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“No soy marxista”, dice el Papa

El líder católico descarta sentirse ofendido cuando lo califican de esa forma por sus discursos; habla además de las mujeres en la Iglesia y la relación entre el poder político y la religión.
dom 15 diciembre 2013 11:04 AM
Francisco dio una larga entrevista a un medio italiano. (Foto: Reuters)
papa

El Papa Francisco aseguró que no es marxista, aunque descartó sentirse ofendido cuando lo llaman de esa forma, según una entrevista publicada este domingo en Italia. En la larga plática, Jorge Mario Bergoglio se refirió a quienes lo han acusado (sobre todo en Estados Unidos) de ser marxista, por algunos pasajes incluidos en su exhortación apostólica "Evangelii gaudium", en la cual critica al sistema capitalista.

"La ideología marxista está equivocada, pero en mi vida he conocido a muchos marxistas buenos como personas, y por esto no me siento ofendido. No hablé como técnico, sino según la doctrina (católica). Y esto no significa ser marxista", indicó.

En la exhortación no hay nada que no se encuentre en la doctrina social de la Iglesia e insistió que sus palabras no fueron utilizadas desde el punto de vista técnico sino que él sólo buscó presentar una fotografía de lo que actualmente sucede en materia económica.

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Ante la pregunta "¿Tendremos mujeres cardenales?" el pontífice respondió: "Es una frase que salió de quién sabe dónde".

"Las mujeres en la Iglesia deben ser valorizadas, no ‘clericalizadas'. Los que piensan en las mujeres cardenales sufren un poco de clericalismo", agregó al referirse a una polémica entre los medios de Europa respecto a la supuesta intención del pontífice de instituir las "purpuradas".

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En su diálogo con el diario La Stampa de Turín, reproducido en español en su sitio especializado Vatican Insider, Francisco también respondió con mucha prudencia a la cuestión de los divorciados y vueltos a casar.

Aclaró que el tema se tratará en la cumbre de obispos (Sínodo) al que convocó para octubre de 2014 y en donde se le dará seguimiento en una reunión similar, un año después.

Observadores apuestan a que el Papa quite la prohibición a estas personas, unidas en segundas nupcias, a que puedan acceder al sacramento de la comunión.

En la entrevista, el líder católico sólo se limitó a sostener: "La exclusión de la comunión para los divorciados que viven una segunda unión no es una sanción. Hay que recordarlo".

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También aclaró que en su exhortación, cuando habló de "prudencia y audacia" en materia de sacramentos, no se refería al tema de los divorciados.

"Hablé del bautismo y de la comunión como alimento espiritual para seguir adelante, y que se debe considerar como un remedio y no como un premio", señaló.

"Algunos pensaron inmediatamente en los sacramentos para los divorciados que se han vuelto a casar, pero yo nunca hablo de casos particulares: sólo quería indicar un principio. Debemos tratar de facilitar la fe de las personas más que controlarla", apuntó.

Advirtió además que los sacerdotes que se niegan a bautizar a los hijos de madres solteras tienen una "mentalidad enferma".

El obispo de Roma abordó otros asuntos, como la relación entre la Iglesia y el poder político la cual, advirtió, "puede derivar en un contubernio que puede acabar pudriendo a la Iglesia por los negocios y los compromisos".

"Hay que proceder paralelamente, cada uno con el propio método, las propias tareas, la propia vocación. Convergentemente sólo en el bien común", estableció.

"La política es noble, es una de las formas más altas de caridad, como decía Pablo VI. La ensuciamos cuando la usamos para los negocios. La relación entre la Iglesia y el poder político también puede corromperse, si no converge sólo en el bien común", añadió.

Confirmó también que viajará a Medio Oriente pronto para encontrarse con el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomeo, y juntos, conmemorar en Jerusalén el 50 aniversario del primer abrazo entre un Papa y un patriarca, de Pablo VI y Atenágoras en 1964.

Condenó el desperdicio de comida, especialmente cuando el hambre provoca la muerte de 10,000 niños diariamente en el mundo.

Sostuvo que si todos trabajaran con las organizaciones humanitarias y lograran ponerse de acuerdo para no desperdiciar comida, mandándola a los que la necesitan, contribuirían mucho a resolver la tragedia del hambre.

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