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El BCE se encargará de la crisis europea

Los líderes del bloque anunciaron un nuevo fondo de 500,000 mde que sustituirá al actual mecanismo; la pasada cumbre no produjo ningún acuerdo, por lo que el Banco Central deberá responsabilizarse.
lun 12 diciembre 2011 12:27 PM
El BCE, liderado por Draghi, es la única institución con capacidad financiera para detener una futura ronda de pánico entre los mercados. (Foto: Cortesía CNNMoney)
mario draghi bce.jpg (Foto: Cortesía CNNMoney)

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Analizar el quinto intento de Europa por alcanzar una solución comprensiva a la crisis del euro exige leer la mente de Mario Draghi y de los otros líderes del Banco Central Europeo (BCE). 

En el corto plazo, el BCE sigue siendo la única institución con capacidad financiera para detener una futura ronda de pánico entre los mercados, que pudiera excluir a Italia y España de los mercados de bonos.

Sin embargo, queda la duda: ¿Hizo la cumbre lo suficiente para resolver los problemas de la eurozona a mediano y largo plazo, de manera que convenza al BCE de intervenir masivamente en el mercado de los bonos si la necesidad se presenta en las próximas semanas? 

Draghi, presidente del BCE, habló en un tono muy positivo sobre el resultado de la cumbre europea del pasado viernes, pero aún no está claro qué significa realmente su pronunciamiento para las futuras acciones del BCE.

Después de todo, el jueves previo Draghi mostró lo contrario, echando agua fría a la idea de que recaería sobre el BCE el papel de intervenir masivamente en los mercados de bonos, en lugar de mantener un papel periférico. 

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Al BCE le preocupa emprender acciones audaces que pudieran aliviar la presión que cae sobre los líderes gubernamentales por resolver verdaderamente los problemas de fondo, dejando que la institución cargue con todo el riesgo. Los altos mandos del BCE sienten que ya atravesaron un trance similar, si bien de menor escala, cuando en el verano incrementaron las compras de bonos italianos sólo para ver cómo, un Berlusconi entonces menos presionado por los mercados, intentaba recular con sus promesas de reforma.

Europa necesita soluciones en tres diferentes marcos temporales.

A corto plazo: Los mercados necesitan saber que alguien tiene el dinero y la voluntad para financiar a Italia y España si los mercados privados temen hacerlo. Esta es una posibilidad real, dadas las serias dificultades económicas que ambas naciones enfrentan y las complicadas políticas que sus gobiernos necesitan para capear el temporal. 

La cumbre de la semana pasada no produjo ningún acuerdo que pueda proporcionar los fondos suficientes para tranquilizar a los mercados en ese frente, dejándole la responsabilidad al BCE. 

Cierto, los líderes europeos convinieron inyectar 200,000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional. Eso aumentaría la capacidad del FMI para intervenir de ser necesario, pero ese monto no aporta ni de lejos el apoyo que los mercados quisieran ver, dadas las dimensiones del problema. 

A medio plazo: Las instituciones de la eurozona necesitan ser fortalecidas, de forma que los gobiernos -y no el Banco Central- puedan brindar los fondos que los países atribulados del bloque llegaran a necesitar. Además, debe haber seguridad de que todos los estados miembros gestionarán sus presupuestos de forma responsable. 

En ambos temas la cumbre hizo progresos reales. 

Primero, los líderes acordaron adelantar el arranque del nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para mediados del próximo año. El MEDE es un fondo dotado con 500,000 millones de euros que funcionaría mejor que el actual mecanismo para proporcionar financiamiento a países atribulados . Por un año operará en paralelo al mecanismo actual, aportando fondos adicionales, no solamente sustituyendo al antiguo.

El total de los dos fondos supuestamente estará fijado en 500,000 millones de euros, lo que reduciría la nueva financiación, pero ese tope podría ser modificado fácilmente cuando el tiempo así lo exija.

También es positivo que los líderes europeos hayan renunciado a la idea de "la implicación del sector privado" u obligar a los tenedores de bonos a aceptar una pérdida o quita cuando los países estén en problemas. La amenaza de esas pérdidas forzadas era un factor que contribuyó grandemente al pánico que se propagó entre los mercados de deuda en meses recientes. 

En segundo lugar, los líderes acordaron confeccionar un cambio al tratado de la Unión, que le dará a las instituciones europeas más control sobre los presupuestos nacionales individuales, si existe el riesgo de que esos presupuestos sean irresponsables. 

Seguramente habrá serias divergencias en la implementación de las propuestas de la cumbre sobre la disciplina presupuestaria, pero creo que al final lograrán superarse. 

A largo plazo: Por último, la cumbre hizo poco por abordar los problemas de la competitividad en el largo plazo.

¿Cómo podrá un país como Grecia o Portugal recuperar la capacidad para competir en la economía mundial sin la capacidad para devaluar su divisa? Sus estructuras de costos son muy altas para que puedan competir con eficacia. 

Por desgracia, las medidas existentes para reducir los costos son extremadamente dolorosas, y por lo tanto políticamente difíciles.  Deben buscarse soluciones, pero esta cumbre no las planteó, pues se entiende que le dio prioridad a los problemas más inmediatos. 

* Douglas J. Elliott, quien trabajó como banquero inversionista por dos décadas, es investigador de la Brookings Institution.

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