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El poder de los niños como consumidores

La opinión de los niños pesa cada vez más en las familias. Las franquicias lo han descubierto y le sacan provecho al fomentar su emprendimiento.
sáb 25 marzo 2017 10:00 AM
Nativos digitales.
Nativos digitales. Los niños sí saben lo que quieren y están listos para tomar decisiones de compra. (Foto: mixetto/Getty Images)

Viviana Álvarez tiene 12 años y ya dirige su propia empresa, que apuesta por el cambio en su comunidad. Salvemos al Planeta está enfocada al mejoramiento urbano a través de la recolección de basura y el control sanitario de perros callejeros para su adopción. La iniciativa tuvo tal éxito en su primera etapa en Santa Catarina, Nuevo León, que busca replicarse en más zonas del estado.

Ella es una de las egresadas de Business Kids, franquicia mexicana que surgió en 2009 para despertar el espíritu emprendedor entre los más pequeños. La empresa tiene presencia en ocho países y atiende, en promedio, a 3,000 chicos al año, explica Mary Carmen Cabrera, su directora general.

Es un ejemplo de franquicias que han comprendido la oportunidad que representa el público infantil. “Cada vez más los padres ven con buenos ojos la participación de los niños en las decisiones de compra. La relación padre-hijo, caracterizada por una paternidad retardada y familias más pequeñas, es ahora más bilateral, apunta el reporte ‘Las 10 principales tendencias globales de consumo para 2017’, de Euromonitor Internacional.

Lee: Cómo cautivar a los 'centenials'

En esta sociedad, donde también los hijos permanecen en las escuelas hasta tarde y los padres trabajan más de ocho horas, la demanda de servicios y productos que fortalezcan las habilidades de liderazgo, independencia, creatividad y emprendimiento para los pequeños se ha vuelto una necesidad.

KidZania se dio cuenta antes del cambio social y demográfico y creó un concepto que permitía a los niños de cuatro a 12 años hacer lo que es natural, “actuar imitando actividades tradicionalmente adultas”, recrear un mundo donde puedan trabajar, ganar y gastar su propio dinero. “Necesitamos que las nuevas generaciones tengan esa cosquilla, ese chip emprendedor, porque no nada más emprendes al poner una empresa. También los empleados con una visión proactiva hacen crecer a los negocios”, afirma Maricruz Arrubarrena, directora general de Kid-Zania México.

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Un negocio que ofrezca servicios o productos para el mercado infantil debe ser innovador e integrar la tecnología. “El reto en este sector es venderle, directamente, a los papás e, indirectamente, a los niños”, señala José Luis Estévez, socio y gerente comercial de la consultora de franquicias Franquinet.

A eso también aspira Robotix, que brinda cursos de robótica para niños. Hasta el momento, tiene cinco unidades propias y presencia en 65 escuelas privadas del país, pero está explorando la opción de franquiciar porque han comprobado que hay mercado. En 2015, con apoyo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes atendieron a 7,000 niños y en 2016, a 30,000, detalla Roberto Saint Martin, director y cofundador.

(Con información de Samantha Álvarez)

Nota del editor: Este artículo se público en la revista Expansión No. 1207.

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