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El consumidor: el nuevo rey de la economía de China

Los cambios financieros del gigante asiático son una muestra del giro que está dando la economía; por primera vez el país desarrolla un modelo conducido por el consumidor.
mar 01 septiembre 2015 06:05 AM
La cifra indica que la segunda economía del mundo aún no alcanza pleno crecimiento, y se espera que desacelere todavía más. (Foto: Getty Images)
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Pekín ha sido culpado completamente por el rudo trayecto de los mercados mundiales. Los analistas están preocupados y las señales de que la masiva economía del país está decayendo.

Algunos críticos han ido aún más lejos, al insinuar que China ha engañado al mundo acerca de la gravedad de su desaceleración económica.

Parece que no logra hacer nada bien. En los últimos días, Pekín ha sido criticado por permitir que una burbuja del mercado de valores se forme, criticado por intervenir cuando los mercados cayeron, y criticado una vez más por retirar su apoyo y permitir que las acciones reanudaran su declive.

Las acusaciones ocurren apenas tres semanas después de que China permitió que su moneda cayera frente al dólar estadounidense, lo cual provocó aullidos de indignación entre los círculos políticos estadounidenses. También fue criticado por “manipular” el yuan, por manipular el mercado a su favor.

Pero Pekín tiene derecho a sentirse injustamente atacado.  De hecho, está haciendo lo que los políticos y las instituciones occidentales han pedido desde hace tiempo: desarrollar un modelo económico dirigido por los consumidores, y dejar que el mercado decida, al menos hasta cierto punto, cuál debería ser su tipo de cambio.

A partir de la década de 1980, China produjo 30 años de asombroso crecimiento que frecuentemente superó el 10%. Para llevar a cabo este “milagro económico”, se basó en un modelo de crecimiento de producción de aparatos baratos y venderlos al mundo. Los ingresos de estas exportaciones fueron invertidos en el mayor auge de infraestructura que el mundo haya visto.

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Los políticos comprendieron que los buenos tiempos no podían durar para siempre y, en los últimos años, comenzaron a construir un nuevo modelo económico en el que el consumidor será el rey, y el consumo será el principal motor. El modelo producirá crecimiento en un nivel inferior, tal vez de entre 6% o 7%, pero será más sostenible. Pekín ha aclarado repetidamente que esta es la “nueva normalidad”.

La ejecución del plan ha sido difícil, y ha estado llena de tropiezos y retrocesos. Pero vale la pena señalar un solo acontecimiento importante: el consumidor está mostrando señales de vida.

El catalizador principal de la caída en picada de las acciones globales fueron los datos de la producción fabril que habían caído a un mínimo de 77 meses. Es una figura temible, pero lo es menos en el contexto de una economía que se mueve hacia la demanda de los consumidores. El índice de servicios de consumo actual en China está en un máximo de 11 meses, según Capital Economics.

Capital Economics no es el único que ha llamado a la calma acerca del estado de la economía china. Pesos pesados de HSBC pensaron que los titulares sobre el estado de la economía china eran un poco “sensacionalistas” para su gusto.

También es importante considerar que, a diferencia de la mayoría de los mercados de valores maduros en todo el mundo, el Shanghai Composite solo tiene una relación tenue con la economía real.

Sí, está pasando por unos meses verdaderamente difíciles , pero aquí hay un poco de contexto: las fuertes pérdidas recientes siguen a un largo periodo alcista. El Shanghai Composite mantiene un alza de alrededor de 35% respecto a hace un año, mientras que el Shenzhen se aferra a una ganancia de 45%. Los extranjeros poseen solo el 1.5% del mercado, y la mayoría de los vastos ahorros de China se mantienen en propiedades y dinero en efectivo.

Las acciones chinas, en otras palabras, son un espectáculo secundario en comparación con la economía del país.

Y allí, Pekín todavía tiene muchas medidas que puede utilizar para respaldar el crecimiento.

“Los políticos chinos aún tienen suficiente munición política tanto en el frente monetario como en el fiscal”, dijeron economistas de HSBC, que pronostican una recuperación económica modesta en el segundo semestre del año, lo cual pronostica un crecimiento de 7.1% para 2015.

También está claro que China no puede apoyar el crecimiento global de la manera en que lo hizo durante la crisis financiera mundial de 2008. Cuando el resto del mundo prácticamente se congeló, China seguía avanzando, ayudado por un masivo paquete de estímulo de 600,000 millones de dólares. Con eso, asumió el crecimiento mundial más o menos por sí solo. Pero en este momento, a medida que continúa su dolorosa su transición económica, ya no puede hacerlo más.

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