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Zonas Económicas Especiales: ¿beneficios temporales?

Con la iniciativa se buscan generar espacios con privilegios para el crecimiento económico; analistas piden tener cuidado en su legislación y aprender de las mejores prácticas.
mié 23 diciembre 2015 06:00 AM
Lázaro Cárdenas es uno de los puertos a desarrollar con las Zonas Económicas Especiales. (Foto: Cuartoscuro/Archivo )
Puerto Lázaro Cárdenas Michoacán (Foto: Cuartoscuro/Archivo)

La pérdida de autoridad en Lázaro Cárdenas, donde se ubica uno de los tres puertos comerciales más importantes del país, llevó al gobierno federal a asumir la seguridad pública a finales de 2013.

El crimen organizado aprovechó durante años la falta de desarrollo social en Michoacán para arraigarse en regiones industriales y agrícolas con gran potencial, pero con falta de oportunidades.

En casi dos años, la presencia de militares y policías federales ha demostrado no ser suficiente, y por ello el Ejecutivo y el Congreso están abriendo un nuevo modelo de desarrollo que permita desterrar la influencia criminal en estados con alto índice de pobreza: las Zonas Económicas Especiales (ZEE).

El Ejecutivo será el encargado de definir las localidades o polígonos con beneficios para la industria: incentivos fiscales y laborales, régimen aduanero especial, infraestructura de primer nivel, ventanilla única de trámites, programas de financiamiento y capacitación de la mano de obra, así como seguridad pública.

Ya hay tres zonas preseleccionadas: el puerto de Lázaro Cárdenas, que beneficiaría a Michoacán y Guerrero; el corredor del Istmo de Tehuantepec, que une al Pacífico y al Golfo de México a través de Oaxaca y Veracruz; y Puerto Chiapas, el principal desarrollo comercial del sureste.

El consultor Luis de la Calle señala que el Estado debe ser cuidadoso en su selección, pues debe privilegiar aquellos espacios con ventajas competitivas, como su ubicación geográfica, donde “el régimen especial de las ZEE hace la diferencia”.

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“La competitividad no se puede ganar artificialmente. Las ZEE son un complemento a la competitividad, otorgando un régimen que le dé certidumbre al inversionista”, explica De la Calle, en entrevista.

Generar las condiciones es el reto del Estado. México cuenta con el mercado número 11 del mundo, según el Índice de Competitividad Global 2015, pero enfrenta debilidades en pilares clave: instituciones (lugar 109 del mundo), mercado laboral (114), infraestructura (59), entorno macroeconómico (56), preparación tecnológica (73).

Otro punto que puede desincentivar a las empresas, dice el analista económico Guillermo Barba, es la propuesta del Ejecutivo de que los beneficios sean temporales y decrecientes. “La legislación laboral, los apoyos fiscales, van a quedar totalmente a criterio de la autoridad. Son muy limitados”, señala.

Además, el investigador del CIDE Rafael Garduño advierte que por sí mismas las ZEE no garantizan un mejor Estado de Derecho. “Esta propuesta económica puede fallar si las empresas no ven un lugar seguro para desenvolverse y generar derrama económica”, dice al subrayar la necesidad de seguridad pública eficaz.

Otro de los puntos de la ley de ZEE es que no es aplicable a todo el país. Estas regiones deben instalarse en localidades de entre 50,000 y 500,000 habitantes; ubicadas en los 10 estados con mayor incidencia de pobreza; y deben contar con aeropuertos, ferrocarriles, puertos o corredores interoceánicos.

La Cámara de Diputados ya dio su aval, con modificaciones de redacción, y toca al Senado ratificar el proyecto de ley para que la ley transite a su publicación.

El presidente Enrique Peña Nieto propuso el modelo de ZEE para detonar el desarrollo de estados como Guerrero en donde se dio la desaparición de los normalistas de Ayoztinapa. “La mayoría de los conflictos sociales y políticos más graves del país, tienen su origen, precisamente, en la falta de desarrollo”, dijo Peña Nieto en noviembre de 2014.

Aunque los analistas coinciden en que las ZEE son buena idea, también advierten que el Estado debe tomar en cuenta las mejores prácticas mundiales para evitar su fracaso.

Este reporte fue publicado en la edición 1179 de la revista Expansión. Adquiere la revista o suscríbete a nuestra edición digital en  iOS  o  Android .

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