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Crisis aviva separatismo en Cataluña

La región autónoma busca su independencia argumentando que Madrid desangra financieramente al país; Cataluña solicitó a España un rescate de 5,000 mde ante dificultades para cumplir con su déficit.
jue 20 septiembre 2012 10:44 AM
El Gobierno de Rajoy busca controlar el déficit público de España al tiempo que se resiste a un rescate internacional.  (Foto: Reuters)
cataluña

La crisis económica española está destapando profundas grietas regionales. Entre los catalanes que por estos días transitan las ramblas de Barcelona, el tema del momento es la independencia y a Madrid le preocupa. Esta semana, el rey Juan Carlos y el presidente del Gobierno reclamaron unidad nacional para que España supere su peor declive económico en décadas. El Rey recordó el espíritu sobre el que se construyó la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.

El respaldo popular a la independencia nunca ha sido mayor en Cataluña, que aporta una quinta parte de la producción económica de España y alberga al 16% de la población.

Más de la mitad de los catalanes dicen que quieren un estado independiente y cientos de miles de personas se manifestaron en Barcelona la semana pasada durante el día nacional de Cataluña, en la mayor exhibición de fervor separatista hasta la fecha.

Con todo, pocos ven un camino rápido hacia la independencia de Cataluña, un sueño que tiene sus raíces en la Edad Media cuando Barcelona era un enclave comercial mediterráneo con parlamento propio.

"Va a ser un proceso largo y difícil (...) Para que nos la den (la independencia) tendrían que tener un referéndum y no nos la van a dar", dijo José María Prats, enfermero que participó en la marcha de la semana pasada.

El resurgimiento del separatismo catalán se fundamenta en la convicción de que Madrid está desangrando financieramente la región.

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El Gobierno central recauda la mayoría de los impuestos y luego los redistribuye entre las 17 comunidades autónomas, que gestionan sus propios hospitales y escuelas. Los catalanes dicen que cada año pagan 16,000 millones de euros en impuestos más de lo que gasta el gobierno regional.

"El estado autonómico funcionó bien hasta la crisis. Es indudable, en mi opinión, que hay que avanzar en los principios del federalismo fiscal porque tenemos muy descentralizado el gasto y muy centralizados los ingresos. Es clave aumentar la corresponsabilidad fiscal", dijo José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector del grupo de estudios económicos FEDEA.

El rebrote nacionalista en Cataluña coincide con un momento difícil para el presidente Mariano Rajoy, que lucha por controlar el déficit público de España y se resiste a seguir la vía del rescate internacional que países como Grecia, Irlanda y Portugal tomaron antes.

Rajoy ha amenazado con intervenir las regiones que no puedan controlar sus presupuestos. Es probable que Cataluña incumpla su objetivo de déficit para este año y ha tenido que pedir a Madrid un rescate de 5,000 millones de euros para cumplir con sus obligaciones de deuda.

Las diferencias son grandes

Con una economía del tamaño de la de Portugal, Cataluña es la tierra de empresas con presencia internacional como el grupo de infraestructuras Abertis y el de salud Grifols.

Los niños reciben la enseñanza en catalán y en español y el castellano es tratado por algunos como una lengua extranjera en la tierra de artistas como Joan Miró, Salvador Dalí y Antoni Gaudí. Los catalanes prohibieron las corridas de toros en un referéndum en 2010, poniendo de relieve su diferencia con el resto de España.

Las expresiones orgullosas de identidad regional fueron suprimidas durante la dictadura de Franco entre 1939 y 1975, y las regiones no consiguieron tener una autonomía relevante hasta la Constitución de 1978, que marcó el regreso de España a la democracia.

El presidente catalán Artur Mas, de la federación conservadora Convergencia i Unió y hasta la semana pasada un defensor de la autonomía pero no de la independencia, se ha colocado en el centro de la opinión pública.

Ha dicho que trabajará hacia un referéndum como el que Escocia podría celebrar en 2014 para romper su unión de 305 años con Inglaterra.

"Después de estos 30 años de aportación generosa al Gobierno español hay un rumbo nuevo, la transición nacional. Ahora estamos en un proceso diferente (...) Cataluña necesita el instrumento de un estado", dijo ante la élite política y empresarial madrileña la semana pasada.

En Madrid, los economistas se mofan del argumento catalán de que contribuyen más fiscalmente, asegurando que cualquier región rica de cualquier país podría decir lo mismo. Mientras, los economistas catalanes dicen que la brecha entre el dinero que circula hacia Madrid y el que regresa a Cataluña es mayor que en Escocia.

Incluso teniendo que pagar su propio Ejército y cuerpo diplomático, el beneficio financiero para Cataluña equivaldría al 7% de su Producto Interno Bruto (PIB), afirma Elisenda Paluzie, decana de la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona.

Sin embargo, una secesión complicaría las relaciones de Cataluña con Europa. La Unión Europea dice que de separarse, la región tendría que volver a solicitar ser miembro del bloque.

Táctica de presión

La nueva postura proindependentista de Mas podría no obedecer tanto a razones ideológicas, sino a una táctica de presión para evitar que las cuentas catalanas sean intervenidas por el Gobierno central.

El Partido Popular se ha mostrado históricamente poco comprensivo con la autonomía y ha adoptado una línea particularmente dura contra la violenta de ETA, que ha asesinado a cientos de personas a lo largo de décadas de una lucha armada por un País Vasco independiente antes de declarar el alto el fuego el año pasado.

"En un momento en el que PP podría usar la crisis para limitar la autonomía de las regiones, Mas ha hecho una jugada defensiva para tratar de dar una vuelta a las cosas", dijo Enric Juliana, corresponsal jefe en Madrid del diario catalán La Vanguardia.

En declaraciones públicas, Rajoy dijo la semana pasada a los catalanes que deberían concentrarse en la unidad en estos momentos de crisis.

El delicado equilibrio entre el centro y las regiones está tambaleándose ahora por el fuerte endeudamiento de las comunidades, que gastaron en exceso durante el boom inmobiliario hasta que la burbuja estalló en 2007.

Para alejar el fantasma de que una suspensión de pagos regional podría sumir a España en el caos, Rajoy ha inyectado fondos de emergencia en las regiones por 35,000 millones de euros este año.

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