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La Fed, lejos de alentar los préstamos

Pese a las bajas tasas de interés, los bancos no están prestando a los niveles previos a la crisis; la razón de ello es que los grandes prestamistas cambiaron la forma de financiar los créditos.
mar 05 marzo 2013 03:41 PM
Los indicadores económicos recientes en EU dan un margen de tiempo a la Fed para analizar su siguiente medida. (Foto: Reuters)
ben bernanke fed 432

Paradojas de la vida: un nuevo estudio, publicado el lunes por el organismo estadounidense National Bureau of Economic Research (NBER), sugiere que la política de la Reserva Federal de usar las bajísimas tasas de interés para estimular el préstamo, podría estar haciendo lo contrario.

Esto no es, desde luego, lo que ha sostenido el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Desde la crisis financiera, e incluso un poco antes, Bernanke ha procurado que la Fed haga todo lo posible - llámese flexibilización cuantitativa , Operación Twist o promesas- para mantener las tasas bajas. Bernanke ha dicho que las bajas tasas de interés lograrían que fuera más barato para las personas y las empresas pedir prestado, por lo que acudirían a ese recurso.

Pero eso no es lo que ha ocurrido. Mucho después del fin oficial de la recesión, el crédito siguió escaso. Los préstamos bancarios han aumentado recientemente, pero es un alza pequeña. Aún siguen por debajo de los niveles previos a la crisis financiera. Y, al menos de acuerdo a una métrica clave, el préstamo no sólo es débil para los estándares recientes, es históricamente débil.

A finales de 2012, los bancos estadounidenses habían prestado poco menos del 70% de sus depósitos, un mínimo de varias décadas. Antes de la crisis financiera, esa cifra fue del 93%.

Bernanke ha reaccionado redoblando los esfuerzos. En el verano pasado anunció una expansión del programa de compra de bonos para reducir más las tasas de interés. Y desde entonces ha dicho que la Fed no dejará de comprar bonos hasta que la tasa de desempleo descienda al 6.5%, lo que podría tomar tiempo, pues Washington ahora ha pasado del estímulo a la austeridad.

Tradicionalmente, las bajas tasas de interés han impulsado los préstamos. La pregunta es ¿por qué no ha sido así en esta ocasión? El estudio del NBER, titulado provocativamente ‘Banks Exposure to Interest Rate Risk and The Transmission of Monetary Policy' (La exposición de la banca al riesgo de la tasa de interés y la transmisión de la política monetaria), sugiere que la razón acaso no sea una prolongada resaca de la crisis financiera, sino que obedece a un cambio en la industria bancaria.

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Habitualmente, los bancos financian sus préstamos usando depósitos y deuda a corto plazo. Así que cuando la Reserva Federal baja las tasas de interés a corto plazo, ello significa que los bancos pueden prestar dinero a una tasa más barata. Y para la mayoría de los bancos probablemente siga funcionando así: Menores tasas de interés equivalen a más préstamos.

La excepción, sin embargo, parece estar en los bancos más grandes del país.

Citigroup, por ejemplo, tenía 601,000 millones de dólares en préstamos pendientes al final del año 2012, según datos de la FDIC. Ello representa una cifra inferior a los 604,000 millones de dólares del año anterior. En Bank of America, el préstamo se redujo en un 2% en 2012 a 912,000 millones de dólares. En comparación, los préstamos en la pequeña institución Apple Bank for Savings, el centésimo mayor banco en Estados Unidos, aumentaron un 32% en 2012 para totalizar 5,800 millones de dólares.

A medida que los grandes bancos han pasado de tener un tamaño considerable a uno ‘mega' en las últimas dos décadas, cada vez más realizan sus préstamos a través de deuda a largo plazo, lo que significa que una mayor cantidad de sus costos de financiamiento están fijados. Como resultado, hoy los grandes bancos no ven -en comparación con el pasado-la misma caída en sus gastos cuando las tasas de interés bajan, al menos no de forma inmediata. De hecho, el estudio (redactado por tres economistas, uno de ellos de Princeton donde el propio Bernanke es profesor titular) señala que en 12 de los 16 bancos más grandes de Estados Unidos las tasas de interés más bajas hicieron que fuera más costoso otorgar préstamos.

La mala noticia es que los cuatro bancos más grandes del país concentran el 40% de todos los préstamos. Por lo que, si bien las bajas tasas suscitan que la mayoría de los bancos  presten más, el efecto de las bajas tasas es más moderado de lo que solía ser.

"Las bajas tasas de interés benefician el préstamo, pero en menor medida de lo que la gente cree," advierte David Thesmar, docente en la Escuela de Estudios Superiores de Comercio de París y coautor del estudio.

Los autores sugieren que la mejor manera de incrementar los préstamos en los grandes bancos, por lo tanto, podría ser la de elevar las tasas de interés. Sin embargo, es poco probable que Bernanke lo haga en el corto plazo.

Las bajas tasas de interés tienen otros efectos positivos, a saber, impulsan el mercado de valores. Y las bajas tasas de interés todavía pueden alentar el préstamo, a pesar de que no animen a los grandes bancos a prestar. Las empresas, por ejemplo, han tomado prestado una buena cantidad de dinero en los últimos años, sólo que lo han hecho a través del mercado de bonos, y no directamente de los bancos.

No hay que esperar, pues, que el grifo de los préstamos bancarios se abra pródigamente en el corto plazo. Pero hay algo aún más preocupante. Además del muy citado problema asociado al ‘demasiado grande para colapsar' de los megabancos, hay otra cuestión: Los bancos verdaderamente grandes también le dificultan a la Fed orquestar rápidas recuperaciones económicas.

Las buenas noticias: Cuando Jamie Dimon de JPMorgan Chase dice que su banco no tendrá ningún problema cuando las tasas suban, el estudio del NBER indica que el directivo está diciendo la verdad. En consecuencia, la caída de los préstamos que algunos prevén se producirá cuando Bernanke finalmente deje de presionar a la baja las tasas de interés podría no ser tan mala como algunos temen.

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