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'Los Indocumentados' lleva al cine el "luto" por migración de México a EU

El documental, que exhibe el Festival de Cine de Human Rights Watch, aborda la historia de migrantes que mueren o desaparecen en su travesía
vie 21 junio 2013 02:45 PM
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Marcos Hernández, un joven sin papeles que vive y trabaja en Chicago, no logra asimilar que su padre desapareció cuando trataba de atravesar la frontera.

El coyote (traficante de personas) que lo guiaba desde México lo dejó atrás porque no era capaz de caminar más. Mientras busca a su progenitor con ayuda de una organización humanitaria, Marcos sigue enviando dinero a su familia para costear el tratamiento de su hermano, un enfermo renal.

El drama de la familia Hernández es el hilo argumental de Los Indocumentados (The Undocumented), el último documental de Marco Williams.

En la cinta, el director neoyorquino sostiene la hipótesis de que las muertes de indocumentados se dispararon desde que Estados Unidos reforzó el control de su frontera en la década de 1990. Cruza menos gente, pero mueren más.

En el año 2000, casi 1.7 millones de inmigrantes fueron detenidos al intentar cruzar la frontera. Doce años más tarde, la cifra se redujo a 356,000: un 78% menos, según datos oficiales. 

Desde 1998, se han encontrado más de 2,000 cadáveres y restos humanos en Sonora, una de las zonas más inhóspitas del planeta, según la ONG Human Borders.

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Guiados por coyotes que pueden llegar a cobrarles hasta 3,000 dólares, los migrantes se exponen a temperaturas extremas, animales venenosos y vegetación agreste, a menudo sin la suficiente agua ni alimento.

"Quise reflejar cómo la muerte es parte del fenómeno migratorio", explica Williams a CNN México en una entrevista en Nueva York antes de que su documental se muestre en el Festival de Cine de Human Rights Watch 2013 el 21 de junio.

El certamen, organizado por la ONG Human Rights Watch, exhibirá una veintena de películas de todo el mundo enfocadas a la justicia y el cambio social. 

Hace ocho años, Williams empezó a interesarse por los inmigrantes sin papeles que residen en estados del sur y sus condiciones de vida. Por entonces, además leyó un par de reportes periodísticos en la prensa estadounidense que le inspiraron y viajó a Arizona y a pueblos del norte de México durante "varios periodos" para rodar Los Indocumentados. En varios periodos de 2010 y 2011 terminó de rodar las tomas que le faltaban.

En el filme, no solamente los migrantes mexicanos son protagonistas, sino también todas las personas relacionadas con ellos al otro lado de la frontera.

"Lo cínico de la situación es que hay muchos organismos y personas que viven de las muertes de los indocumentados", explica Williams, "Las patrullas en la frontera que trabajan para detenerlos (más de 20,000 agentes) o recuperar sus cuerpos, las organizaciones humanitarias que colocan tanques de agua en el desierto, la persona que ha destinado el consulado mexicano exclusivamente para identificarlos".

Eso no implica, apunta el cineasta, que toda esa gente no se vuelque con las víctimas. Por ejemplo, en la Oficina del Examinador Médico del Condado de Pima. "El reponsable no tenía por qué dedicar recursos a identificar a fallecidos no estadounidenses, sin embargo presionó para conseguir fondos y hacerlo", señala Williams.

Los Indocumentados muestra la historia de los cadáveres de hombres, mujeres y niños que van llegando a esa oficina, calcinados por el sol y comidos por los animales: imágenes brutales que Williams tuvo que borrar en la versión que emitirá la cadena estadounidense PBS. El director considera que esa censura prueba "la doble moral" de su país.

Marco Williams, que en documentales anteriores como Banished (2002) o  Two Towns of Jasper (2007) se había centrado en los problemas de los afroamericanos, insiste en que no busca señalar culpables de las muertes en Sonora.

"Me preocupa que la derecha estadounidense utilice mi documental para reforzar sus tesis y diga que la solución a las muertes de migrantes es incrementar los controles", apunta. "Esos robots y sistemas de infrarrojos en la frontera no sirven de mucho y lo estamos viendo, pero muchas empresas tecnológicas se están lucrando y hacen presión para que se compren sus sistemas de vigilancia".

En Los Indocumentados, el hijo de una mexicana fallecida cruzando la frontera señala como principal culpable de las muertes al gobierno de México porque, dice, no proporciona trabajo y la gente tiene que marcharse en busca de una vida mejor.

Williams no quiere pronunciarse sobre esto. "No sé con exactitud qué grado de responsabilidad hay que atribuirle a las autoridades mexicanas", dice, "lo que tengo claro es que en Estados Unidos la gente tiene ideas preconcebidas. Muchos asumen que los indocumentados llegan a quitarnos el trabajo y nada más lejos de la realidad".

La migración, un tema recurrente en el cine

Las películas de ficción y no ficción sobre la frontera que separa a Estados Unidos y México han aumentado durante la última década. Muchas han obtenido reconocimiento internacional, como la cinta de Gael García Bernal ¿Quién es Dayani Cristal?, que logró el premio a la Mejor Fotografía este año en el festival de Sundance, o Sin Nombre, de Cary Joji Fukunaga, que en 2009 ganó varios galardones en el mismo festival.

¿Sirven estos filmes para disuadir a los que pretenden emigrar? Marco Williams cree que no. "El problema es que, aunque en cada pueblo de la frontera mexicana todas las familias prácticamente han perdido a un ser querido, también tienen a otros conocidos o parientes que consiguieron cruzar a Estados Unidos. Y los que lo intentan siempre creen que ellos serán capaces", explica.

Aunque asegura que él como cineasta no tiene la solución al problema, señala que si las autoridades estadounidense quieren parar el flujo de personas que se juegan la vida para cruzar a su territorio, "deberían colocar patrullas acampadas a lo largo de la frontera y abandonar los sistemas electrónicos, costosos y no tan eficaces como se venden".

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