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Un par de esculturas gigantes para honrar el legado de los caballos

La obra es una de las más grandes del mundo y busca exaltar el papel de los míticos animales en la historia de Escocia
jue 26 diciembre 2013 06:46 PM
caballos
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Olvídate del monstruo del Lago Ness… Escocia tiene un nuevo par de bestias míticas que atraerán a los curiosos turistas a sus costas.

Los Kelpies emergen orgullosos a 40 kilómetros de Edimburgo. Son las esculturas equinas más grandes del mundo y esperan que sean tan famosos como el viejo Nessie.

El nombre, enraizado en el folklor celta, hace referencia a un caballo acuático sobrenatural del que según cuentan acechaba en los ríos y lagos de Escocia.

A pesar de la fértil fuente de inspiración, el escultor Andy Scott optó por omitir lo esotérico y aferrarse a la realidad al crear una obra que cumple con una doble misión: ser un monumento a la industria y símbolo de la regeneración.

"En vez de seguir la línea de los caballos marinos míticos y todas esas locuras escocesas, opté más por  el legado de los caballos de trabajo  y de nuestro pasado industrial y agrícola", dijo a CNN.

"Los caballos tiraban de las barcazas a lo largo de los canales, así que eran muy relevantes en el centro de Escocia y la región de Falkirk. Realmente son imponentes, es un estuario plano que sobresale en el paisaje y contrasta muy bien con las colinas".

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"Ese sentido de la proporción es realmente importante para mí y eso ha justificado mi intención".

Con 30 metros de alto y seis kilómetros de acero, la creación de los Kelpies tomó siete años y 8 millones de dólares (unos 100 millones de pesos).

Forman parte de un proyecto más amplio de 70 millones de dólares (aproximadamente 882 millones de pesos) para transformar 350 hectáreas de terreno en el valle de Forth —ubicado exactamente entre Edimburgo y Glasgow— con la esperanza de recibir hasta a 250,000 turistas cada año.

Las esculturas están contempladas dentro del esquema llamado  "Monumentos Vivos"  y subrayan el impacto que el arte a gran escala puede tener en la transformación de una zona.

"Solo puedo esperar que eso sea lo que ocurra, que puedan ser el catalizador de un sentido de orgullo y regeneración, que atraigan a más personas", dijo Scott.

"Sería grosero ignorar el impacto de Angel of the North (de Antony Gormley) y de uno de mis favoritos, Cloud Gate in Chicago, de Anish Kapoor".

"He ido allá varias veces para ver cómo han servido para regenerar esa zona del parque Millenium en Chicago. Estas cosas pueden tener ese efecto".

Entonces, ¿qué tienen estas grandes obras que conmueven al público?

"Parcialmente es el tamaño… la naturaleza monumental que los atrae a ellas", explicó Scott.

"La consciencia de los medios y la difusión de boca en boca, extiende la atracción de cierta forma, lo convierte en algo que no te puedes perder".

"La historia de los Kelpies ya dio la vuelta al mundo; realmente los coloca en la lista de pendientes de la gente y provoca que quieran venir a verlos con sus propios ojos".

"Creo que otra cosa que estas grandes obras logran es que se transforman en una obra de arte y cambian tu percepción de ellas a la distancia; podrías verlas como  caballos en el paisaje , pero conforme te acercas más, adquieren un atributo arquitectónico".

"Desde el principio estuve decidido a permitir que el público entrara en ellos, que vieran la ingeniería y el tamaño desde adentro".

"Son objetos reconocibles y eso llama la atención del público inmediatamente en una forma en la que otras obras abstractas tal vez no pueden".

"Pienso que la naturaleza figurativa y reconocible de los caballos parece suscitar bastantes comentarios".

Las dos esculturas están inspiradas en un par de caballos reales de raza Clydesdale nombrados Barron y Duke; Scott hizo dos maquetas a pequeña escala de tres metros de alto.

Los 18,000 componentes de cada Kelpie fueron forjados en Yorkshire antes de ser ensamblados en el sitio durante seis meses.

No solo el tamaño llama la atención, sino que  la dinámica entre ambos caballos  también cautiva: uno mira hacia abajo, el otro se encabrita.

"Quería crear cierta tensión dramática entre ambos", explicó Scott.

"Consideré varias opciones de poses, pero pienso que la tensión dinámica crea cierta narrativa, los espectadores pueden crear sus propias historias y desarrollarlas".

"Probablemente habría sido mucho más sencillo hacer una imagen idéntica de cada uno a cada lado del canal, pero eso ciertamente crea esa línea de visión más dramática. Siempre puedes ver al otro desde el otro lado".

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