los mercados funcionen mejor y haya mejores oportunidades de generación y distribución de riqueza, subraya Correa.

Si EU cae México tendrá un impacto fuerte. Hay otro elemento que es la generación de empleos, que efectivamente se están creando, pero a un ritmo lento. Se requieren al menos un millón de empleos anuales y a pesar de que la economía ha crecido, no se ha tenido ese nivel de generación de nuevas fuentes de trabajo, lo que habla de un problema estructural, puntualiza Mario Correa.

El mercado laboral presenta condiciones sociales de mayor degradación en lo que se refiere al acceso a cobertura médica, prestaciones sociales, economía informal y contratos laborales, advierte José Luis de la Cruz, director del Departamento de Economía y Finanzas del Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México.

Todo ello constituye un retroceso con respecto a 2008, por lo que aunque haya disminuido la tasa de desempleo, no ha implicado un mercado laboral más robusto, que ya presenta un escenario de precariedad significativa con una tasa de desocupación de 5.2% en el segundo trimestre de 2011.

Además, 29.8 millones de personas ocupadas sin acceso a la salud; 3.7 millones no reciben ingresos; 5.9 millones ganan a lo mucho un salario mínimo; 14.3 millones se encuentran laborando sin contrato; 10.4 millones reciben a lo más entre 1 y 2 salarios mínimos. Y la situación se torna aún más preocupante al analizar los índices de personal ocupado, remuneraciones medias reales por hora hombre trabajada y horas hombres trabajadas.

La presencia de una nueva crisis económica representa un verdadero peligro para el país, sobre todo en términos sociales, ya que éstos indicadores se encuentran en niveles preocupantes que reflejan la alta vulnerabilidad de la población ante cualquier eventualidad negativa para la economía, afirma De la Cruz.

"Un mercado laboral débil, un mercado interno sin fuerza, un sector financiero volátil y dependiente, así como el creciente número de personas en la pobreza, aumentan la sensibilidad de México ante una nueva crisis económica, en particular porque el país se encuentra en una posición de menor fortaleza que la observada frente a la crisis de 2008".

Para que una potencial crisis en EU no genere un nuevo aumento en la pobreza en México, se debería preparar un verdadero programa contingente, que atienda de manera integral las necesidades de la sociedad y que impulse al mercado interno, al bienestar de la gente. Para ello es necesario que se genere empleo bien remunerado, de otra manera no se resolverá el verdadero problema estructural de México, afirma De la Cruz.

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