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"No regalamos dinero": Finrural

Enrique de la Madrid, de Finural, cree que el campo no es para todos los que hoy viven de él; la gubernamental Financiera Rural quiere incrementar (con cuidado) al 22% su participación.
sáb 25 octubre 2008 06:00 AM
Enrique de la Madrid está consiente de que con 2.5 hectáreas

Los reflectores están sobre su ámbito desde que aumentaron los precios de los alimentos y comenzó a hablarse de su escasez. La crisis global sólo profundizó las grietas del campo mexicano que ya conocemos: mínima inversión, cero tecnificación y profunda pobreza. Aumentar su productividad es uno de los principales reclamos al gobierno federal.

La falta de recursos es uno de los mayores obstáculos, por eso muchas expectativas están puestas en la banca de desarrollo. Financiera Rural, sucesora desde 2003 del quebrado Banrural, controla 25% del crédito público al sector agropecuario y pesquero y 17% del financiamiento total, incluyendo la banca privada. Su director general, Enrique de la Madrid, asegura que será 22% al final del sexenio. ¿Cómo los utilizará en un sector hambriento de recursos?

Hay auge de precios de granos, pero la mayor parte del campo mexicano se sigue viendo lejos de la mano de Dios y del financiamiento.
Yo no comparto esa visión genérica de catástrofe del campo. Hay mucho por hacer, pero un discurso así, además de que adormece al oído, también falta a la realidad y no hace propuestas. En las últimas décadas, el PIB agropecuario ha crecido al 2% anual promedio; lamentablemente no es muy superior al resto de la economía, pero la producción ha crecido pese a que caía el precio de los productos.

Pero continúa el problema de falta de recursos en el agro, ¿qué responsabilidad tiene la banca de desarrollo?
Muchas veces, más que falta de dinero para prestar, es encontrar proyectos rentables. Parte del trabajo de la banca de desarrollo y de la Secretaría de Agricultura debe ser cómo generar condiciones de rentabilidad para productores. En zonas donde hay condiciones para ser rentables ahí tendríamos que meter recursos.

Pero muchos no tienen rentabilidad porque no han tenido acceso a recursos de instituciones financieras...
Primero, no hay que tenerle miedo al lenguaje. Tenemos que ser muy directos y hablar con franqueza, y decir: “Compadre, en esta actividad no tienes posibilidad de salir adelante”.

¿A quién le diría eso?
Por ejemplo, un productor de maíz que tiene 2.5 hectáreas. Él sabe, sin habérselo dicho yo, que de eso no vive, que tiene que ser jornalero, prestador de servicios. No nos engañemos con que ese productor con mejores semillas, riego y tecnología va a salir. Sí hay que darle recursos, porque puede mejorar sus ingresos pero no va a vivir de eso. A esa conclusión han llegado 500,000 mexicanos que se van cada año.

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¿Y no es precisamente ahí, al campo pobre, a donde se tienen que ir los recursos?
¿Deberían irse más recursos para que los olmos den peras? No. Tendríamos que llevar más recursos para identificar con claridad cuáles y en qué áreas tenemos vocación y ayudarle a la gente a reconvertirse, a mejorar su productividad, a mejorar su comercialización, su organización.

¿Qué hacer con los productores que no son rentables?
Si este mismo productor de 2.5 hectáreas, en una zona favorable, se dedicara a hortalizas y se conectara a una cadena de distribución, ganaría 10 veces más. Estoy en contra de la demagogia, decir: “Haz lo que siempre haces, que te vamos a ayudar y te va a ir bien”. Eso no es real. En maíz tienes partes muy competitivas, pero la mayoría en distritos de riego.

¿Financiera Rural entonces sólo dirige sus recursos a productores exitosos?
Tenemos que enfocarnos a proyectos rentables. Por ley tenemos que mantener nuestro patrimonio, tengo que recuperar el dinero que presto. El banco de desarrollo no es instancia para regalar dinero, es para financiar proyectos viables.

¿Cuántas personas se benefician de sus créditos?
La cifra que me dan como oficial es de 107,000. Pero no es confiable. Cuando le presto a una unión de crédito, se cuenta como uno aunque los clientes de la unión sean 5,000. No tenemos un sistema de información suficientemente poderoso. La financiera nace con los sistemas de Banrural.

