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Lorena Ochoa da lecciones de management

Disciplina y enfoque es lo que pueden aprender empresarios y ejecutivos de la ex golfista; el golf parece un deporte solitario, pero Ochoa agradece su éxito a la gente que trabajó con ella.
sáb 08 junio 2013 06:00 AM
“Trataba de identificar las debilidades lo más rápido posible para entrenar y trabajar en ellas”, recuerda Ochoa. Ésa es la tarea del CEO, subraya director de la Escuela de Negocios de la Universidad Anáhuac del Sur (Foto: Notimex)
lorena ochoa

Lorena Ochoa tenía cinco años cuando empezó a jugar golf y a los ocho ya participaba en competencias internacionales. Entrenaba a jornada completa y en un año llegaba a jugar hasta 30 torneos y a viajar 45 semanas.

En algunas rondas enfrentó climas bajo cero y vientos de hasta 50 kilómetros por hora en lugares como Corea del Sur o Hawai donde "la pelota no se quedaba quieta".

En su vida personal también vivió pruebas . "Me perdí de toda mi infancia", dice a la edición trimestral ExpansiónCEO de mayo 2013.

No asistió a muchas fiestas en su adolescencia, ni estuvo en festejos ni asuntos familiares, pero "debes estar dispuesto a hacer sacrificios" para realizar los grandes sueños.

A los cuatro años de empezar a jugar profesionalmente se convirtió en la mejor jugadora de golf del mundo. Llegó a este sitio -dice- por tener una meta clara: se propuso ser la número uno a los 13 años. "Me mantuve firme a pesar de las dificultades".

Esta lección la comparte en las conferencias que da desde que se retiró en 2010. Es aplicable incluso a ejecutivos o empresarios , asegura.

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Tener disciplina y enfocarse sin desviar el camino es lo mejor que puede aprender un ejecutivo de un deportista de alto rendimiento, dice Jaime García, principal de Boston Consulting Group (BCG).

"Fácilmente te puedes distraer con otras oportunidades o funciones, pero si tienes claro un plan, no puedes permitirlo", dice García.

Aprender de sus errores para no repetirlos es la segunda gran lección de Ochoa. Al final de un torneo hacía un análisis profundo para detectar en qué se había equivocado.

"Trataba de identificar las debilidades lo más rápido posible para entrenar y trabajar en ellas", cuenta.

Ésta es la tarea de un CEO: conocer los límites de su empresa y los personales y ver como complementarlos, dice Jorge Fabre, director de la Escuela de Negocios de la Universidad Anáhuac del Sur.

Ochoa no evitó las derrotas, pero supo superarlas. "Saber sobreponerse distingue a la gente de alto desempeño", dice García.

El golf parece un juego solitario, pero Ochoa señala que el éxito se lo debe a la gente que trabajó con ella. "Lo más importante ha sido encontrar a ese equipo que cree en mis sueños", afirma.

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