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El fondo para desastres como Odile es poco transparente

Los candados para operar estos recursos públicos pueden provocar que sean usados discrecionalmente; la ayuda financiera para reparar los daños de Odile y Polo puede tardar varios días en llegar.
vie 19 septiembre 2014 06:04 AM
En 2015 se destinarán 5,197 millones de pesos para el Fonden. (Foto: Cuartoscuro)
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En México, el Gobierno Federal asumirá gran parte del costo que los desastres meteorológicos como Odile o Polo dejan a su paso mediante el Fondo de Desastres Naturales (Fonden). No obstante, para algunos especialistas, este instrumento aún no alcanza altos niveles de eficiencia y menos de transparencia, debido a que al operar como un fideicomiso se encuentra protegido por el secreto fiduciario.

“Los recursos tienen que liberarse con rapidez y ahí no hay suficiente precisión para determinar la cantidad correcta que se requiere, puede haber irregularidades (…) El dinero se suelta y los trabajos de reconstrucción pueden llevarse mucho tiempo, ahí se pierde la pista”, opinó el investigador del centro de análisis e investigación Fundar, Óscar Arredondo.

El año pasado, los huracanes Ingrid y Manuel provocaron daños por casi 75,000 millones de pesos (mdp), de los cuales cerca de 12,000 mdp fueron cubiertos por el sector asegurador.

Las reglas de operación marcan que los recursos del Fonden, que opera desde 1996, son administrados en un fideicomiso que gestiona el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).

Expertos reconocieron que aunque sin el Fonden no habría una recuperación inmediata tras un desastre natural, no hay un manejo transparente del dinero, debido a que el fideicomiso está protegido por los secretos fiduciario y bancario, a pesar de manejar recursos públicos, por lo que actualmente la única forma de conocer su operación es por instituciones fiscalizadoras como la Auditoria Superior de la Federación (ASF).

“La gestión transparente de otros fondos y fideicomisos a cargo de distintas dependencias del Gobierno federal ha sido constantemente obstaculizada con el pretexto del secreto fiduciario”, refiere el informe ‘Rendición de Cuentas y Fideicomisos: El Reto de la Opacidad Financiera’, de la ASF.

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Cuando se autorizan recursos, las dependencias o entidades públicas involucradas son notificadas para que puedan iniciar los trabajos de reconstrucción de manera inmediata. Los pagos a los contratistas, empresas y proveedores los hace Banobras.

El Fonden “aún no alcanza niveles deseables de eficiencia” debido a factores como la utilización de criterios y técnicas de gasto corriente sin control estricto o transparencia óptima, la alta vulnerabilidad de la población expuesta, la inexistencia de un sistema paralelo de incorporación de sectores de la población que sí pueden sufragar una prima de seguro, entre otros, señala el estudio ‘Riesgos Catastróficos’ de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguro (AMIS).

Para garantizar que existan los recursos necesarios, la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria dispone que las previsiones para desastres naturales no podrán ser inferiores a un monto equivalente al 0.4% del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

Una de las irregularidades del Fonden está señalada en un informe de la ASF en el que auditó 3,471 millones de pesos (mdp) de recursos autorizados para la atención de desastres en Chiapas en 2010 y 2011.

La ASF encontró que las solicitudes de recursos y los diagnósticos de daños se presentaron con desfases de 27 días, cuando el plazo es de dos, debido a que en caso de desastres se demanda una actuación expedita de las autoridades.

La modificación al calendario ocasionó que las aportaciones, en este caso en el estado de Chiapas, se realizaran de 83 hasta 139 días hábiles después del plazo establecido, lo cual afectó los avances de los programas de obras y acciones de las instancias ejecutoras, lo que retrasó la ejecución de las mismas, apuntó la Auditoría.

La ASF indicó que los fideicomisos deben estar obligados a rendir cuentas , algo en lo que coincidió Óscar Arredondo, del Fundar, al señalar que se requiere mayor transparencia para conocer el trabajo del Fonden en tiempo real.

Geografía, en contra de México

Debido a la posición geográfica de México, cerca del 41% del territorio y 31% de su población están expuestos a huracanes, tormentas, terremotos y erupciones volcánicas y más del 66% es vulnerable a por lo menos uno de estos riesgos.

En caso de desastre el Fonden cubre al 52% de las viviendas, el 25% del seguro privado y el 23% de la vivienda de familias de ingreso medio que no tienen seguro catastrófico, según el reporte Riesgos Catastróficos Propuesta de Colaboración del Sector Privado con la Administración Pública Federal de la AMIS.

La Asociación detalló que actualmente solo 16% de las empresas están cubiertas por seguro privado y estos bienes no los cubre el Fonden.

“Es un tema de poder adquisitivo, en zonas de alto riesgo el nivel socioeconómico es bajo e impide tener acceso a seguros”, reconoció la académica del ITAM Juliana Gudiño.

De 1997 a la fecha, el Gobierno ha desembolsado en promedio recursos equivalentes a 0.1% del PIB al año en atención a desastres naturales y para 2015 destinará 5,197 millones de pesos (mdp) para el Fondo, según la iniciativa del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

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