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El megadrenaje que evitará nuevas inundaciones en Valle Dorado

Aldesa y Recsa construyen un túnel que ayudará a drenar aguas de Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Atizapán, en el Estado de México.
jue 09 junio 2016 12:00 PM
Se prevé entrará en operación en 2017 y requerirá  2,228 millones de pesos de  inversión.
Casi listo Se prevé entrará en operación en 2017 y requerirá 2,228 millones de pesos de inversión. (Foto: Isaac Esquivel Monroy)

En la zona de Valle Dorado en el Estado de México se construye un túnel de drenaje a una profundidad promedio de 60 metros, que ayudará a desalojar aguas residuales y de lluvia para evitar inundaciones como las que se observan en temporadas de lluvia en la zona.

El Túnel Emisor Poniente II (TEP II), con 9.8 kilómetros de longitud, es uno de los dos grandes túneles de drenaje que se están construyendo en México, junto con el Túnel Emisor Oriente (TEO), de 62 kilómetros; cuyo propósito es ayudar a desalojar las aguas residuales y de lluvia de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, obras que servirán para evitar inundaciones y desbordamiento de algunos canales y ríos.

El TEP II fue adjudicado al consorcio conformado por la española Aldesa y la regiomontana Recsa en 2013 por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con una inversión de 2,228 millones de pesos que provendrán íntegramente de un fideicomiso de Conagua.

Hasta el momento, las obras tienen un avance de más del 50% y es posible que el túnel quede listo hacia el segundo semestre de 2017, explicó el superintendente de la obra, Francisco Miguel López, durante un recorrido por la obra.

“Ya llevamos más de la mitad de la obra, vamos dentro de los plazos previstos. El primer hito que tuvimos fue justo pasar por la primer lumbrera”, dijo López.

El campamento de construcción del túnel se encuentra a pocas cuadras del centro comercial Perinorte, rodeado de viviendas y sobre un pequeño terreno donde Aldesa mueve maquinaria, dovelas –piezas de concreto prefabricado que forman la circunferencia del túnel- y otro materiales necesarios para la construcción.

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Ahí está la parte final del túnel, donde se conectará con el tramo abierto del Túnel Emisor Poniente, el cual tiene más de 50 años y cuya capacidad fue rebasada hace varios años, provocando inundaciones como la de 2009 en Valle Dorado.

El TEP II ayudará a drenar aguas de Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Atizapán y tendrá un diámetro de siete metros una vez recubierto con los prefabricados de concreto y tendrá una capacidad para transportar 112 metros cúbicos por segundo.

El portal para entrar al túnel se ubica a 17 metros de profundidad, pero a lo largo de la excavación, la distancia hacia la superficie llega a alcanzar 110 metros. El túnel sólo contará con una lumbrera –abertura que conecta al exterior con el túnel.

Las obras se realizan con una máquina especializada que Aldesa adquirió en Estados Unidos y que trabaja las 24 horas al día, logrando perforar hasta 26 metros diarios, explicaron los ingenieros que la manipulan. Durante el recorrido, la tuneladora se encontraba en mantenimiento.

Para dar forma al túnel, una vez que la maquina ha excavado y perforado, coloca de forma casi simultanea un recubrimiento de concreto y posteriormente siete prefabricados de concreto preforzado que forman el anillo del túnel.

El secreto para evitar sobrecostos

La obra no ha estado exenta de contratiempos, no obstante, hasta el momento no presentará sobrecostos, ni retrasos significativos en el tiempo de entrega y puesta en operación.

López recordó que los mayores gastos de la obra se realizaron en la adquisición de la tuneladora, seguidos por los materiales que requiere para funcionar, como algunos aceites y lubricantes que importan de Francia y el concreto para las dovelas.

No obstante, explicó, la empresa previó posibles alzas en precios relacionados con la devaluación del peso, con seguros y otro tipo de medidas, que permiten asegurar los precios a lo largo de la obra.

Entre los contratiempos que registraron a lo largo de la obra se encontraron algunos tramos del suelo que eran difíciles de perforar y dificultades por el pequeño espacio del que disponen para maniobrar.

“Al estar en una zona urbana, nos hemos encontrado con problemas. Al inicio de la construcción tuvimos un inicio lento, durante un mes tuvimos que sacar todo el material con contenedores y grúas, y luego paramos un mes cuando ingresó la tuneladora y se colocó el sistema de bandas para sacar el material”, dijo el superintendente.

La obra hoy tiene el récord de excavación en México, ya que en 24 horas se han llegado a excavar hasta 46.5 metros lineales de túnel, que equivalen a 31 anillos de concreto. El record estaba en 26 anillos.

El Túnel Emisor Poniente, por el contrario, también ha tenido dificultades en el suelo y relacionados con el costo de materiales por la depreciación del peso, pero sí ha incrementado su costo.

La inversión inicial del proyecto hidráulico era de alrededor de 9,000 millones de pesos, y de acuerdo con Conagua, actualmente es de 37,465 millones.

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