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Greg Norman: hizo de su nombre una marca empresarial que durará más de 200 años

Además de diseñar campos de golf e interiores, tiene operaciones en el sector inmobiliario, el vino, la ropa deportiva y las gafas e importa carne de res de Australia.
jue 21 julio 2016 11:00 AM
El emprendedor que no se cansa
El emprendedor que no se cansa Un golfista icono en el mundo de los negocios.

Como uno de los mejores golfistas de todos los tiempos, Greg Norman siempre fue decidido. Y su enfoque empresarial es igual. "Mi lema es atacar la vida", dice.

Durante casi seis años en las décadas de 1980 y 1990, Norman fue mejor golfista del mundo. Hoy, a los 61 años, el australiano es CEO y fundador de su propio negocio internacional, “Great White Shark Enterprises", en referencia a su apodo de “tiburón”.

Radicado en Florida, el “gran tiburón” dice que vale más de 300 millones de dólares. Además de diseñar campos de golf e interiores, tiene operaciones en el sector inmobiliario, el vino, la ropa deportiva y las gafas e importa carne de res de Australia.

La multifacética carrera de Norman y su capacidad para convertir su nombre en una marca precede a los deportistas devenidos empresarios como Lebron James y David Beckham. Pero Norman le resta importancia a su papel personal en el éxito de su empresa, prefiriendo concentrarse en el legado de su negocio.

"No se trata de mí, se trata de todo lo que he hecho.... la vida de una persona es un período muy, muy corto de tiempo", dice.

"He creado un negocio que tiene vida y perennidad y... continuará teniendo un logo que sea identificable dentro de 200, 300, 400 años."

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Con esto en mente, Norman ideó una visión de 200 años para Great White Shark Enterprises, con el objetivo de garantizar que la marca viva más allá de su fama personal. Recientemente dio la bienvenida a sus hijos en el negocio, y espera que sus hijos hagan lo mismo con los nietos.

Cree de todo corazón en invertir para el largo plazo.

"Simplemente no sucede de un día para otro, y aquí es donde creo que muchos deportistas se equivocan", señala. "Ellos piensan que sólo porque entran en el negocio todo ocurrirá gracias a un polvo mágico en el aire y tendrá éxito. No funciona de esa manera".

"Hay que invertir en el tiempo, hay que invertir en las personas, hay que invertir en grandes modelos de negocio. Tienes que soportar las tormentas y luego tienes que salir por el otro lado".

A pesar de que ha vivido en Estados Unidos durante 35 años, Norman sigue siendo un orgulloso australiano. Sin embargo, cree que su país de adopción le brindó el entorno perfecto para que prosperara su carrera empresarial.

"Nunca podría haber hecho lo que he hecho hoy si no viviera en Estados Unidos", dice. "El espíritu empresarial de EU es el mejor del mundo".

En cuanto al deporte del golf, es distintivamente pragmático: "Eso fue en el pasado, ahora estamos en el presente", apunta. "Probablemente le di a 4.6 millones de pelotas de golf en mi vida... así que ya estuve allí, ya hice eso."

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