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BRICS, del optimismo a la dura realidad

Los países emergentes han perdido el empuje que los caracterizaba, advierte Gideon Rachman; problemas de liderazgo y un menor crecimiento parecen ser la nueva constante de estas economías.
mié 10 octubre 2012 06:02 AM
La ira popular contra la corrupción es un elemento crucial en la política de los BRICS. (Foto: Archivo)
banderas brics (Foto: Archivo)

Durante los últimos tres años, la creencia popular dividió a las principales economías del mundo en dos grupos básicos: Los BRICS y los ‘Sicks' (enfermos, en español).

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) estaban enfermos, luchando con el alto desempleo, el bajo crecimiento y las aterradoras deudas. En cambio, los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y, según algunos cálculos, Sudáfrica) eran mucho más dinámicos. Los inversionistas, empresarios y políticos occidentales hacían peregrinaciones regulares a ellos para mirar hacia el futuro.

Pero ahora está sucediendo algo extraño; los BRICS están en problemas. La naturaleza del problema es distinta en cada nación, pero también existen algunas dificultades generales que los vinculan. En primer lugar, pese a toda esa charla esperanzadora del "desacoplamiento", todos los BRICS se ven afectados por la debilidad de las economías occidentales . En segundo lugar, las cinco naciones están descubriendo que la corrupción endémica está erosionando la fe en sus sistemas políticos y cobrando un impuesto sobre sus economías.

China sigue siendo el padre de las potencias emergentes. Es la segunda economía más grande del mundo y todavía es por mucho el BRIC de más rápido crecimiento. Sin embargo, el país se siente más inseguro acerca de su futuro económico y político por primera vez en muchos años.

Como un amigo chino lo planteó recientemente: "Nuestra economía se está desacelerando bruscamente, nuestro próximo líder ha desaparecido, y estamos enviando barcos hacia Japón".

Xi Jinping ha reaparecido desde entonces; tan misteriosamente como desapareció en primer lugar. Pero las tensiones políticas siguen siendo altas, con el juicio a Bo Xilai a punto de comenzar y un decisivo congreso de partido acercándose.

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En la generación pasada, la respuesta de China a la incertidumbre política era siempre la misma: Un crecimiento económico veloz. Pero en 2012, por primera vez desde el cambio de siglo, China crecerá a menos de la totémica cifra de 8% anual.

En cierto modo esto es natural, incluso deseable, reflejando el hecho de que la fuerza de trabajo china ya no está aumentando tan rápido. Sin embargo, la desaceleración del crecimiento también refleja la caída de la demanda en Europa. Los salarios en las fábricas chinas también están aumentando rápidamente, lo cual es una buena noticia para los trabajadores, pero mala para la competitividad de China.

Una China en desaceleración tiene efectos en cadena para los otros BRICS, debido a que ahora es el mayor socio comercial de Brasil, India y Sudáfrica. El crecimiento de Brasil ha descendido de manera particularmente rápida. Cayó 7.5% en 2010, el año siguiente a que Río de Janeiro fuera nombrada sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Este año, la economía brasileña probablemente crecerá en menos del 2% .

En cuanto a India, cuando visité el país hace un par de semanas, un alto ejecutivo industrial me dijo que el negocio sufría de "depresión clínica". El crecimiento, que superó el 9% antes de la crisis financiera, ahora se ubica sólo por encima del 5%. Durante el verano, el país fue forzado a recordar sus flaquezas con el corte de energía más grande del mundo : un apagón que afectó a unas 600 millones de personas.

El sistema político parecía paralizado y el proceso de reforma económica se había estancado. Un par de anuncios recientes han generado esperanzas de que las reformas podrían reiniciar. Pero la exuberante confianza de hace unos años ha desaparecido en gran medida

Rusia también está en problemas. El regreso de Vladimir Putin al Kremlin provocó protestas masivas en Moscú. Y la revolución del gas shale (de esquisto) en Estados Unidos es potencialmente desastrosa para Rusia, debido a que está reduciendo el precio mundial del gas.

El banco central de Rusia pronostica que el país va registrará un déficit en cuenta corriente para 2015. Los dos pilares del sistema de Putin -una clase media complaciente y sólidos ingresos del petróleo y el gas- lucen algo tambaleantes.

Jim O'Neill, el economista de Goldman Sachs que inventó el término BRICS, ha sostenido durante mucho tiempo que la economía sudafricana no es lo suficientemente grande como para ubicarse naturalmente al lado de las otras. Sin embargo, el país ha asistido a las dos últimas cumbres de los países BRICS, y será la sede de la próxima, lo cual refleja la metamorfosis del grupo en un bloque de potencias no occidentales.

De todos modos, si las nuevas señales del estatus de los BRICS son un debilitamiento de la economía y una política disfuncional, Sudáfrica merece su lugar en el grupo.

La industria minera del país está plagada de huelgas ilegales que bien podrían provocar la pérdida de miles de empleos durante el próximo año. El crecimiento probablemente se reduzca a menos del 3%, y el liderazgo (o la falta de él) del presidente Jacob Zuma está causando una profunda ansiedad.

No hay una línea recta que ligue los disturbios en las minas de platino sudafricanas a los problemas en las fábricas de productos electrónicos en China, a través de un corte de energía en India, una protesta en Moscú o una investigación por corrupción en Brasil. Sin embargo, hay grandes temas que vinculan los problemas de los BRICS.

En primer lugar, las declaraciones de "desacoplamiento" del occidente fueron prematuras. La UE sigue siendo colectivamente la mayor economía del mundo. La recesión allí y el lento crecimiento en Estados Unidos inevitablemente afectan a los BRICS.

En segundo lugar, todos esos años de rápido crecimiento no han traído una armonía política a los BRICS. Uno de los temas con los que me he topado varias veces al visitar cada uno de estos países -en democracias y autocracias por igual- es que la ira popular contra la corrupción es crucial en la política. Eso hace que los políticos y los inversores estén nerviosos por una potencial inestabilidad.

Así que, ¿significa todo esto que la historia de los BRICS era un cuento de hadas? En realidad no. Es cierto que la versión extrema de la historia -en la que los BRICS eran retratados como tierras de oportunidad y optimismo sin límites- era una tontería. No obstante, a pesar todos de sus problemas, la mayoría de los BRICS seguirá creciendo más rápido que los ‘sicks' durante algunos años.

Esto significa que el movimiento del poder económico y político desde el occidente hacia el mundo emergente seguirá siendo la gran historia de nuestro tiempo.

*El autor es jefe de opinión de Asuntos Internacionales en el Financial Times.

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