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El movimiento conservador republicano está aprendiendo a amar a Trump

La aceptación de Trump en la CPAC estuvo muy lejos a la del año pasado, cuando el ahora presidente no asistió al espectáculo anual, y los oradores y sus principales rivales se burlaron de su ausencia.
sáb 25 febrero 2017 06:10 AM
Donald Trump
Donald Trump Durante la campaña, muchos conservadores dudaron de que Trump estuviera realmente entre sus filas por su extravagante estilo de vida. (Foto: YURI GRIPAS/REUTERS)

El movimiento conservador está aprendiendo a amar al presidente Donald Trump. Pero él no es Ronald Reagan... todavía.

Hace 36 años, el recién juramentado presidente Reagan se presentó en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) ante una recepción jubilosa.

“Nuestro tiempo es ahora, nuestro momento ha llegado, estamos juntos hombro con hombro en la parte más dura de la lucha”, anunció Reagan.

El viernes, Trump esperaba generar un momento político clave que haga eco del de Reagan.

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Trump fue algo más difícil de aceptar para los conservadores de base que Reagan, cuyo espíritu político todavía resuena en cada CPAC, después de que él izó el movimiento conservador desde las profundidades de la debacle de 1964 de Barry Goldwater hasta llevarlo a la Casa Blanca 16 años más tarde.

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De muchas maneras, Trump está en la posición opuesta, después de estropear las esperanzas de estrellas emergentes conservadoras como los senadores Marco Rubio y Ted Cruz de capturar la nominación republicana el año pasado.

Durante gran parte de la campaña presidencial, muchos conservadores dudaron que Trump estuviera realmente entre sus filas, considerando su extravagante estilo de vida de tres matrimonios y décadas pasadas como el rey de los tabloides en el liberal Manhattan, y sus conversiones posteriores desde posturas conservadoras no negociables en temas como el aborto.

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Su marca de populismo no ideológico y de nacionalismo económico “América Primero” todavía parece un ajuste extraño para los halcones de gasto, evangélicos y libertarios que tradicionalmente han formado la amplia coalición de CPAC.

Pero parafraseando al exsecretario de Defensa del Partido Republicano, Donald Rumsfeld, uno va a la guerra con el presidente que tiene, no con el que quisiera, y los conservadores están cada vez más cómodos con su nuevo ganador en la Casa Blanca.

Cómo Trump encaja con el movimiento conservador

A ratos, la lista de oradores del jueves en el CPAC se sintió como un seminario dedicado a la reestructura de Trump como un conservador acorde con los principios centrales del movimiento.

Los oradores exhortaron a los activistas, que incluyen a muchos estudiantes que representan el futuro del movimiento, a recordar que Trump cumplió su palabra de nominar a un auténtico conservador, Neil Gorsuch, para la Corte Suprema.

La secretaria de Educación, Betsy DeVos, una heroína del movimiento recién salida de una dura pelea de confirmación, también exaltó a la multitud, pintando a Trump como el epítome de opiniones contrarias a los cánones sobre la elección de escuelas y profesores universitarios liberales que se han filtrado durante mucho tiempo entre los conservadores.

Y el vicepresidente Mike Pence, embajador entre Trump y los conservadores sociales, dio la cara por su jefe el jueves por la noche en el CPAC, promoviendo asuntos favoritos de la muchedumbre como la confirmación del procurador general Jeff Sessions, las promesas de derogar regulaciones de la era de Obama y acciones ejecutivas.

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“Creo que el presidente Trump ha dado voz a las aspiraciones y frustraciones a los estadounidenses como ningún líder desde Reagan”, dijo Pence.

Conway, una asistente permanente del CPAC durante años, argumentó que, aunque Trump difícilmente se ajustaba al perfil tradicional del conservadurismo, es un líder apropiado para el movimiento en la Casa Blanca.

“Cada gran movimiento, como es el movimiento conservador, por supuesto... termina siendo un poco rígido y polvoriento después de un tiempo, y creo que necesitan una infusión de energía”, dijo Conway, argumentando que el presidente insurgente es un espíritu fraternal para los conservadores que sienten que sus opiniones los marcan como externos.

“Él es como el primer candidato de su tipo; no es político, es un verdadero personaje externo (que) llega a sacudir el sistema”, dijo.

El CPAC también pidió a un profesor, Larry Arnn, presidente de Hillsdale College, que trazara un camino ideológico para que los conservadores se acerquen a Trump.

