Princesa fiestera o hija obediente: la difícil vida de la princesa

Nacen rodeados de riqueza y privilegios, crecen en palacios, van a escuelas de élite, socializan con estrellas y viajan por el mundo en lujos.

Puede sonar idílico, pero la vida como el “heredero sustituto” al trono no siempre es fácil.

Mientras el hermano mayor de Carlota crece sabiendo que está destinado a una vida de deber real y obligación –de compromisos públicos, envestiduras y ceremonias de inauguración–, el rol del miembro de la realeza más joven está menos definido.

Como resultado, están constantemente divididos entre el deber (y el pensamiento constante de que un día, si algo inesperado sucede, ellos terminarán reinando) y la vida de una "princesa de fiesta”, vacacionando en locaciones exóticas y viviendo la vida como una vividora.

Lee: Bienvenida Carlota Isabel Diana, princesa de Cambridge  

La experta en realeza, Victoria Arbiter dice que a pesar de las ventajas obvias que disfrutan, los hermanos menores de los herederos al trono británico frecuentemente se enfrentan a un camino difícil.

“A través de la historia de 1000 años de la monarquía, el papel del ‘sustituto’ al heredero británico ha sido engañoso”, dijo a CNN. “Algunos han revolucionado eras enteras, mientras que otros han empañado el nombre de la familia”.

En la era moderna, los ‘sustitutos’ han sido el príncipe Enrique –fotografiado famosamente en una retahíla de posiciones vergonzosas: desnudo en un juego de ‘billar’ en un viaje a Las Vegas, usando un uniforme Nazi en una fiesta de “Mal Gusto” – el príncipe Andrés y la hermana de la reina, la princesa Margarita.

Arbiter dice que la princesa Diana se esforzó para asegurarse de que el Príncipe Enrique no se sintiera relegado al haber nacido en segundo lugar del heredero al trono.

“Cuando criaba a los príncipes Guillermo y Enrique, Diana estaba consciente de que Guillermo estaría bien cuidado por ser el heredero, así que ella hizo un esfuerzo concertado para incluir a Enrique en todo”, dice. “Y aún así él… ha sido sujeto a un escrutinio y critica intensos”.

En sus días de juventud, el príncipe Andrés, el sustituto al aparente heredero el príncipe Carlos, era conocido por su estilo de vida de playboy, supuestamente romanceando a un número de mujeres jóvenes, por lo que se ganó el apodo de “Randy Andy” (Andy el Cachondo)

Su reputación mejoró por haber sido piloto de helicóptero en la Marina Real durante la guerra de las Malvinas a principios de los 80, pero en años recientes ha regresado a los titulares, con el apodo “Airmiles Andy” (Millas aéreas Andy), en los tabloides británicos por sus viajes alrededor del mundo promocionando el comercio de su nación.

Cuando nació la reina actual, hace casi 90 años, no había ninguna expectativa de que ella llegaría a reinar –como la hija del “sustituto”–, el duque de York, el plan era que ella disfrutara la vida de una real de poca importancia.

Lee: El duque de York, vinculad a un caso de explotación sexual 

Pero cuando su tío, Eduardo VIII abdicó para poderse casar con la divorciada Wallis Simpson, su tímido padre Alberto, conocido como Bertie entre sus amigos, fue aventado a los reflectores y se convirtió en el rey Jorge VI, una historia dramatizada en la película ganadora de Oscar, “El discurso del rey”.

Más tarde este año, se espera que su hija rompa el récord de la reina Victoria como el monarca británico con mayor tiempo de reinado en la historia.

En las eras donde la mortalidad infantil eran mucho más altas que ahora, había mayor probabilidad de que un “sustituto” fuera nombrado rey o reina: los tres hijos de Enrique VIII –siendo él mismo originalmente un “sustituto” en lugar de un heredero al trono– llegaron a ser reyes de Inglaterra.

“Un hijo nunca es suficiente para un monarca”, explica la historiadora real Kate Williams. “A través de la historia, la única forma de asegurar el trono ha sido con una falange de hijos –nueve para Victoria, 12 para Jorge III”.

Tras la llegada del segundo bebé de Cambridge, aún no es claro si William y Kate buscarán expandir más su familia, y lo que podría significar para la hermana o hermanos del príncipe Jorge.

Pero Arbiter, cuyo padre Dickie es un exsecretario de prensa de la reina Isabel II, dice que la única certeza de un real que nace en segundo lugar es que nada es seguro.

“Como ha mostrado la historia, la monarquía británica es todo menos predecible, en dos de las últimas tres generaciones, el segundo hijo ha llegado al trabajo supremo y reinado exitosamente”, dice. “Nunca subestimen el potencial duradero del ‘sustituto’ real”.