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Irán ofrece un enorme potencial económico. ¿Podrá cumplir?

Una posible apertura del mercado iraní abre oportunidades de negocio locales e internacionales; parte de la población se muestra entusiasmada por el probable final de las sanciones económicas.
vie 04 diciembre 2015 06:05 AM
Los bazaaris de Teherán desean que Irán pueda volver al sistema bancario global. (Foto: Getty Images )
Irán

Ha sido descrita como la Alemania de Medio Oriente, con casi 80 millones de habitantes, una fuerza laboral educada, y una orgullosa tradición de manufactura.

Si añadimos  las mayores reservas de petróleo y gas del mundo, es fácil ver por qué los inversionistas y las empresas internacionales se están entusiasmando con Irán.

Después de años de aislamiento económico, la perspectiva de la apertura en 2016 de la última gran frontera en los mercados mundiales — suponiendo que las sanciones se levanten según lo planeado — tiene a muchos ejecutivos abriendo su camino hacia Teherán.

Pero ha sido un periodo muy doloroso para los iraníes: los ingresos promedio se han reducido en más de 2,000 dólares desde 2011, e Irán ahora fabrica apenas la mitad de la producción económica de Turquía, con más o menos la misma población. Cerrar esa brecha debe significar que las oportunidades abundarán.

Las sanciones han asfixiado a la economía durante los últimos cuatro años, al detener el avance de las empresas y la economía.

Alfombras Pars no es una excepción. Escondida en la parte trasera del Gran Bazar —el corazón de la ciudad capital de 15 millones de habitantes, donde el comercio se ha realizado de la misma manera durante siglos—, el vendedor de alfombras muestra con orgullo sus diseños nómadas especializados en seda y lana de colores.

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Omid Omidvar, copropietario de Pars, explica lo que significa haber sido excluidos del sistema bancario global.

“En algunas partes ha sido muy difícil, sobre todo transferir dinero porque teníamos muchos turistas aquí, pero no tenían dinero para gastar”, dijo Omid a CNN en su estrecha tienda de apenas una docena de metros cuadrados.

Los llamados bazaaris de Teherán son una fuerza poderosa, conocida en el pasado por ser políticamente conservadores y resistentes al cambio. Pero Omid está deseando que llegue el día en que los expatriados regresen a la ciudad, y los vínculos comerciales internacionales se restauren.

Los iraníes son supervivientes, al haber eludido las sanciones para mantener sus puertas abiertas. El rial iraní se ha estabilizado, después de perder hasta 80% de su valor cuando las sanciones eran más duras en 2012. La inflación se elevó a 45%.

Aunque muchos están ansiosos por que las relaciones con Occidente vuelvan a la normalidad, todavía hay mucho desacuerdo acerca de lo que le espera a este país rico en recursos.

Tomando café en el remodelado Palacio Masoudieh, Alireza Purashraafi, un industrial que trabaja en los sectores de servicios petroleros y automotrices, dijo a CNN que espera con gran expectativa que el país se dé cuenta de su potencial. Su amigo —quien pidió no ser identificado— dijo que está considerando opciones para dejar el país, algo que Alireza describió como “una decisión equivocada en el momento equivocado”, debido a que Irán está a punto de despegar.

La diseñadora de joyería Anahita Ostadi también ha luchado contra las restricciones bancarias, así como contra los altos impuestos y la burocracia desalentadora.

“Espero que en el futuro tengamos un país que esté abierto a todos, especialmente a Estados Unidos y los otros (países)”, dijo Anahita a CNN.

Esa opinión es compartida por muchos de los más jóvenes de Irán. (Alrededor del 60% de la población es menor de 30 años).

Pero se contrapone con los partidarios de la línea dura del país. El líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, dijo recientemente que él quería “seriamente evitar la importación de bienes de consumo de Estados Unidos”.

Sin embargo, las empresas se están preparando para atender esa demanda. Abierto hace solo 15 meses, el Complejo Kourash es el primer centro comercial ultra moderno en Teherán. Cuenta con más de 500 tiendas, y atrae a 40,000 compradores al día.

“En mi opinión, ellos quieren los productos estadounidenses”, dijo Ali Rezaei, propietario de “Ave est”, uno de las primeras tiendas minoristas de ropa para hombre abiertas en el complejo.

Amir Rizai, gerente del centro comercial, dice que los “tiempos dorados de Irán” están a solo dos o cinco años de distancia.

Si todo va bien, Irán podría ver un crecimiento económico de casi 6% en 2016, y de 6.7% al año siguiente, según el Instituto de Finanzas Internacionales. Eso se compara con menos de 1% proyectado por el FMI este año.

Las previsiones optimistas asumen que el gobierno del presidente Hassan Rouhani se las arreglará para navegar el cambio con éxito. Irán está a punto de poner fin a años de aislamiento económico. Una generación más joven anhela la apertura, pero los partidarios de línea dura están presionando en contra, reacios a renunciar a la forma en que han hecho negocios durante décadas.

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