Arnn definió el conservadurismo como la preservación de los principios fundadores de EU, un gobierno restringido irreconocible por cualquier estado federal “feo” e inconstitucional que dijo que había sido legado por los progresistas.

La diferencia respecto a hace un año

La aceptación de Trump estaba muy lejos el año pasado, cuando el empresario no asistió al espectáculo conservador anual, y los oradores y sus principales rivales se burlaron de su ausencia.

El presidente de la American Conservative Union (ACU), Matt Schlapp, señaló el cambio de ambiente de este año y planteó la cuestión subyacente a los tres días de festividades que tradicionalmente sirven como un desfile de inspiración para los jóvenes conservadores que luego regresan a sus comunidades.

“Trump trajo a mucha gente nueva, probablemente hay gente en este público que no habría estado en este público”, dijo.

“Así que, hay mucha diversidad aquí... ¿Puede este movimiento de Trump combinarse con lo que ha estado pasando en el CPAC y en otros movimientos conservadores durante 50 años?

En caso de que alguien no hubiera entendido el punto, la Casa Blanca presentó al dúo de pesos pesados del jefe de gabinete Reince Priebus y el gurú político de Trump, Steve Bannon, en una rara aparición conjunta para acallar informes de que están riñiendo.

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null“El presidente Trump reunió al partido y al movimiento conservador, si el partido y el movimiento conservador están juntos como Steve y yo, no podrá ser detenido”, dijo Priebus, una criatura de la clase dirigente, que difícilmente podría ser más distinto en temperamento e ideología a su ardiente colega de la franja nacionalista del movimiento.

Una vez, mientras Priebus hablaba, un canto de “Trump, Trump, Trump” surgió de la sala de conferencias.

Bannon, a menudo visto como el Maquiavelo oculto del Ala Oeste y el guardián de la única filosofía política de Trump, mostró cómo el multimillonario ha cambiado la inclinación ideológica del Partido Republicano.

Expresando un credo de fuerte defensa nacional, nacionalismo económico y la destrucción del estado regulador, elogió la decisión de Trump de retirarse del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) —una medida contraria al legado procomercial globalista del Partido Republicano— como uno de los momentos cruciales de la historia estadounidense moderna”.

Bannon también despidió a los delegados con la promesa de luchar contra el “partido de la oposición”, como él llama a los medios de comunicación.

“A medida que las condiciones económicas mejoren, mientras más puestos de trabajo mejoren, ellos van a seguir luchando”, dijo Bannon.

“Si piensas que te van a devolver el país sin luchar, te equivocas tristemente, cada día va a ser una pelea”.

¿Cambiando el rostro del CPAC?

Pero la nueva actitud nacionalista de conservadurismo adoptada por Trump y sus acólitos tiene nerviosos a algunos seguidores tradicionales del movimiento.

El comentarista conservador David Frum dijo en Twitter que Bannon había sido “impresionantemente franco” sobre la agenda de Trump de lanzar una “serie de guerras comerciales” en todo el mundo.

“Reince dice que la administración de Trump se trata de impuestos y regulaciones, Bannon dice que se trata de volcar el orden global. Matices”, escribió Frum.

Antes de la conferencia, el CPAC se retractó de una invitación dirigida al polémico nacionalista Milo Yiannopoulos después de comentarios en los que parecía apoyar las relaciones sexuales entre “muchachos más jóvenes y hombres mayores”.

Yiannopoulos también renunció a Breitbart News, el sitio de noticias conservador antes dirigido por Bannon.

A medida que adoptan la tendencia populista y nacionalista de conservadurismo elegida por Trump, los organizadores del CPAC también están tomando medidas para proteger a su marca de los elementos más extremos; incluyendo el movimiento de derecha alternativa que en algunos casos ha respaldado al nuevo presidente o utilizado su ascenso para ganar más notoriedad para sí mismo.

Algunos activistas de la derecha alternativa son acusados de fomentar puntos de vista extremos, racistas y antisemitas, y el director ejecutivo de la ACU, Dan Schneider, advirtió a los delegados que su “siniestra” influencia está tratando de “arrastrarse” hasta sus filas.

“Son racistas, son sexistas, odian la Constitución, odian el libre mercados, odian el pluralismo”, dijo Schneider.

“Desprecian todo lo que creemos. No son una extensión del conservadurismo, no son más que fascistas izquierdistas”.

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