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Ancianos, el blanco de estafadores en EU

El 5% de los adultos mayores del país ha sido engañado por un familiar, indica un estudio; sus discapacidades o el desconocimiento de temas financieros los convierte en una presa fácil.
sáb 03 marzo 2012 05:36 PM
Investigadores dicen que sólo una fracción de los abusos se denuncia ante las autoridades. (Foto: Thinkstock)
viejitos (Foto: Thinkstock)

Las estafas, fraudes y otros ardides de explotación financiera contra los ancianos de Estados Unidos representan un negocio multimillonario que enriquece a los perpetradores, atormenta a las víctimas y exaspera a las autoridades, ya que estos delitos son algunos de los más difíciles de investigar y llevar a juicio. "Los verdaderos artistas de la estafa, quienes están en el negocio de hacer dinero a costa de los ancianos a través de medios arteros, son muy hábiles en lo que hacen. Cubren su rastro, usan métodos psicológicos persuasivos para hilar sus tramas", dice Sally Hurme, especialista de fraudes contra el consumidor de la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas (AARP, por sus siglas en inglés).

El abuso financiero contra los ancianos abarca una amplia gama de tácticas, algunas perpetradas por familiares o asesores de confianza, y otras realizadas con llamadas de telemercadeo o por Internet.

Los investigadores dicen que sólo una fracción de los abusos se denuncia ante las autoridades, con frecuencia debido a que las víctimas están demasiado desconcertadas o avergonzadas para hablar, pero aun con los casos reportados, la información es escasa porque la mayoría de las estadísticas delictivas federales no incluye segmentación por edades.

No obstante, hay una extensa investigación para conocer el alcance de este flagelo.

Un estudio financiado por el Gobierno federal y efectuado por el Instituto Nacional de Justicia en 2009 llegó a la conclusión de que 5% de los estadounidenses de 60 años o más habían sido víctimas recientemente de explotación financiera por parte de un familiar, mientras que 6.5% fue víctima de alguien ajeno a la familia.

El estudio, conducido por el psicólogo Ron Acierno de la Universidad Médica de Carolina del Sur, se basó en datos de 5,777 adultos mayores.

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Un reporte del año pasado de la aseguradora MetLife calculó que las pérdidas anuales de las víctimas de abuso financiero contra ancianos sumaron 2,900 millones de dólares, comparados con 2,600 millones en 2008.

"El abuso financiero de ancianos es un delito intolerable que resulta en pérdida de derechos humanos y de dignidad. Y aun así se denuncia poco, se reconoce poco y se persigue poco", indica MetLife.

Los ancianos no son de ninguna manera el único blanco de timadores, pero los expertos dicen que tienen características distintivas que con frecuencia los hacen una presa tentadora.

Algunos tienen discapacidades que los hacen depender de otras personas, mientras que otros desconocen ciertos temas financieros o posibles trampas en Internet. Muchos están relativamente aislados y son susceptibles a los acercamientos de extraños aparentemente amistosos.

"Por eso las estafas de telemercadeo son tan exitosas. Están felices de tener a alguien con quien hablar, casi reciben las llamadas con beneplácito", comenta Karen Turner, directora de la recién formada unidad de fraudes contra ancianos de la oficina del fiscal del distrito de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York.

Sumado a estos factores, la mayoría de los ancianos estadounidenses, aun en estos tiempos de apuros económicos, tienen bienes tangibles, como inmuebles, pensiones e ingresos de la seguridad social que los estafadores buscan aprovechar.

Otro factor es el patriotismo y respeto por la autoridad en las viejas generaciones, de acuerdo con Sid Kirchheimer, quien escribe una columna semanal sobre fraudes para el boletín de la AARP.

"Muchos estafadores fingen pertenecer al Gobierno, dicen que llaman de la Agencia de Seguridad Social o del IRS (Servicio de Recaudación Interna). Las personas de 65 años o más caen con frecuencia en la trampa por eso", menciona Kirchheimer.

Existe una plétora de estafas, algunas con nuevas versiones de viejos ardides. Entre las variaciones actuales se encuentran:

*La estafa del abuelo. Los impostores llaman, a veces desde el extranjero, y fingen ser un nieto que necesita dinero para resolver alguna emergencia, como un arresto o un accidente. Le piden al anciano que envíe dinero y que no le diga a nadie sobre la transferencia.

La Policía de Bangor, Maine, dijo que un hombre de setenta y tantos años fue defraudado con 7,000 dólares en enero por un estafador que fingió ser su nieto que le llamaba para salir de la cárcel en España.

En otra versión, los estafadores fingen ser soldados enviados a Afganistán y llaman a los abuelos para decirles que necesitan dinero para su regreso.

*La estafa de la lotería. Los timadores le dicen a su blanco que se ganaron un sorteo y que necesitan hacer un pago para obtener el supuesto premio. Las víctimas a veces reciben un cheque falso por la suma del premio que pueden depositar en su cuenta bancaria. Antes de que el cheque rebote, los delincuentes cobran supuestas cuotas o impuestos sobre el premio.

La Policía de Holden, Massachusetts, indicó que una mujer de 80 años fue timada recientemente con 400,000 dólares a lo largo de un año en sus esfuerzos por cobrar un premio falso.

En Los Angeles, las autoridades dijeron el año pasado que un viudo de 87 años fue engañado con una estafa de lotería tramada en Quebec, y que envió 160,000 dólares en cheques que le dijeron eran para cubrir los impuestos de 3.3 millones de dólares en premios.

Muchas llamadas recientes de estafas de lotería provienen de Jamaica, a tal grado que el código de área (876) es señalado por los expertos antiestafas como señal de alerta. Otros códigos telefónicos del Caribe también han sido implicados.

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