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Grecia evita salir del euro... por ahora

El riesgo de que Atenas abandone el bloque monetario se redujo tras asegurar más fondos de rescate; sin embargo, las elecciones parlamentarias de Alemania traerán dolor de cabeza a Grecia.
vie 21 diciembre 2012 12:07 PM
En muchos aspectos, la mejora de Grecia ha dependido más de líderes europeos que de los políticos griegos.  (Foto: Getty Images)
grecia

Grecia ha recorrido un largo camino. Y aunque la economía del país sigue profundamente deprimida, el riesgo de que abandone la zona euro se ha reducido considerablemente.

En una acción muy simbólica, Standard & Poor's elevó recientemente la calificación crediticia de Grecia en varios niveles, desde el default selectivo a un nivel cercano al grado especulativo.

La mejora en la calificación se produjo luego de que Grecia completara con éxito un plan de recompra de deuda y asegurara su último tramo de dinero del rescate.

Esto, por supuesto, no significa que la penuria económica que el pueblo heleno ha sufrido durante seis años de recesión haya terminado. Pero las especulaciones en torno a la salida de Grecia del euro y su regreso al dracma se han disipado.

Este es un cambio significativo respecto a la atmósfera de mediados de año. La especulación sobre una salida griega realmente tomó fuerza en mayo, cuando el sentimiento antiausteridad ayudó a posicionar a los políticos griegos de extrema izquierda en el segundo lugar en las elecciones parlamentarias.

En julio, los economistas de Citigroup predijeron que había un 90% de probabilidades de una salida griega ("Grexit") dentro de una ventana de 12 a 18 meses. Los economistas de Citi desde entonces han reducido las probabilidades al 60% y ahora piensan que una salida griega tiene más posibilidades de ocurrir en el primer semestre de 2014.

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En ese momento, el temor era que la inestabilidad política en Grecia pudiera extender el contagio financiero a otras economías de la zona euro, a saber, España e Italia.

Pero la amenaza de que un gobierno populista arribara al poder en Atenas era "totalmente exagerada", sopesa Jacob Kirkegaard, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional. "Incluso si ese hubiera sido el caso, la idea de que Grecia abandonaría la zona euro estaba completamente equivocada. Simplemente interpretaron  mal la política", comenta.

Los votantes griegos finalmente eligieron un gobierno de centro bajo el liderazgo del primer ministro Antonis Samaras, un político moderado que se ha comprometido a trabajar con otros líderes de la eurozona para reducir la deuda de la nación.

Sin embargo, en muchos aspectos, la mejora en Grecia se ha debido más a las acciones de los líderes fuera de Atenas.

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, ha sido fundamental para restaurar la confianza en los mercados financieros. Después de comprometerse en julio a hacer "lo que sea necesario para preservar el euro", Draghi anunció en agosto planes para realizar compras potencialmente ilimitadas de deuda pública . La medida suscitó un rally en el mercado de los bonos griegos, españoles e italianos.

Mientras tanto, la canciller germana Angela Merkel ha conseguido superar la larga resistencia de Alemania para respaldar fondos adicionales de rescate para Grecia.

"Todo esto muestra cómo la política y la psicología del mercado están venciendo a los fundamentos económicos, que en el caso de Grecia siguen siendo terriblemente malos", señala Nicholas Spiro, director de Spiro Sovereign Strategy.

Si bien la situación en Grecia ha mejorado, Spiro advierte que una salida del euro "sigue siendo un escenario muy plausible y probable".

"Sólo que no sucederá en el corto plazo", agrega. "Ocurrirá cuando Italia y España hayan sido apuntaladas. Este no es el momento para empujar a Grecia fuera de la eurozona".

Muchos analistas opinan que Grecia estará nuevamente en el punto de mira antes de las elecciones parlamentarias en Alemania el año próximo, dado que este país se opone a otorgar más rescates a las más débiles naciones europeas.

Además, Grecia todavía se enfrenta a la difícil tarea de transformar su economía a la vez que instrumenta medidas de austeridad.

"No creo que lo que ha ocurrido recientemente haya resuelto los problemas a largo plazo de Grecia", considera Ben May, economista de Capital Economics.

Dado su sombrío panorama económico, May afirma que Grecia no será capaz de cumplir con los objetivos de reducción de deuda establecidos por el Fondo Monetario Internacional en el programa de rescate financiero de la nación. Ello llevará de nueva cuenta a Grecia a una situación en la que podría retirársele el apoyo económico que la mantiene a flote.

Después de conseguir una histórica quita de su deuda con los acreedores del sector privado a principios de este año, los analistas dicen que la única manera de hacer que la carga de deuda de Grecia sea sostenible es que los acreedores del sector público hagan lo mismo. Pero será muy difícil convencer a los contribuyentes de Alemania y de otros miembros centrales de la zona euro de condonar la deuda griega si es necesario.

"En nuestra opinión, los fundamentos económicos y la situación política en Grecia significan que esta calma no durará", anticipó May.

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