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Muere el padre del Hula Hula

Richard Knerr, creador del popular aro de plástico, murió a los 82 años por una apoplejía; además del Hula Hula, la compañía de Knerr inventó el Frisbee, la Bola Loca y las Hacky.
mié 23 enero 2008 04:56 PM
Richard Knerr (a la derecha) y su socio Arthur Melin mientra

Richard Knerr, inventor del Hula Hula (Hula Hoop), el Frisbee y otros populares juguetes, falleció el pasado 14 de enero a la edad de 82 años.

Este viejo emprendedor estadounidense murió en su casa debido a complicaciones ocasionadas por una apoplejía.

Knerr, quien fundara la compañía Wham-O, con su amigo de la infancia Arthur Melin, inició su carrera empresarial con un negocio de adiestramiento de halcones.

Él y Melin entrenaban a las aves lanzándoles veloces albóndigas con ayuda de una resortera.

Cuando los clientes se interesaron más en comprar las resorteras que los halcones entrenados, los socios desecharon su negocio de aves y comenzaron a producir el popular juguete.

Wham-O siguió adelante con una serie de herramientas de caza, incluyendo boomerangs y ballestas, pero finalmente encontraron una mina de oro  en 1957, cuando el disco volador inventado por un inspector de construcción hizo su aparición.

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Knerr y Melin compraron los derechos del juguete y lo llamaron Frisbee. Después pusieron a la venta un modelo profesional que permitió el nacimiento del Ultimate Frisbee, una modalidad deportiva que hoy sigue siendo popular.

Aunque sí lograron otros triunfos destacados como la Bola Loca (o Superball), cuyos impresionantes botes forzaron el veto del juguete en numerosas aulas de todo el mundo, fracasaron, por ejemplo, con un kit de refugios antibomba que pretendían vender durante la guerra fría.

Durante los siguientes 60 años, Wham-O produjo una serie de productos económicos y populares, como el Slip N’Slide, el juego Limbo y las pelotas Hacky.

Historia de la diversión

La inspiración para crear el Hula Hoop llegó a través de un amigo que le habló a Knerr y Melin de un aro de bambú que se usaba en Australia para hacer ejercicio. Sin ver ese original, se lanzaron al diseño del aro de plástico. Armados con los primeros ejemplares, fueron a una escuela en Pasadena y animaron a los niños a probarlo tentándolos con la posibilidad de quedárselo. Lo que siguió es historia.

En 1982 Knerr y Melin vendieron Wham-O a Kransco Group Companies por 12 millones de dólares. La compañía fue revendida posteriormente a Mattel.

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