La confianza en EU, en mínimos del año
La confianza del consumidor estadounidense se mantuvo frágil en julio, alcanzando su nivel más bajo en lo que va del año, golpeada por un deterioro en la evaluación del empleo y el ingreso, mostró el viernes un informe.
La lectura final de julio en el índice de confianza del consumidor elaborado por Thomson Reuters y la Universidad de Michigan cayó a 72.3 desde un 73.2 en junio, aunque subió levemente respecto de la cifra de 72.0 reportada en los primeros días de julio.
El nivel final de julio marca el segundo mes seguido en que la confianza cae frente al mes anterior y es el nivel más bajo desde diciembre.
Los economistas esperaban que se mantuviera estable respecto de la estimación preliminar de julio. "Si bien los consumidores no anticipan una caída amplia de la economía, no esperan un ritmo de crecimiento que pueda revivir de manera satisfactoria el empleo y los ingresos", dijo el director del sondeo, Richard Curtin, en un comunicado.
"Es más, los consumidores se han vuelto cada vez más convencidos de que las actuales políticas económicas son incapaces de resolver los problemas de fondo que enfrenta la economía", agregó.
El temor a un alza en los precios de los alimentos pareció estar dejando su huella en la mente de los consumidores. Un 45% de los consultados dijo que sus finanzas se habían deteriorado recientemente, citando ingresos más bajos y precios más altos.
Solamente 10% esperaba alzas en sus ingresos el próximo año. Aunque no esperan otra recesión, la mitad de los consumidores consultados dijo que la economía había empeorado en el último año. La confianza en la política económica se mantuvo cerca de mínimos históricos, con sólo 11% dando una evaluación positiva.
La variable que mide la percepción de los consumidores sobre su actual situación económica subió a 82.7 desde 81.5, mientras que el índice sobre las expectativas bajó a 65.6 desde 67.8.
Las expectativas de inflación a un año cayeron a 3.0% desde 3.1%, al tiempo que en un panorama de cinco a 10 años bajaron a 2.7 desde 2.8%, lo que sugiere que los consumidores creen que los aumentos en los precios de los alimentos serán temporarios.
