Expertos apoyan importación de alimentos
La decisión del Gobierno federal de eliminar aranceles a la importación de tomate y limón, y adquirir 300,000 toneladas de pollo es adecuada, siempre y cuando sea temporal, de lo contrario generará distorsiones en el mercado interno, advierten economistas.
Este miércoles, la secretaría de Economía anunció que suprimirá la tarifa de importación de 20% para el limón, de 10% para el tomate, y la internación de pollo para contener la escalada en sus precios y evitar mayores presiones sobre la inflación, derivadas de las condiciones climáticas y sanitarias adversas.
El índice de precios al cierre de abril reflejó los efectos de los aumentos en frutas y verduras y en el pollo. El repunte del tomate verde en los últimos 12 meses fue de 227.28%, mientras que el limón trepó 98.89%
El pollo en el mismo periodo observa un aumento de 13.66% y el precio de 14 blanquillos ha subido en casi 40%, de acuerdo con las últimas cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
"La medida permite incrementar la oferta de productos en la economía con objeto de eliminar la escasez y, por otro, pretende hacer bajar el precio", dijo el director para América Latina de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño.
Es bien vista en una situación en donde el problema es cuando la producción está interrumpida y eso genera una menor oferta, ya que abrir la frontera a mayores importaciones permite que la economía tenga una disponibilidad suficiente de productos y de esa manera regular los precios internos.
Sin embargo, la medida no funciona cuando el problema no está en la producción. "De hecho se dice que la producción de limón es suficiente y está normalizada y que eso no justifica el aumento que ha tenido el cítrico", señaló el especialista.
"Quienes lo están distribuyendo, que son los comerciantes, lo están acaparando y eso hace que el precio suba, si esa es la situación el problema que se va a generar es de una afectación a los productores".
Para el economista en jefe de Scotiabank México, Mario Correa, si este decreto es transitorio puede ayudar a frenar las presiones inflacionarias, pero que el problema será el impacto que puede tener para los productores.
Son paliativos, medidas transitorias, pero hay que cuidar que no se afecte la producción nacional, destacó.
"Estas presiones que estamos viendo son de carácter temporal, pero si se repiten continuamente como comentaba alguno de los miembros de la Junta (de Banxico), se vuelve un tema permanente. Percibo que son factores temporales, pero también percibo que Banxico está preocupado por el hecho de que la inflación está arriba de la meta aun cuando sean factores temporales".
Las medidas anunciadas son efectivas, para permitir mejores precios porque son productos no solo de la canasta básica, sino del menú básico del mexicano, agrega el director de los programas académicos de Licenciado en Negocios Internacionales y Bachelor in International Business (BIB) del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, Manuel Valencia.
En su opinión, la medida toma relevancia porque se trata de controlar la inflación. "Recientemente Banxico elevó hasta el límite de su meta de 4% su pronóstico de inflación anual para 2013, debido a las choques de oferta que afectaron los precios de un conjunto de bienes de la canasta básica, aún vamos en el segundo tercio del año y faltan otros factores que pueden impactar a los precios y hay un riesgo de que su meta se pueda complicar y hay que regularizar".
Para Alfredo Coutiño, de Moody´s Analytics, a final de cuentas la medida pretende ayudar a controlar la creciente inflación, y no se hubiera tomado si los precios no hubiesen subido por arriba de lo contemplado inicialmente.
"Ayuda a completar la oferta en el mercado interno, pero en el fondo pretende controlar el aumento en precios que ya va para largo", subraya.
