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La vida después de la quiebra de Lehman

Lynn Gray era ejecutiva de la entidad cuando ésta quebró el 15 de septiembre de 2008; el derrumbe del banco se percibió desde un año antes, cuando dejó de originar préstamos, recuerda.
lun 16 septiembre 2013 06:03 AM
La caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008 desató la onda expansiva de los efectos de la crisis subprime de EU. (Foto: AP)
Lehman Brothers (Foto: AP)

Hace cinco años, Lynn Gray era una alta ejecutiva de Lehman Brothers. Cuando la firma se derrumbó no tenía ni idea de lo que haría.

"Yo tenía tres grandes factores en mi contra para encontrar otro trabajo: era una mujer, tenía 59 años y mi carrera en el banco se había centrado principalmente en el sector inmobiliario comercial. ¿Quién me iba a contratar?"

Más información: El hombre que luchó contra la crisis de EU

Gray había pasado 30 años en la banca de inversión, 11 de ellos en la entidad financiera que quebró, donde ascendió de vicepresidenta senior a directora administrativa del grupo inmobiliario global de la firma.

Las malas apuestas en los bienes raíces residenciales y comerciales constituyeron una parte importante del colapso de la compañía. Afirma que era consciente de que la industria estaba en crisis cuando "dejamos de originar préstamos un año antes de que la institución explotara".

Sin embargo, nunca pensó que Lehman desaparecería. "Honestamente, esperaba que saldría de allí a una edad avanzada", admite Gray.

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En cambio, perdió un ingreso de seis cifras y temió que sus ahorros de jubilación peligraran. "Yo tenía mucho en juego, financieramente y en otros aspectos. Tenía muchos amigos en el banco y nos habíamos convertido en una familia".

Visión empresarial

Como madre soltera con una hija en la universidad, tuvo que reponerse rápidamente. La indemnización por despido que le dio la firma se agotaría pronto.

 "Siempre he sido una defensora de las mujeres empresarias", señala. "Sé cómo hacer contactos, sé cómo hacer negocios. Así que pensé, ¿por qué no convertirme en una empresaria?"

Más información. ¿La economía puede soportar otra crisis?

La ciudad de Nueva York lanzó un programa llamado FastTrac a principios de 2009 para capacitar a los que habían perdido sus empleos en los servicios financieros para iniciar nuevos negocios. Gray solicitó participar y obtuvo un lugar en un campamento de tres semanas de duración donde aprendió sobre marketing, financiamiento para startups, redes sociales y otras herramientas para ayudar a iniciar su negocio.

En abril de ese mismo año, Gray lanzó Campus Scouts, un servicio de reclutamiento universitario para empleadores. Su anterior trabajo en la institución financiera le dio la idea. "Yo había hecho muchas contrataciones a nivel principiante mientras estuve en Lehman, y desarrollé una pasión por el reclutamiento", explica.

Invirtió 10,000 dólares para lanzar su sitio web, contratar a un abogado y tramitar el registro de marca.

Gray utilizó su red de amigos y excolegas para correr la voz sobre su nueva empresa. Cuando una firma de corretaje europea buscaba empleados de nivel básico que apenas comenzaran su carrera, el representante de Recursos Humanos de la correduría -un ex empleado de Lehman- le dio el trabajo.

Ella también trabajó duro para construir una nueva red de contactos a través de las convenciones de la industria. "Bajaba los nombres de las personas y las empresas que asistían y me acercaba a ellos. Les decía lo que me había ocurrido en el banco y que me encantaría invitarles un café y hablarles sobre mi nuevo trabajo".

Amarró su primer cliente en enero de 2010, y en los últimos tres años cuenta que ha construido una lista de clientes que incluyen empresas inmobiliarias, casas de corretaje y bancos. Ella trabaja sola en una oficina en casa, genera alrededor de 150,000 dólares al año en ingresos y es rentable.

El trabajo para uno de sus nuevos clientes requerirá muchos viajes. Gray realizará entrevistas en 12 campus universitarios este otoño, pero a pesar de estar constantemente en movimiento, la empresaria dice estar llena de energía.

"Tengo 63 años, aunque yo no los siento en absoluto", comenta. "Después de una larga carrera en el derecho y la banca de inversión, y algunos momentos bastante atemorizantes como una nueva empresaria vieja, profesionalmente soy más feliz que nunca".

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