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Rusia confirma la resaca de los BRIC

La economía rusa se ha desacelerado en el último año, al igual que otras economías emergentes; el FMI y el Banco Mundial sugieren al país hacer una reforma estructural y controlar la corrupción.
vie 08 noviembre 2013 04:51 PM
La nación más grande del mundo se desaceleraría a 1.5%, según el Fondo Monetario Internacional. (Foto: Getty Images)
rusia

Rusia redujo esta semana sus previsiones de crecimiento a largo plazo, aportando más evidencia de una desaceleración en los mercados emergentes. El ministro de Economía, Alexei Ulyukayev, declaró que el crecimiento anual del PIB promediaría 2.5% hasta el año 2030, frente a un pronóstico anterior de 4.3%.

Esta pesimista evaluación de las previsiones económicas se suma otros datos que pintan un panorama de deterioro de la octava mayor economía del mundo.

En meses recientes, tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial bajaron sus previsiones del crecimiento ruso para 2013.

En octubre, el FMI proyectó que el crecimiento en Rusia se desaceleraría a un 1.5%, frente a una tasa de 3.5% del año anterior. Un mes antes, el Banco Mundial recortó su pronóstico de crecimiento para el país a 1.8%, desde el 2.3% previsto en mayo.

Destacado productor mundial de energía, el país ha visto cómo desaparece su suerte y su fortuna ante la caída de los precios de las materias primas y la menor demanda. La disminución de la inversión y un rublo más débil también han empañado el crecimiento, mientras que la excesiva dependencia en el sector petrolífero proyecta una sombra sobre el potencial económico a largo plazo.

Reformas estructurales

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Ambas instituciones dicen que la reforma estructural es vital para la prosperidad futura de Rusia. Aparte de de diversificarse hacia ámbitos distintos al petróleo, lo que significa controlar la corrupción y estimular la inversión para apoyar una economía de 2 billones de dólares.

La desaceleración de Rusia se enmarca en una tendencia observada entre sus pares del BRIC .

La economía brasileña se ha ralentizado en los últimos años tras haber crecido a un ritmo vertiginoso, pues el consumo interno no ha logrado compensar el descenso de la demanda de recursos naturales.

China también está luchando contra problemas estructurales. Después de décadas de reportar una tasa de crecimiento anual de dos dígitos, Beijing fijó la meta oficial de 7.5% para 2013 mientras el país intenta vigorizar el consumo -en lugar de las exportaciones y el crédito barato- para impulsar su economía.

Por otro lado, las expectativas de una política monetaria estadounidense más estricta han supuesto un revés para los mercados en desarrollo este año. La fuga de capital inversor devastó los mercados bursátiles en lugares como la India, Brasil e Indonesia.

Los temores de que la Reserva Federal cierre el grifo de estímulo se han desvanecido por ahora -las acciones en la India han subido a niveles récord- pero ese alivio no puede ocultar la desaceleración cíclica que enfrentan muchas economías emergentes.

Las ganancias corporativas también muestran signos de presión. En los últimos meses, la multinacional de productos de consumo Unilever y el gigante alimentario Nestlé advirtieron que la desaceleración del crecimiento en los mercados emergentes estaba perjudicando las ventas, en tanto que la tecnológica IBM también se vio afectada por los BRIC.

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