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El corazón, inspiración para un negocio

CardioLAB dejó sólo de reparar aparatos médicos, para comenzar a crear electrocardiógrafos; ahora quiere que sus aparatos puedan dar diagnósticos a distancia, para comunidades alejadas.
mié 16 junio 2010 06:03 AM
CardioLAB busca posicionarse mejor en los hospitales públicos con electrocardiógrafos más sencillos y accesibles de usar. (Foto: Reuters)
electrocardiograma hospital enfermo accidente

En un laboratorio en Lindavista, en el norte de la Ciudad de México, un pequeño grupo de ingenieros en electrónica y comunicaciones, y un doctor en ciencias, dirigidos todos por el ingeniero Armando Ortega León, trabajan afanosamente en un proyecto que muchos considerarían utópico: un electrocardiógrafo desarrollado 100% en México.

Tradicionalmente, estos dispositivos (equipos que detectan las corrientes eléctricas del corazón y las registran gráficamente en un electrocardiograma) son fabricados por grandes firmas extranjeras como Siemens, Philips, GE y Burdick. Pero un buen día, Ortega León y un grupo de amigos egresados de la carrera de ingeniería en electrónica y comunicaciones del Instituto Politécnico Nacional (IPN),  decidieron crear su propia tecnología.

En 2005, Ingeniería y Electrosistemas, firma fundada por Armando Ortega y sus colegas, lanzaron la primera versión de CardioLAB, el primer electrocardiógrafo mexicano, que resultó toda una novedad pues rompió con el modelo tradicional del equipo, basado en el uso de papel térmico y un estilete, la aguja que dibuja las ondas del electrocardiograma.

Con ayuda de una computadora y un software diseñado especialmente para ello, Ingeniería y Electrosistemas logró prescindir del papel térmico y del estilete. Al conectar el equipo a la computadora, el monitor se convierte en un monitor de signos vitales en tiempo real; a su vez, el flujo de ondas del electrocardiograma se captura en un archivo y se puede imprimir en una hoja de papel bond, lo que se traduce en un ahorro significativo de costos.

Además, CardioLAB fue concebido para apoyar la telemedicina. "Como ya tenemos todo digitalizado, el reporte ya capturado lo convertimos en un documento PDF  para que no pese mucho y lo podemos mandar por e-mail a cualquier parte del mundo", explica Armando Ortega.

La idea central de CardioLAB es apoyar a clínicas de comunidades rurales o de difícil acceso, donde si bien una enfermera o paramédico pueden tomar un electrocardiograma a un paciente con síntoma cardiaco, no cuentan con los conocimientos de un médico especialista para hacer un análisis o un diagnóstico. "Con CardioLAB pueden enviar el electrocardiograma por correo electrónico al hospital más cercano, donde haya un cardiólogo de guardia que pueda analizarlo por Internet,  dar instrucciones al paciente para trasladarlo si se requiere o recetarle medicamento", añade Ortega León.

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Entre 2005 y 2008, CardioLAB colocó en el mercado unos 130 equipos, la mayoría en clínicas privadas del interior del país, en Tamazunchale (San Luis Potosí), en Pénjamo (Guanajuato) y en Culiacán (Sinaloa), entre otros lugares. En el sector público tienen poca presencia todavía, aunque han colocado equipos en clínicas de medicina familiar del ISSSTE, en Huajuapan de Léon (Oaxaca). El equipo es ideal para monitoreo de pacientes en reposo y en pruebas de esfuerzo.

Ingeniería y Electrosistemas fue fundada en 1996 por Armando Ortega y sus socios como una firma de servicios de reparación de equipos de laboratorio de análisis clínicos, y que tiempo después se especializó en dar servicio a equipos de electrónica médica e imagenología; entre sus clientes figuraban unidades del IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de Salud y el Hospital Militar. Fue gracias a esta experiencia, que en 2002 la empresa decidió dejar la reparación de equipos y dio el giro al desarrollo de tecnología.

La firma participó en un programa del Centro de Incubación de Empresas de Base Tecnológica ( la incubadora de negocios del IPN) y representó a dicha institución en la Semana Pyme del 2008. También fue finalista del Premio Nacional de Tecnología.

Recientemente, obtuvo apoyo financiero del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICYT), para contratar a un doctor en ciencias, que participa en el diseño y desarrollo de la segunda generación de CardioLAB.  La empresa cuenta también con el apoyo de Unidad Profesional Interdisciplinaria de Tecnología Avanzada (UPITA) del IPN, la cual es considerada una de las mejores escuelas de tecnología del país.

Desde el año pasado, Ingeniería y Electrosistemas, ha concentrado sus esfuerzos en desarrollar la segunda versión de CardioLAB, a fin de participar en las licitaciones públicas. El sector público, explica Ortega León, requiere que los equipos de electrocardiografía proporcionen una interpretación automatizada del electrocardiograma.

El nuevo CardioLAB  ofrecerá esta funcionalidad y más: contará con pantallas de cristal líquido, interfases táctiles (touch screen), conexión inalámbrica y descarga de datos vía Blue Tooth. La empresa está a la búsqueda del último tramo de financiamiento para capital de trabajo y concluir la segunda versión.

"Para nosotros no hay nada más agradable y motivador que decir: nosotros nos dedicamos a diseñar y fabricar equipo médico: esto ya es otro nivel", concluye  entusiasta, Ortega León.

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