Portugal desactiva conflicto… por ahora
Los socios de la coalición gobernante en Portugal saldaron un conflicto interno con una remodelación del gabinete que ofrece estabilidad temporal, pero el resultado aún podría poner a prueba las relaciones entre el Gobierno y sus prestamistas internacionales.
El sábado, el primer ministro Pedro Passos Coelho nombró viceprimer ministro a Paulo Portas (líder del pequeño partido CDS-PP) a fin de terminar con una disputa que amenazó con provocar una crisis gubernamental y poner en riesgo el rescate financiero otorgado al país.
La disputa se generó por las medidas de austeridad que Portugal tuvo que tomar a cambio del rescate de 78,000 millones de euros organizado por la troika, una representación conformada por la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.
Vitor Gaspar, el arquitecto de los recortes, renunció como ministro de Finanzas y en su lugar, Passos Coelho nombró a María Luis de Albuquerque. Paulo Portas renunció entonces como ministro de Relaciones Exteriores en protesta por el nombramiento de Albuquerque.
Los bonos portugueses cayeron con fuerza la semana pasada por el temor a que el Gobierno no pueda salir de su programa de rescate en junio de 2014, como está programado.
Portas, uno de los principales críticos de las medidas de austeridad, se convirtió ahora en el miembro más poderoso del gabinete, a cargo de coordinar la toma de medidas de política económica y de las negociaciones con la troika.
El acuerdo logrado dentro de la coalición, que sería aprobado esta semana por el presidente Anibal Cavaco Silva, le daría algo de tiempo al Gobierno, pero los desafíos se acumulan rápidamente y analistas políticos sostienen que la inestabilidad podría retornar en cualquier momento.
La primera prueba para el nuevo gabinete será la próxima revisión trimestral del programa de ajuste pautado dentro del rescate. Los representantes de la troika llegarán a Lisboa el 15 de julio.
Antonio Barroso, analista político de la consultora Teneo Intelligence, dijo que las relaciones con la troika podrían complicarse y que es probable que los esfuerzos puestos en la reforma se debiliten.
"Es probable que Portas busque obtener ganancias rápidas por su nueva posición y exija pronto una gran revisión de las metas de déficit para el año próximo. Eso hará que las negociaciones para la salida del programa sean más difíciles", dijo Barroso en una nota de investigación.
Elecciones locales
La presión para aliviar las reformas podría acelerarse por las elecciones que se realizarán a fines de septiembre, en momentos en que Portugal vive un escenario de creciente malestar social y su peor desaceleración económica desde la década de 1970.
El presupuesto del año próximo, que se presentará ante el Parlamento el 15 de octubre, será otro escollo.
Hay otros focos dentro de la propia coalición de Gobierno que podrían ser fuentes de incertidumbre. La mayoría se centra en Portas, exministro de Defensa sin experiencia directa en toma de decisiones de política económica.
A lo anterior se suma la incertidumbre de la relación que tenga con de Albuquerque. Y también está el papel que jugará Passos Coelho.
Para Gilles Moec, economista de Deutsche Bank, el primer ministro tuvo que pagar un alto precio político para asegurar la supervivencia de la coalición.
"Si bien el mercado agradecerá como primer paso que haya una meno incertidumbre sobre la estabilidad política del país, pensando en el futuro creemos que este acuerdo podría crear algunos problemas", escribió Moec en una nota de investigación.
