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Reunión del G20, sin muchas expectativas

La cita no promete mucho debido a que algunos líderes están concentrados en otros temas: fuentes; los comicios en EU y el congreso del Partido Comunista de China ocupan la agenda de varios jefes.
sáb 03 noviembre 2012 11:58 AM
Los ministros también fijarán su atención en las nuevas reglas de liquidez y de capitales globales, conocidas como Basilea III. (Foto: Getty Images)
finanzas

Ministros y banqueros centrales no acudirán a la cita que congrega dos veces al año a las 20 economías desarrolladas y en vías de serlo. La razón: la proximidad de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y el congreso del Partido Comunista de China. Un funcionario del G20 describió la fecha, cuya sede este año es la Ciudad de México, como "la peor posible".

Además, la gente involucrada en las conversaciones, a realizarse este fin de semana y el lunes, asegura que no se esperan grandes acuerdos.

El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner (de quien se espera deje el cargo poco después de las elecciones de su país el martes); el jefe del Banco Central Europeo, Mario Draghi; y el ministro de Finanzas de Francia, Pierre Moscovici, no acudirán al encuentro.

Otras fuentes aseguran que tampoco estarían presentes el ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, ni autoridades chinas de alto rango.

Líderes financieros del mundo presionarán a Estados Unidos para que evite que sus problemas fiscales afecten a la economía global.

Además, buscarán que Europa les asegure que tiene controlada su crisis de deuda.

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Cuando los jefes se reúnan en la Ciudad de México, las autoridades estadounidenses y europeas también estarían bajo la lupa de sus colegas por el retraso en la aplicación de los acuerdos de Basilea III , la respuesta a la crisis financiera global de 2007-2009.

"Cada país miembro está preocupado por el precipicio fiscal de Estados Unidos", dijo una fuente del G20 en condición de anonimato.

"Lo que haremos es presionar más a los funcionarios estadounidenses y advertirles que eso es un peligro real para la economía mundial. Creo que ellos entienden el peligro, pero no se puede hacer mucho antes de las elecciones", agregó.

A menos que en el Congreso estadounidense se llegue a un arreglo, a partir del 1 de enero se aplicará un recorte al gasto por 600,000 millones de dólares y habrá mayores impuestos, lo que amenaza con causar una nueva recesión en la economía estadounidense y dañar la expansión mundial.

No sólo están por expirar recortes tributarios decretados por el presidente George W. Bush, sino que también tendrían efecto mermas automáticas en el gasto diseñadas para ejercer presión para que los legisladores logren un acuerdo presupuestario de largo plazo.

Por otra parte, el Congreso estadounidense podrá enfrentar pronto la necesidad de elevar el límite de endeudamiento de la nación para evitar incumplimientos.

Un funcionario del Gobierno alemán dijo el jueves que su país solicitará nuevamente a Estados Unidos informes sobre lo que planea hacer en torno al precipicio fiscal.

No obstante, Alemania espera escuchar que el asunto no puede ser resuelto hasta después de las elecciones presidenciales y legislativas en Estados Unidos que se celebrarán el martes, un día después de que concluya la reunión del G20.

"Estas son interrogantes importantes también para la economía mundial que queremos aclarar", manifestó el funcionario alemán.

Alemania ha estado bajo presión para otorgar a los países de la eurozona más tiempo para solucionar sus problemas de deuda, un tema que también se tocaría en la Ciudad de México.

El encuentro del G20 se da después de conversaciones entre los mismos funcionarios que asistieron el mes pasado a la reunión de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Tokio.

Tras el evento, respaldaron una serie de reformas dirigidas a presionar tanto a Estados Unidos como a Europa para que resuelvan sus problemas de deuda.

¿Demora en Basilea III?

Los funcionarios también fijarán su atención en las nuevas reglas de liquidez y de capitales globales, conocidas como Basilea III.

Dichas reformas requieren a los bancos contar con casi tres veces más capital que bajo las normas previas y el plan es aplicarlas a partir de enero, pero enfrentan el desacuerdo de los reguladores británicos y estadounidense que las consideran muy complejas.

El jefe ejecutivo del banco JPMorgan Chase & Co, Jamie Dimon, ha dicho que la institución podría tener que incurrir en costos anuales superiores a los 1,000 millones de dólares por las nuevas regulaciones financieras domésticas e internacionales, incluyendo los estándares de capital de Basilea III.

Un funcionario canadiense indicó el jueves que su país presionará por la puesta en marcha de las regulaciones a tiempo e insistió en que era imperativo ajustarse a los tiempos acordados.

El acuerdo, alcanzado en noviembre de 2010 por los líderes mundiales, contempla varias etapas en un transcurso de seis años a partir de 2013.

Pero reguladores europeos y estadounidenses aún están en la fase de borradores y se han sumado al clamor de banqueros y legisladores de que sea reestimado, lo cual ha levantado expectativas de que puedan solicitar formalmente una demora.

Pese a la importancia del tema, una fuente del G20 apuntó que Rusia quiere mantener las discusiones sobre regulación financiera en un nivel más técnico luego de que asuma la presidencia del grupo después de la reunión del 4 y 5 de noviembre.

Funcionarios del G20 también estarán atentos a si España finalmente solicita un rescate , ya que su renuencia alimenta la frustración y la preocupación de que un agravamiento de la situación de deuda en la eurozona pueda herir aún más los prospectos del crecimiento mundial.

Funcionarios en México estarán pendientes de las señales que mande el ministro español de economía, Luis de Guindos, sobre los planes de su Gobierno.

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