Taxi seguro presionando un botón
Inseguridad, taxímetros alterados, altas tarifas de radiotaxis, son las quejas recurrentes de los usuarios de taxis en la Ciudad de México. Esto motivó a José Akle y Sebastián Barrios a desarrollar Yaxi, la primera app mexicana diseñada para solicitar servicio de taxi de forma rápida y segura.
“Hay mucha ineficiencia en la industria de transportes”, dice Akle Barrios, director de Operaciones de la empresa. “Pensamos que estaría bien pedir un taxi por un botón”, comenta a la revista Expansión para su Edición Especial Innovación en México , correspondiente al 11 de abril de 2014, con el que celebra su 45 aniversario.
Con la ayuda del sistema de geolocalización de los teléfonos inteligentes, la aplicación rastrea el taxi más cercano que esté inscrito en el programa y monitorea su tiempo estimado de llegada. También le informa al usuario el nombre del taxista y el modelo de su vehículo , para que le sea más fácil ubicarlo.
Desde su inicio en 2012, Yaxi promediaba 100 viajes al mes, pero desde entonces éstos se han duplicado cada tres meses.
Hoy, unos 100,000 mexicanos usan la app para contratar taxis. “Con la ayuda de la tecnología es posible llegar a más usuarios” dice Akle.
Yaxi tiene 50 empleados y además del Distrito Federal está en Guadalajara, Monterrey, Querétaro y Cancún. Akle no quiso revelar los ingresos que obtienen con la aplicación. Su esquema de negocio se basa en cobrar por cada viaje una comisión de 5 pesos al taxista por pago en efectivo o 12 pesos al cliente en caso de pagar con tarjeta de crédito.
Apps como Yaxi tienen un futuro promisorio porque surgieron como una solución tecnológica a un problema común, dice Pablo Salazar, director ejecutivo del fondo de capital Naranya Ventures, que se especializa en financiar start-ups.
Yaxi tiene mucha competencia en el mercado de las aplicaciones de taxis. En México, también operan la brasileña Easy Taxi, la griega Taxibeat, la estadounidense Uber y la española Cabify.
Para Rafael Castillo, director de Alta Tecnología y Aceleradora de Empresas del Tec de Monterrey, este modelo, aunque innovador, es fácil de replicar. “El valor agregado generado por la tecnología es interesante, pero no suficiente”, dice.