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Aprende de tus éxitos, no de tus errores

La idea de que el fracaso es buen maestro podría ser sólo un mito, según una investigación del MIT; un estudio con simios mostró cómo las neuronas se activan mejor en el aprendizaje tras un acierto.
sáb 17 agosto 2013 06:00 AM
Otro experimento con personas demostró que los castigos no son tan eficaces como estímulo para perfeccionar un resultado.  (Foto: Getty Images)
experimento

Aquel viejo dicho de que hay que aprender de los fracasos, podría no ser cierto. Una investigación con simios del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) en Cambridge, Estados Unidos, ha detectado que las neuronas cerebrales se involucran mejor en el aprendizaje después de un acierto que tras un fallo.

"Las neuronas memorizan la información de manera más eficaz con cada acierto", afirma Earl Miller, autor de la investigación, en un artículo publicado por la revista Quo.

El test consistía en lo siguiente. Si aparecía la figura de un hombre, los monos debían darse la vuelta hacia la izquierda. Y si aparecía un semáforo, a la derecha.

La única manera de aprender era probar una y otra vez a través de una serie de aciertos y errores . Girando hacia el lado equivocado, los monos no recibían premio, la activación de sus neuronas duraba menos de un segundo y en los intentos sucesivos no mejoraban.

En el caso de acertar, los premiaban; la activación de las células cerebrales duraba cinco segundos y su ratio de aciertos posteriores mejoraba.

Menos reprimendas, menos errores

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Dar una lección a una persona que ha cometido un error es una pretensión que puede costar muy caro.

En un juego propuesto como experimento por Anna Dreber, psicóloga de la Universidad de Harvard, se vio cómo las personas que ganaban no eran nunca personas castigadoras ni tenían tendencia a realizar reproches a sus compañeros .

Además, las reprimendas a los jugadores menos involucrados en la partida no mejoraba los resultados del grupo. Finalmente, la persona que estaba encargada de administrar los castigos obtenía también pésimos resultados.

ASÍ FUNCIONA EL ÉXITO

Premio imprevisible
La gratificación tardía es un logro del razonamiento sobre el cerebro impulsivo, dice el psicólogo estadounidense Daniel Goleman.
Satisfacción de ganar
Al recompensar los aciertos , pronto se progresa sin necesidad del premio. Basta con el deber cumplido.
Refuerzos para todos
El investigador E. Padelino resolvió el absentismo en una fábrica premiando la puntualidad con un naipe.
Visualizar el éxito
En deporte, mentalizar el triunfo garantiza el 50% de posibilidades para alcanzarlo.

 

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