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Europa va hacia una crisis 2.0

Saxo Bank descarta nuevas medidas de liquidez para tratar de paliar los problemas del bloque; analistas señalan que la crisis obligaría a que las posiciones de acciones registren retrocesos.
jue 24 noviembre 2011 05:06 PM
Europa se encamina a una crisis 2.0, cuyas consecuencias serían severas para la economía mundial. (Foto: Reuters)
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La crisis en la eurozona seguirá desarrollándose hasta que no se materialicen grandes volúmenes de fondos nuevos o intervenciones coordinadas ("supra-soberanos"), o lo que es más importante, grandes volúmenes de emisión de moneda del Banco Central Europeo (BCE), estima John J. Hardy, consultor de Divisas de Saxo Bank.

Sin embargo, reconoce que "no parece que vaya a producirse nada de ello a corto plazo, puesto que el énfasis se centra más bien en la necesidad de una mayor disciplina y austeridad financiera. El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera carece por sí mismo de capacidad de reacción y no representa dinero real sobre la mesa; es apenas una promesa".

"El dinero no va a resolver los problemas" en Europa, donde el "contagio se está extendiendo" más allá de la llamada periferia, de acuerdo con el profesor de economía de Nueva York Nouriel Roubini, en un informe publicado en Business Insider.

En Europa, los problemas de Grecia, Irlanda y Portugal se han extendido a Italia, España y más allá. "El signo más ominoso", señala Roubini, ha sido que los diferenciales de crédito se están ampliando en la deuda soberana de Francia y Bélgica , entre otros "núcleo" de las Naciones.

"Es un choque de trenes a cámara lenta", dice el famoso economista quien predijo con antelación la crisis financiera de 2008 y por lo que ganó el apodo de Dr. Doom (Dr. Catástrofe o Dr. Muerte).

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Teniendo en cuenta los problemas financieros y fundamentales en Europa - un crecimiento lento, demasiada deuda y aumento de los déficit de cuenta corriente - Roubini cree que hay "al menos una probabilidad de 50%" de una ruptura de la zona euro en los próximos 2 a 3 años, que asemeje con toda seguridad a un rápido movimiento de choque de trenes.

El escenario a plazo más corto, que plantea John J. Hardy, de, Saxo Bank, sugiere un riesgo que "estemos yendo hacia una auténtica Crisis 2.0, aunque los poderes fácticos van a seguir interviniendo para mejorar los riesgos, y posiblemente se adviertan turbulencias".

Para Michael Hartnett y Joe Zidle, estratega en jefe para Renta Variable Global y estratega de inversión para Administración Global de Fondos de Bank of America Merrill Lynch, respectivamente, es momento de reducir las posiciones en acciones.

Sugieren recortar posiciones en renta variable de 65% a 60%, y elevar las de renta fija de 30% a 35%, favoreciendo los bonos corporativos de Estados Unidos y la renta fija de mercados emergentes.

Durante los últimos dos años, la renta variable se ha mantenido a flote gracias a las inyecciones masivas de liquidez por parte de los bancos centrales, así como avances sustanciales de la productividad y del crecimiento de las ganancias.

Ambos motores lucen menos robustos para el próximo año, ya que a los bancos centrales del mundo desarrollado se les están acabando las municiones. Hasta que las economías se encuentren lo suficientemente saludables para elevar sus tasas y generar un buen mercado bajista para la renta fija, es probable que las bajas tasas de interés sigan coincidiendo con retornos modestamente positivos por parte de los activos de riesgo, subrayan los expertos.

El Comité de Investigación para la Inversión (RIC por sus siglas en inglés) sigue convencido de que, mientras el riesgo al alza para la renta variable es limitado por las situaciones actuales, el mercado alcista de los activos que significan rendimientos, crecimiento y calidad aún está vigente.

Otras cuestiones a un plazo más largo de las que hace énfasis Saxo Bank contemplan una escasa demanda global. Europa ha llegado a su límite de endeudamiento, con lo que a partir de ahora, solo se verán medidas de austeridad.

Estados Unidos podría aplicar nuevos recortes fiscales, pero la austeridad ha ingresado en escena porque hay que recortar cada vez más el despilfarro del sector público, aunque el sector privado se esté desendeudando lentamente.

En China, el Gobierno afronta un gran reto político a la hora de gestionar los efectos del exceso de inversión en infraestructuras y otras construcciones, con la consiguiente deuda mala que esto ha generado.

En su escenario base resalta que Europa está patinando, y lo más probable es que siga así. "Y lo último que vamos a ver son medidas de estímulo, mientras EU mejora o incluso presenta fortaleza", puntualiza John J. Hardy, Consultor de Divisas, Saxo Bank.

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