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Peña necesita 6.3% del PIB para reformas

El sistema de seguridad social costará 3.3% y fortalecer a Pemex otro 3%, dice estudio de HSBC; para financiarlas debe bajar el subsidio a gasolinas y hacer más eficiente al IVA, detalla el banco.
jue 27 diciembre 2012 03:24 PM
El Gobierno de Enrique Peña deberá conseguir, vía una reforma fiscal, recursos por el equivalente a 6.3% del PIB. (Foto: Getty Images)
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Reformar el sistema de seguridad social y modernizar a Petróleos Mexicanos (Pemex) tendría un costo aproximado de 6.3% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, de acuerdo con estimaciones del área de Estudios Económicos de HSBC México.

En el desglose, considera que el sistema de seguridad social universal tendrá un costo aproximado de 3.3% del PIB, mientras que el fortalecimiento de la petrolera sería de 3% del PIB, arroja el análisis 'Desafíos externos vs oportunidades internas en 2013'.

El estudio del área encabezada por el economista en jefe de HSBC México, Sergio Martín, precisa que para la propuesta de Pemex y la modernización del sistema de seguridad social, las deudas relacionadas podrían alcanzar entre 10% y 15% del PIB, en el caso de pensiones, y la deuda del sector público podría aumentar entre 45% y -50%.

Esto pudiera tomarse como un punto negativo para considerar una mejora en la calificación crediticia del país, dice HSBC, además de que considera que esta perspectiva es muy estricta.

El financiamiento de ese 6.3% del PIB se compone de cuatro elementos: ingresos estatales más altos, de 1.2% del PIB; menos excepciones de IVA, de 1.2% del PIB; eliminación del subsidio de gasolina, de 1.9% del PIB; y ninguna inversión en la compañía petrolera, 2.0% del PIB, ya que Pemex administraría sus propios recursos, que provendrían de una reforma fiscal.

El 10 de diciembre pasado, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo que espera que el Congreso apruebe en 2013 las esperadas reformas fiscal y energética, claves para apuntalar a la segunda mayor economía de América Latina.

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"Yo advierto (...) el año entrante como el horizonte para que todo ello tenga lugar desde el inicio, la presentación de la iniciativa, los consensos necesarios para darle respaldo y lograr que prosperen, y tengan en su momento la aprobación debida", declaró el mandatario.

Reformas impactan inflación

HSBC estima que el proceso de ajuste fiscal sería difícil de realizar y es probable que se desarrolle paulatinamente, tal vez en uno o dos años, dependiendo del tema en cuestión. En dicho periodo, el déficit fiscal podría alcanzar hasta 2% del PIB.

"Las reformas tendrían un impacto en la inflación, que dependerá de la velocidad de los cambios", destaca el banco. De acuerdo con el escenario de HSBC, el aumento en los precios de la gasolina y el impacto en el IVA podrían presentarse a principios del segundo semestre de 2013.

El análisis también asume que los estados podrán cobrar un impuesto sobre las ventas a partir de enero de 2014, pero no antes. Por lo tanto, calcula una inflación de 6.2% a finales de 2013 y de 5.5% a finales de 2014; no obstante, la inflación podría alcanzar niveles de 9% cuando todos los elementos entren en vigor.

"Dichos niveles de inflación, en un contexto de crecimiento económico por arriba del potencial, podrían facilitar el contagio y aumentar la probabilidad de un alza en la tasa de interés para bajar las expectativas inflacionarias y contener las negociaciones salariales", detalla.

Plazo de las reformas

La materialización de las reformas no puede tener un impacto inmediato, ya que toma tiempo implementarlas y evaluar resultados. En particular, HSBC observa que en el caso del Sistema de Seguridad Social Universal tomará cuando menos dos años implementar esta iniciativa en su totalidad.

Es una reforma total al sistema de seguridad social, y aunque una parte se efectúa en otras instituciones, "requiere de ajustes jurídicos e institucionales", detalla.

El proceso de fortalecimiento a Pemex también llevará tiempo, probablemente de dos a tres años, o más si algunos aspectos de la reforma implican cambios constitucionales.

Los requerimientos para elevar los ingresos de los estados tomarían al menos un año. Tan solo los cambios jurídicos en las legislaciones estatales y la burocracia fiscal pueden tomar uno a dos años para completarse.

El aumento en el precio de la gasolina con el fin de igualar los precios nacionales e internacionales pudiera implementarse casi de inmediato, pero representaría un fuerte golpe a la inflación.

Los ajustes en el IVA pudieran tener una ejecución más sencilla a corto plazo, como ha sucedido con los aumentos de IVA similares en el pasado, por ejemplo en 2009.

Reforma fiscal: fundamentos

HSBC destaca que a través de la reforma fiscal, el Gobierno federal tratará de maximizar los ingresos no petroleros al incrementar los impuestos indirectos y minimizar los costos políticos al ejercer gastos eficientes, así como ofrecer más beneficios sociales.

Parece que la orientación de la reforma fiscal consiste en incrementar los ingresos a través de impuestos indirectos como el IVA o el impuesto sobre las ventas, y no a través de gravámenes directos sobre los ingresos de las personas físicas o morales. También considera aumentar la eficiencia en la recolección y la simplificación de la estructura fiscal.

Además, la reforma fiscal no contempla ningún incremento del déficit fiscal, ya que debe apegarse a la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) actual, la cual implica un presupuesto balanceado de 2% del PIB, sin incluir la inversión de Pemex.

Por consiguiente, destaca HSBC, el financiamiento de la creación del sistema de seguridad social universal y la separación de Pemex debieran atenerse a la LRF en la cual el Gobierno federal sólo puede registrar un déficit de cero o un máximo de 2.0%.

Hasta el momento, ni el Presidente electo ni su equipo han presentado formalmente un esbozo de la reforma fiscal, pero se mencionaron algunas ideas durante la campaña electoral y el periodo de transición entre el día de las elecciones y el 1 de diciembre, cuando asumió la nueva administración.

La reforma fiscal tiene los objetivos de reequilibrar los ingresos del Gobierno federal y estatal, al elevar los impuestos estatales y reducir las transferencias federales a los estados; aumentar la eficiencia del IVA y gravar alimentos que no pertenecen a la canasta básica y eliminar o reducir el subsidio a la gasolina.

En suma, impuestos indirectos más altos y menores subsidios implican un costo político que deberá compensarse con mayor eficiencia en el gasto gubernamental así como mayores beneficios sociales, tales como el Sistema de Seguridad Social Universal.

"La reforma fiscal debe enfocarse en el aumento de los ingresos estatales con el objetivo de disminuir la dependencia sobre las transferencias federales", destaca HSBC. Y menciona que a pesar de que el impuesto sobre ventas no es técnicamente igual al IVA, su creación sería buena para elevar los ingresos fiscales.

El cálculo indica que la introducción de un impuesto estatal sobre las ventas de 2% podría producir ingresos adicionales que representen por lo menos 0.7% del PIB para los estados.

Mayor eficiencia en la recolección de los impuestos estatales podría incrementar los ingresos fiscales en 2% del PIB a mediano plazo; por lo tanto, el ingreso total de los estados pudiera alcanzar 1.2% del PIB en el transcurso de uno a dos años.

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