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¿A dónde se van los impuestos de EU?

De no haber un cambio, para 2040 los recursos por recaudación servirán sólo para pagar intereses; los expertos urgen a evitar ya el abismo fiscal pues en el futuro la solución será más difícil.
mar 11 diciembre 2012 03:02 PM
El abismo fiscal reduciría el déficit en 7 bdd a partir del próximo año.  (Foto: Getty Images)
impuestos

Hay un punto central a menudo faltante en todo el politizado debate sobre los recortes de gastos y aumentos impositivos: por qué el presupuesto federal estadounidense se encuentra en un curso insostenible.

Hoy, Estados Unidos gasta alrededor de 71 centavos de cada dólar que recauda en impuestos federales en los "Big 4" o Cuatro Grandes, a saber: Medicare, Medicaid, la Seguridad Social y los intereses sobre la deuda.

En 2026 -14 años a partir de ahora- si el Congreso actúa como lo ha hecho en el pasado en materia de presupuesto, esos Big 4 podrían engullir todos los ingresos recaudatorios federales, de acuerdo al último panorama fiscal a largo plazo elaborado por la Contraloría General del Gobierno de los Estados Unidos (Government Accountability Office, GAO).

En otras palabras, para el año 2026 ya no quedaría más dinero para pagar otras cosas, como defensa, la educación,  la investigación médica, la seguridad alimentaria, el control del tráfico aéreo, las carreteras, los parques nacionales, los beneficios de los veteranos...vamos, lo que se te ocurra.

El panorama empeora después de eso. Bajo este escenario, para 2032 -en 20 años a partir de ahora- los Big 4 costarían 121% de todos los ingresos federales previstos para recaudación.

Y en 2040, más de la mitad de todos los ingresos serían devorados por los pagos de intereses solamente, de acuerdo a las simulaciones de la GAO. Entonces, ¿cuál es la mejor manera de abordar esta situación?

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La solución instintiva de la derecha es recortar el gasto en prestaciones sociales y reducir el tamaño del gobierno, a pesar del hecho de que el crecimiento de la población de la tercera edad es una de las razones del aumento de los costos de ayuda social, en particular de Medicare.

La respuesta instintiva de la izquierda es gravar a los ricos, a pesar del hecho de que no puedes pagarlo todo a expensas de un número reducido de personas.

La Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO) destila el problema: "Para tener un impacto presupuestario sustancial se requeriría que un gran número de personas pagara más impuestos o recibieran menos prestaciones o servicios públicos".

De allí que muchos expertos en presupuesto recomienden una combinación de aumentos impositivos y recortes de gastos de manera que a ningún grupo de personas se le imponga una carga desproporcionada.

El primer paso es impedir que el déficit crezca más rápido que la economía y estabilizar el monto de la deuda total como porcentaje del PIB. Para ello, las autoridades tendrían que reducir el déficit durante la próxima década en por lo menos 3 billones de dólares. Para poner realmente la deuda en una trayectoria descendente se requiere mucho más que eso.

¿Por qué no dejar, entonces, que el precipicio fiscal entre en vigor?

El abismo fiscal -el resultado de la costumbre de Washington de promulgar políticas fiscales "temporales"- reduciría los déficits en 7 billones de dólares, a partir del año próximo.

Sin embargo, importa mucho cómo se reducen los déficits. Incluso los halcones del déficit independientes no piden, repito, no piden que el déficit se reduzca de inmediato. De hecho, han advertido de los peligros que reviste el precipicio.

"La naturaleza repentina y brusca del acantilado fiscal tendría un impacto devastador en la economía", señaló el Comité para un Presupuesto Federal Responsable en un reciente comunicado.

Algunos piden que se inyecte un estímulo adicional en la economía el próximo año. Entre ellos se encuentran la economista Alice Rivlin, una demócrata, y el ex presidente de la Comisión de Presupuesto del Senado, Pete Domenici, un republicano, quienes copresidieron un grupo de trabajo sobre la reducción de la deuda para el Bipartisan Policy Center.

Ellos han propuesto un marco que permitiría a los legisladores evitar el precipicio fiscal e idear un plan de reducción de deuda a largo plazo que se votará el próximo año.

Su marco de referencia consistiría en hacer un pequeño pago inicial para reducir gradualmente el déficit durante 10 años, pero también crearía una reducción por una única vez del impuesto sobre la renta en 2013 por valor de 120,000 millones de dólares para ayudar a la recuperación económica.

¿Por qué preocuparse por la deuda cuando hay problemas más inmediatos?

Es efecto, las tasas de los bonos del Tesoro siguen siendo extremadamente bajas, una señal de que los inversionistas creen que Estados Unidos es una buena apuesta en tiempos difíciles. Así que en ese sentido, la deuda estadounidense no es un problema en estos momentos.

Pero la razón por la cual los expertos en presupuesto están presionando a los legisladores para que decidan un plan de largo plazo de reducción de deuda que tomaría efecto progresivamente es la siguiente: Cuanto más espere el país, los cambios tendrán que ser más onerosos y repentinos, dificultándole a los estadounidenses adaptarse a ellos.

"Mientras más se retrase la acción, mayor es el riesgo de que los cambios eventuales sean disruptivos y desestabilizadores", señala la GAO.

Y, la CBO añade, esperar demasiado exigiría sacrificios de aquellos que están en o cerca de la jubilación, un grupo que ambos partidos dicen que quieren proteger.

 

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