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La inconformidad invade a Brasil

Las protestas no ceden a pesar de que las autoridades se retractaron del alza al transporte; la población se queja de los 26,000 mdd que salieron de las arcas del gobierno para el Mundial.
jue 20 junio 2013 07:30 PM
La población en Brasil se queja de elevados impuestos, inflación, corrupción y malos servicios. (Foto: Reuters)
brasil

Miles de manifestantes ocuparon el jueves las calles en más de 100 ciudades, llevando a la policía a reforzar la seguridad y a los comerciantes a cerrar las puertas de sus negocios.

Tras más de una semana de las mayores protestas que ha visto Brasil en más de dos décadas, los manifestantes no dan señales de bajar los brazos. Las alzas de las tarifas de transporte que desataron el malestar fueron revocadas en las dos mayores ciudades del país el miércoles.

La persistencia de las protestas refleja lo que se ha vuelto una queja generalizada sobre altos impuestos, inflación, corrupción y malos servicios públicos.

Utilizando el desarrollo de un torneo internacional de futbol como escenario, también han denunciado los más de 26,000 millones de dólares que saldrán de las arcas fiscales a causa del Mundial del próximo año y los Juegos Olímpicos de 2016, dos eventos que buscan mostrar un Brasil desarrollado y moderno.

Una multitud comenzó a reunirse por la tarde en Río de Janeiro, marchando por las calles.

Horas antes, comerciantes cerraron las puertas de sus negocios, mientras que bancos y otros establecimientos vallaron sus puertas para evitar que se produzcan los mismos daños que en las manifestaciones del miércoles, que reunieron en la ciudad a unas 100,000 personas.

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En las cercanías del mítico estadio Maracanã, donde España goleó 10-0 a Tahití por la Copa Confederaciones, se tomaron medidas para evitar choques entre los manifestantes y la policía.

Durante la tarde también comenzaron a reunirse manifestantes en las ciudades de Sao Paulo y Brasilia.

Los disturbios se producen mientras Brasil, después de casi una década de crecimiento económico que llevó a un mayor perfil del país en el escenario global, entra en un periodo de incertidumbre.

Un crecimiento económico menor al 1% anual, con una inflación al año del 6.5% y una pérdida de apetito por los activos brasileños de parte de los inversores internacionales , han desinflado rápidamente lo que había sido una sensación de era de bienestar para Brasil.

El real se hundió por segundo día consecutivo el jueves y perdió un 1.69% a 2,2580 unidades por billete verde para la venta.

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