La Cepal pide cautela ante el exterior
América Latina tiene hoy una enorme oportunidad para alcanzar una senda de crecimiento económico sostenido, ya que cuenta con los activos necesarios, como un manejo macroeconómico prudente, recursos naturales y una transición demográfica favorable, aseguró la Cepal. La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) , Alicia Bárcena, resaltó que los países de la región deben llevar a cabo transformaciones cualitativas y aplicar políticas industriales, sociales, laborales y macroeconómicas.
La articulación de estas políticas, destacó, permitirá dinamizar la estructura productiva, fortalecer a las economías ante choques externos y garantizar la protección social.
Y es que, dijo, las positivas tasas de crecimiento alcanzadas por la región entre 2003 y 2010 no lograron equipararse a las obtenidas en la década de los 70 del siglo pasado, ni a las observadas en otros países en desarrollo en la actualidad.
Por ejemplo, entre 1971 y 1980 la región alcanzó una tasa de crecimiento anual de 5.7%, mientras que en el periodo 2001 a 2010 fue de 3.8%.
En contraste, agregó, regiones como Asia Oriental, África subsahariana y Asia meridional lograron tasas de 4.2, 5.2 y 7.5%, respectivamente.
La funcionaria mexicana puntualizó que ningún país de América Latina y el Caribe ha logrado en el largo plazo la combinación virtuosa entre un elevado crecimiento del empleo y de la productividad, condición necesaria para superar la pobreza y la desigualdad.
No obstante, dijo que México y los países de Centroamérica tienen indicios de recuperación, asociados a la economía de Estados Unidos, por lo que deben aprovechar la coyuntura para dinamizar su estructura productiva y fortalecer sus economías ante los choques externos.
Bárcena sostuvo que los gobiernos de la región deben adoptar políticas industriales orientadas a dotar de mayores capacidades y competitividad a las actividades con claro potencial de especialización e incorporación de progreso técnico.
A su vez, destacó, la inversión pública debe estar blindada frente a los avatares del ciclo económico y estar estrechamente articulada con los objetivos de política industrial, para sostener una trayectoria de crecimiento de largo plazo.
De la misma forma las políticas fiscales, monetarias y cambiarias no sólo deben promover la estabilidad nominal y suavizar el ciclo económico, sino que deben preocuparse de los impactos de largo plazo, debido a que una apreciación muy fuerte del tipo de cambio o periodos prolongados de recesión tienen implicaciones para la inversión y la estructura productiva.
Bárcena recomendó formar una nueva ecuación entre Estado, mercado y sociedad, que incluya pactos fiscales y sociales.