Sector hipotecario en EU, lejos de sanar
El volumen de préstamos para viviendas en Estados Unidos cayó 10% el año pasado y registró su nivel más bajo desde 1995, resaltando los problemas que enfrenta el Gobierno para recuperar un sector inmobiliario que sigue atravesando problemas.
El Consejo de Examinadores de las Instituciones Financieras Federales, un grupo de reguladores de Estados Unidos, publicó datos este martes que mostraron que en el 2011 se concretaron 7.1 millones de préstamos para viviendas, un descenso respecto a los 7.9 millones de préstamos del año anterior.
Los datos -que incluyen préstamos para hipotecas, refinanciamiento y mejoras del hogar- mostraron que los créditos para la compra de una vivienda, al igual que para el refinanciamiento, cayeron.
Los préstamos para refinanciamiento de viviendas cayeron 13% en el año, mientras que las nuevas hipotecas bajaron 5%, dijo el consejo en un comunicado.
Sin embargo, la Reserva Federal -uno de los reguladores involucrados en la recopilación de los datos- destacó que la actividad de refinanciamiento repuntó hacia fin de año al bajar las tasas de interés.
El análisis de la Fed resalta la batalla del Gobierno por levantar el aún deprimido mercado de la vivienda , que se ha convertido en un freno para la recuperación de la economía desde la recesión 2007-2009.
El Gobierno estadounidense ejerce actualmente de garante de buena parte de las hipotecas nuevas, en un respaldo que ha crecido fuertemente desde que el colapso de la burbuja inmobiliaria ayudó a desatar la recesión.
Asimismo, el Gobierno también trata de facilitar a los propietarios el refinanciamiento de sus viviendas a bajas tasas de interés.
La Fed ha tratado de ayudar al sector reduciendo las tasas de interés. La semana pasada, el Banco Central estadounidense reveló un plan de compra de bonos del Tesoro destinado a disminuir costos para los compradores de casas y otros prestatarios.
Sin embargo, la Fed señaló el martes que una medición clave de las condiciones de préstamo se endureció el año pasado, mostrando que los bancos exigieron mayores calificaciones crediticias para poder calificar a un préstamo.