¿Qué sectores no alcanzan a ver sus recursos?
El de la silvicultura, pero tiene solución. Debemos aumentar los apoyos si queremos detonar el sector forestal y complementarlo con subsidios de Sagarpa. En pesca, el financiamiento es bajo. Este año trabajamos con la Conapesca para ver dónde somos competitivos y qué podemos financiar.

¿Cómo cambiaron los planes de la Financiera a partir de la crisis alimentaria?
Teníamos la intención de diversificar el crédito: 50% es crédito agrícola, 25% ganadero y otro 25% forestal, pesca
y ecoturismo. Nos pusimos como meta este sexenio quintuplicar este último y reducir el agropecuario. Pero si el tema alimentario es prioritario, no podrá bajar.

¿Qué productos son prioritarios en este contexto?
Estamos estudiando cuáles son los 25 productos que consume el mexicano, de ésos, cuánto producimos y cuánto importamos para llegar a conclusiones sobre cuáles son más sensibles y están en riesgo de que se dificulte importar, con ello sacar un programa especial y aumentar la producción.

¿Por qué se hacen lo estudios hasta ahora?, ¿no se hacen para elaborar la política agropecuaria?
Ya estamos en la última etapa del estudio. No quiere decir que mientras no se esté haciendo nada.

¿A qué tipo de conclusiones han llegado?
Estimular la producción donde México tiene más dependencia del exterior: maíz amarillo, arroz, trigo, sorgo y soya.

¿Qué acciones concretas realizaron para aumentar la producción de estos granos?
Estamos platicando con algunas industrias para detectar sus necesidades de producción, qué importan, qué podrían sustituir con producción nacional e identificar a los productores que les podrían surtir de más producto para apoyarlos.

¿Sostiene que el financiamiento al campo va a la baja?
Fue a la baja. En 94 tuvimos una crisis bancaria enorme y todo el financiamiento cayó. Apenas hace dos años empezó a subir. En 2006 alcanzó su punto más bajo. De ese tamaño son las crisis económicas de un país.

¿Se recuperó el nivel de financiamiento de entonces?
No se recuperó, se reactivó. Si tomamos en cuenta a la banca de desarrollo y a la comercial, entre abril de 2007 y abril de 2008, aumentó el financiamiento 11% solamente al puro sector agropecuario. Si siguiéramos creciendo a este ritmo y el PIB agropecuario sólo creciera 2% anual, nos llevaría de aquí a 2020 para alcanzar el nivel que teníamos en el 94.

Para lograr la productividad del campo se necesita invertir en infraestructura. ¿Qué porcentaje de los créditos de la financiera son para este fin?
Un 5% de la cartera de la financiera se va a créditos refaccionarios, que son créditos a largo plazo, ligados a la capitalización y obras de infraestructura. La mayor parte se va para capital de trabajo, es dinero de corto plazo. El tipo de clientes a los que llegamos no están invirtiendo en sus parcelas.

¿A qué lo atribuyen?
Si veníamos enfrentando precios de granos bajos, si la rentabilidad de tu negocio es baja, yo no cambio de tractor cada cinco años, sino cada 20. Si la rentabilidad es baja, el tiempo que te duran las inversiones se alarga.

¿El incremento en el precio de algunos alimentos cambiará la situación?
Esperaría que eso anime a hacer inversiones importantes. Aunque el porcentaje no va a crecer mucho, en términos absolutos puede ser que mi crédito refaccionario crezca. Ahorita con el tema alimentario los productores seguirán pidiendo dinero para semilla, fertilizantes, asistencia técnica.

¿Se ha logrado evitar la duplicidad con la Sagarpa?
Hay algunas, pero este año se hizo algo distinto. Ellos tenían recursos para operar garantías líquidas, también Fira y nosotros, pero se creó el Fondo Nacional de Garantías al que tenemos acceso todos. Si funciona, el Congreso ya no tendrá que darnos, por separado, fondos para garantías.

¿Dónde se empalma aún el destino de recursos?
Los tres damos recursos de apoyo a organizaciones de productores. No tenemos una película integrada de cuánto dinero les acabamos dando, algunas reciben de todos y seguramente alguna no recibe de nadie. La otra área donde hay duplicidad es en capacitación.

¿Esto no afecta la eficiencia de recursos?
Sí se ve afectada. Es un área de oportunidad que hay que trabajar, buscar una mejor coordinación, un mayor espíritu de equipo. Al final de cuentas se está usando el dinero de los contribuyentes.

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